Alfonso Serrano pactó cobrar solo esta temporada en caso de despido
Córdoba CF
El Córdoba se acogió a una de las cláusulas para resolver el contrato del ex director deportivo
El pucelano, cuyo contrato fue rescindido el pasado martes, ya ha advertido de que llevará el caso a los tribunales
La salida de Alfonso Serrano del Córdoba CF, que cobró oficialidad el pasado martes cuando el club comunicó la rescisión del contrato que unía a ambas partes, tiene todos los visos de reservar algún que otro capítulo aún, sin descartar incluso un final en los tribunales. El desencuentro entre la entidad y el que fuera su director deportivo radica en los términos de su desvinculación, producida de forma abrupta después de meses de negociación que finalmente quedaron en nada. El pucelano no está conforme con la postura del club y ya ha anunciado que irá a los tribunales, si bien la entidad blanquiverde utilizó una cláusula de su contrato y entiende que la rescisión se ajusta a lo pactado en su día entre el técnico y Jesús León.
Según ha podido saber el Día, el Córdoba despidió a Alfonso Serrano en base a una cláusula contractual, que especificaba que en caso de rescisión unilateral por parte del club, el director deportivo tenía derecho a "percibir la cantidad restante de la temporada en curso" en la que se produjera tal situación.
Una premisa que encaja con el mensaje que el club colgó en su página web oficial para anunciar la salida del técnico, en el que explicaba que, al no producirse un acuerdo entre las partes, la entidad optó por rescindir el contrato "abonando íntegramente la correspondiente indemnización". Otros supuestos recogidos en la entente acordada entre las partes el pasado verano permitían incluso el despido sin indemnización alguna.
Sin embargo, desde El Arcángel entendían que la situación se ajustaba a lo acordado en su momento entre Serrano y Jesús León, que fue quien contrato al vallisoletano como cabeza visible de su último proyecto en la entidad blanquiverde. La confrontación, sin embargo, parece inevitable, pues tanto el director deportivo como su entorno ya han deslizado que no están conformes con los términos del despido.
En ese sentido hay que recordar que el pucelano firmó con el Córdoba el pasado verano un contrato por dos temporadas, con opción a una más en caso de ascenso en alguna de las dos primeras temporadas. Un contrato en el que, según la información a la que ha tenido acceso este periódico, existían esas cláusulas que eximen a la entidad de una indemnización más allá del presente curso.
Meses de desencuentros
La relación de Serrano y los responsables de Infinity ha sido una especie de montaña rusa desde que la nueva propiedad llegó al club. La sintonía entre las partes se tensó sobremanera cuando antes del mercado invernal aterrizaron en la entidad Miguel Valenzuela, Juanito y David Ortega. El Córdoba justificó la llegada de esos técnicos como un refuerzo a su proyecto de futuro, y consideró en todo momento compatibles a los recién llegados tanto a Serrano como a Jorge Rodríguez de Cózar y el resto de trabajadores de la secretaría técnica.
De parte del director deportivo, sin embargo, aquello se vio como una pérdida importante de poder en sus atribuciones iniciales, lo que le hizo deslizar en varias comparecencias su incomodidad. Una oferta del Real Oviedo, que tuvo prácticamente cerrada su llegada, contribuyó a que su salida se diera prácticamente por hecha.
Durante semanas, ambas partes hablaron para alcanzar un acuerdo de desvinculación, que incluso llegó a estar cerrado y con el visto bueno de los propietarios desde Bahréin. El trato, que recogía condiciones más ventajosas para Serrano que la rescisión efectuada por el club hace unos días -una compensación por los pluses en caso de ascenso-, no terminó de sellarse entonces porque el pucelano optó por seguir hasta final de temporada, con la idea de no desestabilizar al equipo en un momento en las cosas marchaban muy bien en lo deportivo.
Sin embargo, la destitución de Raúl Agné volvió a provocar un giro en la situación. Volvieron entonces las conversaciones para la salida de Serrano del club -así se entiende que no estuviera dentro del ERTE presentado a la totalidad de los trabajadores deportivos-, que finalmente no llegaron a una entente entre las partes, al quedar ya en nada el preacuerdo cerrado semanas antes. Ante tal circunstancia, el Córdoba ejecutó el despido del que era su director deportivo, que ahora sopesa llevar el caso a los tribunales. Un desenlace abrupto para una relación, la de Serrano y la nueva propiedad, que desde el inicio fue incómoda.
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