Caras iluminadas ante la nueva ilusión (3-1)
Córdoba CF - Atlético Sanluqueño | La Crónica
El Córdoba resuelve en los minutos finales ante un exigente rival en inferioridad desde el 18
Los blanquiverdes, planos en su juego, enlazan cinco jornadas sin caer y acechan el 'play off'
¡Qué liberación! ¡Qué subidón! Y mira que costó. Pero el Córdoba CF sumó ante un rival exigente, a pesar de jugar más de 75 minutos en inferioridad numérica, una trabajadísima victoria que le permite colocarse de nuevo a distancia de un play off que ve a dos puntos. Los blanquiverdes, que engancharon por primera vez en mucho tiempo dos triunfos –la última vez ocurrió al final del curso 17-18–, tuvieron que esperar a los compases finales para resolver la batalla y convertir en una fiesta El Arcángel, del que todos salieron con la cara iluminada como si fueran niños. Sin duda, el mejor fin de fiesta a la nueva ilusión despertada con el cambio de propiedad y la vuelta de la estabilidad a una institución que merece vivir tranquila algún tiempo.
Con el único cambio de Miguel de las Cuevas por Xavi Molina para dar un aire más ofensivo al equipo, el CCF tardó bien poco en acumular posesión ante un enemigo bien ordenado y solidario a la hora de defender, y con las ideas muy claras para salir en transición. Un panorama que exigía de una velocidad en la circulación y movilidad entre los hombres de ataque que el conjunto blanquiverde no fue capaz de encontrar casi nunca.
Con los laterales jugando siempre en campo contrario, lo que reducía aún más los espacios por fuera y provocaba la acumulación constante en zonas interiores, las primeras dos ocasiones locales llevaron la firma de José Antonio González: un cabezazo bombeado y sin fuerza que atrapó bien Isma Gil y un zurdazo desde la frontal que no encontró el ángulo. La respuesta del Sanluqueño fue una internada hasta la línea de fondo de Nando Quesada que resolvió en el suelo Becerra ante la llegada con todo de Antonio Jesús.
Con el Atleti jugando sin complejos, valiente en su planteamiento con pelota y cómodo a la hora de proteger su arco, una pelota bien peleada por De las Cuevas y Juanto Ortuño en la corona del área provocó el primer sobresalto. El delantero se plantó ante el meta y Edu Oriol lo derribó por detrás; penalti y expulsión. Sólo faltaba el gol para completar la ecuación, pero el disparo raso y sin potencia del yeclano lo atajó Isma Gil para dejar en pie a los suyos.
Para hacer más negro aún ese minuto 18 para la escuadra gaditana, Geijo se fue al suelo aquejado de un problema muscular en su gemelo derecho; cuatro minutos después, Darío Guti ocupó su sitio en el equipo de Abel Gómez, que pasó a formarse sobre un 4-4-1. El nuevo decorado del duelo obligaba al Córdoba a dar un paso adelante, a romper con esa monotonía, más allá del control excesivo de la situación. Arriesgar, en definitiva, porque de otra manera parecía complicado penetrar sobre la buena retaguardia gaditana.
Pero el Sanluqueño es algo más que defensa. Con el sello de Abel, sabe qué hacer cuando le toca mirar la portería contraria; Peli dio el aviso más serio con un latigazo raso que repelió el poste. Perdido en demasiados pases al pie, fáciles de contrarrestar por los visitantes, el Córdoba aún sufrió una vez más antes del descanso, con una transición a la carrera de Nando Quesada que el extremo finalizó con un zurdazo al lateral de la red.
Estaba el partido aletargado, necesitado de un chispazo. Y eso fue lo que provocó De las Cuevas con el 45 ya asomando. El alicantino ajustó primero con un latigazo desde la frontal que encontró la respuesta felina de Isma Gil y remató acto seguido para poner por delante a los blanquiverdes culminando un gran pase de Jesús Álvaro. Al filo del descanso, el CCF lograba lo más difícil.
Ante la previsión de que el Atleti daría un paso al frente, Agné retiró a Juanto para dar minutos a Owusu, mucho más vertical, como quedó claro en su primera aparición buscando el espacio camino del área. Con todo, el primer susto llegó con un centro de Zelu que Álex Cruz desvió hacia su meta, exigiendo el vuelo de Isma Gil. El Córdoba jugaba cómodo, tal vez en exceso, sin un punto de maldad extra. El reflejo más claro, una conducción infinita de Javi Flores sorteando rivales… hasta perderla sin chutar ya dentro del área.
Y eso terminó pagándolo, con el empate de Darío Guti tras una buena asistencia al primer toque de Peli y una definición ajustada al palo para culminar una conducción imposible de permitir. Un directo al mentón del que el CCF quiso levantarse pasando de nuevo a sumar posesiones largas, jugando en campo enemigo, robando rápido… pero sin el arrojo y la suficiente claridad para aparcar la previsibilidad, para superar líneas con pases más allá del horizontal.
Con De las Cuevas ya jugando por dentro de continuo y ante las circunstancias del rival, Agné buscó mayor profundidad con Sebas Moyano. El Atleti quiso responder teniendo más balón, y casi se encuentra el segundo tras una pelea de Owusu que terminó por dejar a Flores en el mano a mano ante Isma Gil, que ganó la partida.
Las apariciones cada vez más constantes del capitán entre líneas, aprovechando el apoyo de Miguel de las Cuevas, pasaron a ser la principal vía de escape ofensiva cordobesista, junto a la extraña (por desconocida) intención de asociación de Owusu. Pero como tantas veces, faltaba la guinda de definición, hallar el último envío que tumbara al Sanluqueño, sostenido en la ida y vuelta de Peli, ordenado y bien plantado para minimizar todo peligro real.
El cuarto de hora final se dibujó como una ofensiva incesante. De las Cuevas permitió el vuelo de Isma Gil y Owusu y Fidel Escobar no acertaron a resolver una larga jugada en el área del Atleti. El público se encendió. Y la recompensa no tardó en llegar. Un córner en corto acabó con Fidel ganando el esférico en el segundo palo para que Djetei lo llevara a la red.
Quedaban poco menos de diez minutos y el Sanluqueño jugó a ganador dando entrada a Güiza por un central; Agné respondió con la salida de Xavi Molina por Zelu. Y llegó fue el tercero, el de la tranquilidad, el de la liberación, tras una contra de Owusu que finiquitó Sebas. El Arcángel explotó por fin y las caras se iluminaron con el pitido final. Ahora, a disfrutar, que ya está bien de sufrimientos.
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