Chupete, el talento cordobés del Málaga que creció lejos de la órbita del Córdoba CF

Córdoba/Por su nombre de pila, Carlos Ruiz Rubio, pocos le conocen. Ahora bien, si se recurre a su apodo, Chupete ya empieza a resonar con fuerza en la Segunda División. Una de las últimas bazas de la prolífica cantera del Málaga tiene marcado acento cordobés y el domingo será amenaza para el Córdoba CF, que una vez más observa con impotencia como un futbolista de su ciudad empieza a afianzarse en el fútbol profesional lejos de su órbita.

El caso de Chupete es el de otros muchos futbolistas que brillan en las categorías inferiores del fútbol cordobés, pero a los que el Córdoba CF es incapaz de echar las redes. En el Málaga hay un ejemplo muy similar y reciente como es el de Roberto Fernández, que sí vistió la camiseta blanquiverde, pero que encontró una apuesta fuerte por él en el Málaga y ahora milita en Primera División en el Espanyol, después de protagonizar el pasado verano un traspaso millonario al Sporting de Braga portugués.

Esa estela que dejó Roberto Fernández la cogió casi de manera inmediata Chupete, producto de la inagotable mina de talento del Séneca. Un futbolista de mucho nivel crecía a escasos metros de El Arcángel, con el Córdoba CF incapaz de competir con las canteras más importantes del fútbol andaluz. Es la fuga de talento eterna que el club blanquiverde es incapaz de frenar. Una historia bien conocida pero para la que todavía no se ha encontrado remedio.

Así, como ya le sucediera en innumerables ocasiones, el Córdoba CF se topará este domingo con un futbolista de su provincia, joven y que apunta alto, pero cuya carrera se ha mantenido lejos de El Arcángel. En el caso de Chupete, el brillo que ya se le adivinaba con apenas 11 años en el alevín del Séneca le hizo fichar por el Sevilla, para jugar primero en el Altair y más tarde en el cadete sevillista. En la temporada 2020-21, Chupete volvió a vestir la camiseta del Séneca para confirmar ya en edad juvenil su facilidad para el gol.

Chupete, un goleador contrastado

Desde el Enrique Puga, el ariete cordobés encontró el impulso necesario para llamar la atención del Málaga, otro de esos equipos andaluces que tiene sus ojos permanentemente puestos en el fútbol base cordobés. 23 goles en el San Félix (club vinculado de la entidad malaguista) en la División de Honor juvenil le sirvieron para confirmarse como un serio proyecto de la cantera del Málaga. Desde entonces, los ojos de la afición malaguista están puestos en la progresión del atacante cordobés, que esta temporada ha dado el salto al primer equipo de manera definitiva.

La apuesta del Málaga por el ex del Séneca quedó reafirmada en el pasado mes de enero, cuando el club de Martiricos le firmó un contrato hasta 2028 para reforzar su progresión hasta el primer equipo. Desde entonces, el jovencísimo delantero es uno más para Sergio Pellicer, que ya le ha hecho jugar en diez partidos de la Segunda División. Chupete incluso sabe ya lo que es marcar en el fútbol profesional. Lo hizo para rescatar un punto para los malaguistas ante el Deportivo de La Coruña, terminando de ganarse por completo el favor de La Rosaleda.

La confianza creciente de Sergio Pellicer en el futbolista cordobés es un hecho, hasta el punto de que en la pasada jornada Chupete disputó 87 minutos en el partido de su equipo en el Carlos Tartiere de Oviedo. Es por eso que a nadie le extrañaría que el domingo entre en el once inicial malaguista, para medirse a un Córdoba CF del que apenas le separaron unos metros mientras en su crecimiento en el Séneca se hartaba de hacer goles en el Enrique Puga. Tan cerca y tan lejos de El Arcángel. Es la historia de nunca acabar con el fútbol base blanquiverde. Una fuga de talento constante para la que aún no existe remedio.