El Córdoba CF se dispara en el pie ante la Balona (0-1)

Un disparo en el pie cuando la temporada fluía. El Córdoba CF se dio un tortazo de dimensiones siderales ante la Real Balompédica Linense para caer hasta la segunda plaza justo al alcanzar el ecuador del campeonato, quedándose sin un honorífico título de campeón de invierno que durante muchas semanas mereció, pero al que no se ha hecho acreedor en el último mes de competición. Lo peor, más allá de los tres puntos que vuelan de El Arcángel por segunda ocasión consecutiva, es la sensación que desde hace tiempo arroja el juego de un equipo al que los resultados han mantenido, pero que ya no tiene la brillantez con la que arrancó el curso.

La absurda aunque injusta expulsión de Simo -capítulo aparte merecería el extremo- lastró en exceso a los blanquiverdes, pero lo cierto es que hasta ese momento el Córdoba no estaba cómodo y no era capaz de superar a una Balona más ambiciosa de lo esperado y que supo hacer daño al equipo de Germán Crespo con sus armas. Lejos de su mejor nivel, el Córdoba fue un equipo vulgar y predecible al que, para colmo, tampoco le sonrió la fortuna.

El once inicial del Córdoba dejó la llamativa presencia de Antonio Caballero, que solo necesitó de dos entrenamientos para convencer a Germán Crespo y que el granadino le diese la titularidad al, hasta ahora, único fichaje en el mercado de invierno del equipo. También entraron en el equipo titular De las Cuevas, por Casas; Puga, por José Ruiz; y Gudelj, por José Cruz.

Desde los primeros compases ya se vio que el choque no sería nada sencillo para el Córdoba CF, porque la actitud de la Balona no era la de un equipo que llegase a El Arcángel a especular. Los albinegros pusieron de inicio más intensidad y concentración que los blanquiverdes, activándose en la presión y mostrándose solidarios en las ayudas defensivas.

Esa actividad frenética del conjunto balono incomodó al Córdoba, espeso y poco preciso en las transiciones, hasta el punto de que le costó más de un cuarto de hora entrar en calor. La primera ocasión la puso Joao Pedro para los visitantes, con un disparo flojo tras una pérdida por exceso de conducción de Jorge Moreno. Los de Rafa Escobar, con las líneas juntas, maniataron la salida del CCF y el equipo de Germán Crespo sufrió para ganar metros, salvo cuando Gudelj encontraba vías directas para desplazar la pelota desde atrás.

Para activarse por fin, el Córdoba necesitó de una gran ocasión, quizás la más clara de todo el primer tiempo. Una salida por la izquierda de los blanquiverdes la cambió de banda De las Cuevas, al que Carracedo devolvió el balón con un centro raso que el alicantino remató de primeras, encontrándose con la mano salvadora de Varo.

Ese fogonazo hizo que el conjunto cordobesista despertara y nivelara la contienda, hasta el punto de meter en serias dificultades a una Balona que empezó a sufrir. Antes de la media hora de juego, Willy Ledesma peleó hasta la extenuación un balón con Morante, ganando la acción y quedando ante Varo, pero en el momento decisivo decidió ceder el balón a Carracedo, quien disparó alto desaprovechando una ocasión clarísima para haber adelantado a los suyos. El Córdoba ya era otro y poco después de nuevo asociaron Carracedo y De las Cuevas, para que Miguel pusiera un balón tenso en el punto de penalti que no acabó en gol de milagro, pasando entre las piernas de Willy y los centrales.

Pero cuando más entonado estaba el Córdoba, casi a punto de hincarle el diente al rival, una inoportuna interrupción del juego enfrió de nuevo el choque. Escenario ideal para la Balona, que además antes del descanso se encontró con un lance que iba a cambiar radicalmente el choque. En una acción de ataque de los locales, Simo soltó el brazo ante Loren, que exageró de manera demencial la caída consiguiendo que el árbitro expulsara con roja directa a Simo. Un castigo desmesurado para una acción lejos de ser una agresión, pero en todo caso bastante poco inteligente por parte del hispano-marroquí.

La inferioridad numérica con la que el Córdoba afrontaba la segunda parte era un reto incluso mayor a la entidad de un rival bien plantado. Pero el conjunto blanquiverde supo salir con una actitud radicalmente opuesta a la del primer tiempo y, aprovechando el paso atrás de la Balona, hacerse con el control a pesar de tener un hombre menos. Germán Crespo apostó por dar entrada a José Ruiz y adelantar a Puga, que en la primera acción recibió un pase de Willy y encaró a Varo, pero su disparo se marchó desviado sin coger la rosca que el carrilero buscaba.

Con paciencia, el Córdoba fue capaz de mover el balón con mucha más claridad que en la primera parte, ante un rival indeciso. Y es que a la Balona le entró el mal de alturas de ver el partido muy de cara. Los de Rafa Escobar se acomplejaron entonces y perdieron la ventaja de jugar con uno más, unido a que los cambios del técnico cordobés desdibujaron a su equipo.

El control fue monopolio de los blanquiverdes pero, lógicamente, con uno menos costó ya un mundo cada ataque. Germán Crespo trató de buscar una vuelta de tuerca con la entrada de Casas y Cedric Teguia, sin llegar a conseguir que el dominio facilitase remates claros contra la meta de Varo. Y eso que el CCF lo intentó a base de centros laterales, pero el conjunto de La Línea se defendió a la perfección en esas acciones.

La victoria parecía ya una utopía, pero el destino reservaba al Córdoba un cruel giro de guion. En uno de sus pocos ataques del segundo acto, la Balona se llevó el duelo con un cabezazo de Toni García tras un gran centro de Loren, que superó a la zaga blanquiverde y facilitó el remate de su compañero para llevar la zozobra a la grada de El Arcánge.

Germán Crespo, a la desesperada, agotó los cambios dando entrada a Sergio Benito por Calderón. Un movimiento ya infructuoso, porque el que la tuvo fue Casas, que recibió en el área de Diarra y soltó un derechazo que sacó Varo de manera providencial para asegurar el sorpresón de su equipo en El Arcángel ante un Córdoba que por primera vez en mucho tiempo vuelve a perder dos partidos seguidos en su feudo.