Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
La financiación autonómica, ¿Guadiana o Rubicón?
Córdoba CF
El Córdoba CF vive horas clave para su futuro. A escasos cinco días de que la plantilla acumule su tercera nómina impagada, abriendo la puerta así a una salida en bloque que obligaría a cerrar la temporada de forma anticipada y abrupta, el club blanquiverde está ante un momento de incertidumbre máxima con múltiples actores en un escenario amenazado de cambios por lo acontecido en la jornada del lunes, que no fue poco.
De inicio, llegó la esperada respuesta de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a los autos para la subasta de la Unidad Productivasubasta de la Sociedad Anónima Deportiva actual –y su entrada en concurso de acreedores voluntario– dictados el pasado lunes por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Córdoba. Y, como entraba en el guion su aparición fue para poner un recurso de reposición –los motivos esgrimidos están en la información adjunta– que ahora tendrá que estudiar el mismo magistrado, lo que en circunstancias normales invitaría a pensar que no será atendido.
Un movimiento, el del ente federativo, que no frena en su objetivo de pasar a controlar el Córdoba a Infinity, el grupo inversor con sede en Bahréin que originó con su oferta –no sólo económica, sino de proyecto deportivo– el proceso en curso. Es más, según pudo conocer el Día, su hoja de ruta contempla todos los escenarios posibles, que pasan por mantener la plaza en Segunda División B como la pérdida de la categoría, aunque su confianza en la primera opción es manifiesta.
Pero cualquier decisión será en el medio plazo, pues cualquier tipo de castigo sería a partir de la próxima campaña. Y pasaría por ver la resolución final de un procedimiento que ya fue positivo el lunes para Infinity, toda vez que el plazo abierto por el Mercantil para sumar alguna propuesta más a su propuesta se cerró sin la incorporación de nuevos postores, salvo alguna sorpresa por vía telemática de última hora.
Este hecho obligó a retrasar a este martes el dictamen de autorización de la venta por parte del juez Antonio Fuentes Bujalance. Es el siguiente paso antes de que Francisco Estepa, en su papel de administrador concursal de la sociedad, determine si culmina finalmente la operación. Tanto el letrado como el titular de lo Mercantil han defendido desde el primero momento la necesidad imperiosa de hallar una solución para el club que pasa, de manera inexorable, por una notable e inminente inyección económica.
Porque es eso, y no otra cosa, lo que necesita el Córdoba para seguir caminando, a ser posible saliéndose del alambre en el que se ha instalado. ¿Hay más fórmulas para conseguir esa liquidez? Está por ver, y todo pasa por la actuación definitiva de los otros posibles ofertantes, que salvo giro radical sólo tienen sobre la mesa la alternativa de coger una vía alejada de la subasta de la Unidad Productiva con la intención de controlar la actual SAD, sobre la que pesan unas deudas por encima de los 10 millones de euros, según la administración judicial.
Los movimientos entre bambalinas se multiplicaron durante las últimas horas, y habrá que ver si acaban con la presentación de algún proyecto –y la aportación financiera de forma urgente– que pueda convencer a Estepa de la conveniencia de parar el proceso abierto de subasta y escoger de nuevo esta vía. Todo con la duda de fondo de si el paquete accionarial mayoritario es de Jesús León o Carlos González, que mantienen un pleito en curso cuya primera vista, para la cautelar, está fijada para el 13 de diciembre.
De la mano del montoreño, tal y como había advertido a la emisión del auto, aunque finalmente por un camino diferente, fue presentada ya una propuesta al administrador concursal, bajo la firma del empresario Luis Alberto Escolano Marín.
Además, está por ver si surge el esperado movimiento por parte de Bitton Sport, que desde el primer momento dejó entrever la intención de entrar en la puja, aunque ahora tenga que coger la vía paralela; y en qué papel aparece la asociación Minoritarios CCF en su voluntad de velar por los intereses de la sociedad. Un escenario lleno de actores, pero en el que lo principal es el dinero. Y ya.
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