Una de cada diez citas médicas se pierden en Córdoba porque el paciente no acude a la consulta
Sanidad
En los últimos siete años, más de 5,1 millones de visitas se quedaron sin realizar en la provincia
La sanidad andaluza está colapsada. Ir a Urgencias es una odisea que requiere parar el reloj, lograr una cita en Atención Primaria en un tiempo prudencial es utópico y entrar a la hora marcada, casi un imposible. La falta de profesionales de la salud en la comunidad es evidente, tal y como este mismo verano han reconocido las propias autoridades ante la dificultad manifiesta para encontrar personal con el que cubrir las vacaciones, y el problema, lejos de solucionarse, atisba a peor.
Sin ir más lejos, en el caso de los médicos la ecuación entre los que están en una edad próxima a la jubilación -y los que optan por salir de Andalucía para labrarse su futuro- y las plazas MIR que se ofertan es negativa, sin que nadie parezca dispuesto a dar respuesta a esta cuestión perentoria.
Pero más allá de todo eso, la propia ciudadanía tiene en su mano aliviar, al menos en parte, esta situación de colapso generalizado simplemente haciendo un buen uso de los servicios públicos de Salud. Esos gestos que a veces cuestan poquísimo y que suelen caer en el olvido, al hacer oídos sordos de las recomendaciones de los propios profesionales.
Porque según los datos a los que ha tenido acceso a El Dia, en Córdoba cada año se pierden más de 600.000 citas de Atención Primaria -tanto con el médico de familia como de enfermería- al no acudir los pacientes a las mismas. En total, desde 2015, año en el que el Servicio Andaluz de Salud comenzó a informatizar estos registros, en la provincia se han ido al limbo más de 5,1 millones de citas, que en muchos casos no pudieron ser aprovechadas por otros enfermos que, a buen seguro, hubieran hecho uso de ellas.
Las cifras anotadas contemplan tanto la ausencia en el ambulatorio en el día y hora requeridos como el hecho de no ponerse al teléfono ante la llamada del médico o enfermero, pues con la llegada de la pandemia en marzo de 2020 muchas de las citas de Atención Primaria de carácter leve han quedado limitadas a una llamada. Dicho de otro modo, que tras el protocolo para completar la solicitud por los distintos canales existentes (app y teléfono de Salud Responde, Clic Salud+ o acudiendo o llamando al propio centro de salud), nadie acudió a la cita cuando llegó su turno por motivos que nunca se conocerán porque la pérdida del servicio no implica justificación alguna.
Un hándicap, para nada menor, que aumenta el tiempo de espera para lograr una cita, que se alarga en muchos casos bastante más de una semana, y acrecienta el colapso, y no únicamente en la AP, sino también en los servicios de Urgencias de los hospitales, dado que no son pocos los que deciden recurrir a este servicio al no haber podido solucionar su problema con el médico de cabecera.
En la provincia de Córdoba, y según los datos facilitados por la Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados del Servicio Andaluz de Salud, desde 2015 hasta agosto del presente año se han perdido tres millones de citas de medicina de familia, lo que representa el 9,11% del total de las consultas programadas, que en este periodo de siete años y medio roza los 33 millones (32,9 para ser exactos).
Por su parte, las consultas de enfermería que no han podido realizarse por la ausencia del paciente ascienden a 2,1 millones, lo que equivale a un 9,38% de las 22,6 millones agendadas. En total, en este tiempo se han programado 55,6 millones de citas de Atención Primaria, de las que se han perdido 5,1, lo que viene a ser un 9,22%; es decir, se han ido al limbo una de cada diez.
La evolución interanual de ambas estadísticas evidencia la influencia, de distinta manera, del Covid. En el ámbito de la enfermería, el crecimiento es notable a partir del pasado año, algo asociado a la campaña de vacunación frente al coronavirus. Así, en 2021 alcanza la cuota más alta de pacientes que no se presentaron, con 342.694 citas perdidas, una proporción muy superior a las 227.691 de 2020 -hay que tener en cuenta el confinamiento-, las 262.270 de 2019 o las 262.945 de 2018, que se mantuvieron en todo caso en la línea iniciada en 2015.
Hasta agosto de este año han sido 234.021 las consultas de enfermería que se han desperdiciado, por lo que se estima que al cierre del presente ejercicio el registro quedará cerca del tope histórico. Como dato, destacar que el número de las citas programadas con enfermería se mantiene estable entre 2015 y 2020, entre los 2,5 y los 2,7 millones de consultas anuales, si bien el pasado año casi se duplican los registros anteriores al llegar a 4,5 millones, la mayoría relacionadas con la vacunación contra el virus SARS-CoV-2.
En cuanto a las citas del médico de familia, el registro más elevado de consultas perdidas tuvo lugar en 2019 con 481.044 -la cifra fue creciendo paulatinamente desde las 437.125 de 2015-, una cifra bastante superior a las 255.013 del año siguiente o a las 252.450 de 2021, sin duda en ambos casos relacionadas con las medidas de aislamiento impuestas por el Gobierno para intentar contrarrestar la virulencia del Covid. Hasta el pasado mes de agosto fueron 203.678 consultas fijadas a las que no ha acudido el paciente, por lo que este año el guarismo quedará en mitad de camino entre ambos registros.
Córdoba es la quinta provincia de Andalucía con mayor número de consultas perdidas en Atención Primaria -tanto en el global como de manera diferenciada entre médicos y enfermeros-, por detrás de Sevilla, Málaga, Cádiz y Granada, si bien para hacer una comparativa más real, atendiendo a la tasa por cada 100.000 habitantes, Córdoba se sitúa como la segunda con mayor incidencia, con 660,6 casos, solo por detrás de Cádiz (708,5).
Hay que destacar que en la Carta de Derechos y Deberes de los usuarios del SAS no se recoge la obligación de acudir a la cita concertada, ni tampoco la de anularla en el caso de no poder presentarse, si bien precisa la necesidad de responsabilizarse del uso de los recursos y prestaciones ofrecidas en el marco del sistema sanitario público de Andalucía, un servicio ya de por sí colapsado que con actitudes así se resiente todavía más.
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