Córdoba CF - Barcelona Atlètic: Ellos ya saben lo que es lograr un ascenso en El Arcángel
'Play off' de ascenso a Segunda División
Seis integrantes de la plantilla que dio el salto a Primera en el 71 tras derrotar al Hércules en casa rememoran aquella gesta y dan las claves para superar al filial azulgrana
Ese segundo salto a la elite es el único de los nueve que adornan el historial del club blanquiverde amarrado de local, aunque la celebración se pospuso una semana
Guía para el aficionado para no perderse nada del partido entre el Córdoba CF y el Barcelona Atlètic
Córdoba/A punto de cumplir 70 años, el Córdoba CF busca este domingo ante el Barcelona Atlètic (El Arcángel, 21:00) el décimo ascenso de su historia. El conjunto blanquiverde tiene que hacer bueno el empate del primer partido de la final del play off a Segunda División en el Estadi Johann Cruyff (1-1) para sellar su retorno al fútbol profesional, y para ello le valen dos de los tres resultados posibles; sólo la derrota ante el filial azulgrana, ya sea en el tiempo reglamentario o tras prórroga (no hay penaltis), apartaría de la gloria al equipo de Iván Ania. Un grupo que estará arropado por más de 21.000 aficionados ansiosos de poder volver a celebrar en casa un éxito de los suyos, un rara avis para un CCF que sólo ha festejado uno de sus nueve saltos de categoría de local, y de aquel curso 70-71 ha pasado ya más de medio siglo.
En aquella plantilla que hizo historia al lograr el segundo ascenso del Córdoba CF a Primera División -el tercero de su palmarés, tras el logrado a los dos años de su fundación a Segunda-, el acento local y la juventud eran la nota dominante. El que estaba llamado a ser un curso de transición, asumido ya el final de la etapa gloriosa entre los mejores y con una convencida apuesta por la cantera para paliar la marcha de ilustres veteranos como Juanín o Navarro y compensar el importante déficit económico del club, se convirtió en un año inolvidable. La fortaleza en El Arcángel fue el factor diferencial en un equipo que llegó a la penúltima jornada con la posibilidad de confirmar su salto a la máxima categoría. Y no falló. La victoria ante el Hércules (2-1) convirtió el 30 de mayo de 1971 en una fecha mágica para la entidad.
Entre otras cosas porque, ni antes ni después, el CCF ha podido celebrar en casa un ascenso; los otros ocho llegaron siempre a cientos de kilómetros de la ciudad. Ahora, pasados 53 años, los blanquiverdes tienen ante sí la oportunidad de repetir gesta, para lo que les vale no perder ante el Barcelona Atlètic. Es por eso que el Día ha querido reunir a algunos de los integrantes de aquella mítica plantilla que con maestría confeccionó Rafael Campanero y dirigió Pepe Juncosa, con el objetivo de recordar lo que fue capaz de hacer un equipo por el que “nadie daba un duro” y dar las claves para que este domingo acabe en fiesta en Las Tendillas.
Cruz Carrascosa, Pepe Escalante, Juan Verdugo, Manolo López Prieto, Ángel Torres y Manolín Cuesta, que participaron en el partido decisivo ante el Hércules junto a Molina, Rivera, Mingorance, Rodri, Diego Moreno y el paraguayo Rojas, además de Cepas, que entró desde el banquillo, dan voz al resto de un plantel que, por méritos propios, siempre tendrá un lugar en la historia del club. De aquel mítico equipo también formaban parte Llamas o Varo -ambos en la foto que ilustra la información, de la que no pudieron participar Torres ni Manolín Cuesta-, junto al brasileño Totó, García, Crispi, Salas, Jeromo, Alarcón… Un Córdoba CF que, hasta la fecha, es único, porque ningún otro ha podido hacer lo que ellos… a la espera de lo que ocurra el domingo.
“Nadie daba un duro por nosotros”
“Era un año de transición, con muchos jóvenes de la casa, un equipo que no se esperaba ascender, pero salió la cosa bien y lo conseguimos, aunque fuera de cuartos”, rememora Juan Verdugo, único jugador que partió de titular en los 38 partidos de aquella temporada en la que la ampliación a 18 equipos de la Primera aumentó hasta cuatro la nómina de ascendidos desde Segunda. “Conseguimos un objetivo por el que nadie daba un duro por nosotros”, incide Manolín Cuesta, autor del primer gol de aquel triunfo vital a los 20 segundos con el que elevó su cuenta particular hasta los 16 tantos, con los que compartió el pichichi con Santillana (Santander), que destaca la bisoñez del equipo: “Éramos jovencísimos y casi todos de la casa, era cuando el Córdoba cuidaba la cantera; luego unos pocos salimos traspasados”.
Precisamente ese ADN cordobesista fue clave en el devenir de la temporada. “Nos habíamos hecho de abajo a arriba, nos conocíamos muy bien y sabíamos las virtudes y los defectos de cada uno”, anota Cruz Carrascosa, que señala al sello propio de Juncosa para ser un equipo difícil de batir: “Éramos muy guerrilleros, y más en casa, y los rivales nos temían porque le echábamos muchos... carácter”. “Éramos un equipo muy de pelear, aunque también teníamos algunos buenesitos técnicamente”, apunta Torres, que aún hoy se emociona al recordar aquel 30 de mayo y la victoria definitiva ante el Hércules. “Soy muy sentimental y el Córdoba es lo más grande; al entrar a la caseta comencé a llorar como un niño porque ascender con casi todos de Córdoba fue algo muy bonito”, recuerda con nostalgia.
Sin embargo, la alegría del vestuario tras conseguir el ascenso no se contagió de inmediato a la grada de El Arcángel, lleno como en las grandes ocasiones. “Sabíamos que ganando, con otros resultados en otros campos, estábamos ascendidos. Escuchamos los resultados y lo sabíamos, pero la afición no se enteró hasta ya entrada la semana”, indica Torres, consciente de que eran otros tiempos y había que mirar los goal averages. “Estábamos con la incertidumbre de ver qué hacían los demás equipos, pero sabíamos que ganando lo teníamos hecho”, insiste Verdugo, al tiempo que Cruz Carrascosa deja claro que la plantilla echó “el resto” para que no se escapara la oportunidad de volver la elite del balompié nacional tres campañas después de haber enlazado siete entre los mejores clubes de España.
Esa confusión de la afición, y el hecho de no haber podido celebrar el ascenso como merecía sobre el campo, es la que aún hoy deja un sabor agridulce a Manolín Cuesta. “Sabíamos que ganando estábamos ascendidos, el campo estaba lleno, metimos al principio y la alegría fue enorme por ascender. Lo malo de aquello fue que cuando terminó el partido, en el que pasamos apuros al final porque el Hércules tenía un buen equipo, la gente no reaccionó como nosotros esperábamos tras un ascenso y eso nos dejó un mal sabor de boca”, explica el máximo goleador histórico de la entidad (93 tantos en 274 partidos), que rápido puntualiza que todo quedó recompensado a la vuelta de Castellón, tras una ya intrascendente última jornada en la que los orelluts vencieron por la mínima (1-0) con una diana de Vicente del Bosque.
Recibimiento en Andújar y caravana hasta Córdoba
“Nos dieron una sorpresa tremenda porque fueron a esperarnos a Andújar y de allí vino una caravana de coches acompañando al autocar; lo pasamos muy bien y nos dio mucha alegría”, incide De la Cuesta en una opinión compartida por el resto de compañeros. Manolo López Prieto rememora también “la sorpresa” que supuso ver numerosos aficionados allí “para conducirnos hasta la ciudad para celebrar el ascenso”, con una avenida de La Victoria que estaba “a rebosar”, como apostilla Ángel Torres. No era para menos ante tan inesperada hazaña, hasta tal punto de que la prima que a comienzos de temporada pactaron entre la plantilla y la directiva encabezada por Campanero era por amarrar la permanencia en la categoría de plata, esa que este domingo busca reconquistar el Córdoba CF ante el filial azulgrana.
Un partido para el que Pepe Escalante, que también tiene en su palmarés dos ascensos, precisamente a Segunda, como técnico -Cartagena 1999 y Huesca 2007- considera que “el porcentaje a nuestro favor es elevado, pero hablamos de fútbol y de un partido, el partido, en el que no valen todas las cosas de mérito que hemos hecho durante la temporada, aunque hasta ahora el equipo ha demostrado que si está ahí es porque lo ha hecho bien”. Es por eso que ve clave “estar tranquilos, pero no parsimoniosos” y “saber gestionar los momentos que deja cada partido”. “Llevando la tónica de los partidos del play off, antes con la Ponferradina y ahora con el Barcelona, esa actitud, pienso que lo vamos a lograr; me gusta cómo está jugando el equipo, pero hay que estar seguros atrás y en el centro del campo”, señala Torres.
Verdugo, por su parte, se detiene en la importancia de la portería a cero, que el Córdoba CF ha logrado dejar en 19 de los 41 encuentros oficiales disputados hasta la fecha. “La clave es que no te hagan gol, principalmente; si nosotros lo hacemos, mejor, pero lo principal es mantener la puerta a cero”, apunta el que fuera lateral izquierdo internacional con España, que recuerda que ha jugado “tres o cuatro finales de estas, y ascendimos la que menos apostaban por nosotros, y otras siendo campeones no ascendimos, lo que es el fútbol”. “Jugar en casa la final es importantísimo, pero lo más importante es que no hagan gol, porque estos chavales vienen a por todas”, sentencia.
Una clave que también maneja Manolín Cuesta. “Es fundamental que el equipo no se ponga por debajo en el marcador, porque entran los nervios. Hay que tener tranquilidad e ir a ganar con confianza, como si fuera un partido más, no una final”, matiza el delantero, que da mucho valor a que la eliminatoria se decida en El Arcángel: “La afición es importantísima, porque no es lo mismo jugar en un campo con más de 22.000 personas, aunque a estos chavales no les va a afectar mucho porque ellos saben que su futuro lo tienen casi resuelto”. “Ellos son jóvenes y se juegan poco porque tienen poca responsabilidad; saben que la mayoría que van a dar el salto y juegan sin presión y eso va a ser un hándicap”, continúa el cordobés que señala un último factor: “No se puede salir a empatar, aunque nos valga; el Córdoba CF tiene equipo para superar” al Barcelona Atlètic.
El factor campo “se tiene que notar”
“Es importante no creernos que estamos ya en Segunda, porque como nos lo creamos antes de salir a jugar… No podemos salir al empate, aunque nos valga; el equipo tiene que salir a ganar, con espada y casi sin escudo, a pegar bocaos desde el principio a ver si los chavales del Barça se vienen abajo”, sintetiza de manera concisa Cruz Carrascosa, que tiene claro que “hay que jugar con más carácter que ellos” para intentar que al final del partido “podamos celebrarlo… y no llorarlo”. Esto último no pasa por la cabeza de ningún cordobesista, ni los más de 21.000 que estarán en El Arcángel ni los que apoyarán desde casa (o cualquier otro rincón, que todos son buenos). Porque como recuerda Torres, “celebrar un ascenso es lo que nos corresponde, por ciudad y por afición”.
Precisamente ese factor campo “se tiene que notar”, como señala López Prieto y abunda Escalante: “Jugar en casa es muy positivo, porque hay casos en las circunstancias hacen que se prefiera jugar fuera, pero la gente aquí ha demostrado que está con el equipo de forma incontestable y esa es un arma que tenemos con anterioridad al partido que debe servir para fortalecernos”. De hecho, Cruz Carrascosa va un poquito más allá, pues “la afición ahora mismo es de quitarse el sombrero y se tiene que notar el empuje desde la grada desde que lleguen los autobuses al estadio; dentro de la legalidad, hay que amedrentar al enemigo”. Una tarea, junto a la de animar a muerte a los suyos, para la que el cordobesismo lleva muchos años esperando. Este es EL PARTIDO, y hay que darlo todo para poder celebrar, por fin, un segundo ascenso en casa. Porque ya toca.
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