El Córdoba CF contrarresta al Levante (y al VAR) y vuelve a sumar fuera (2-2)

Córdoba/Un punto en el fortín del Ciudad de Valencia. El Córdoba CF arañó un empate que le sabe a victoria en su visita al Levante. Más de dos meses después del único punto logrado como visitante por el conjunto blanquiverde, llegó el segundo. Fue en un partido de infarto con una segunda parte loca que tuvo de todo: la primera ventaja del CCF lejos de su estadio, las concesiones defensivas de siempre y un nuevo sainete con el árbitro de por medio que a punto estuvo de hundir a los de Iván Ania. Por fortuna, el conjunto blanquiverde rescató un merecido punto en el tiempo añadido y encadena al fin dos resultados positivos, algo que ahora deberá hacer bueno en El Arcángel con la idea de tomar aire en la clasificación antes del final de la primera vuelta.

Aunque finalmente el destino devolvió al Córdoba CF el penalti con el que le había castigado Lax Franco, bien haría la entidad blanquiverde en exigir más respeto arbitral en los estamentos que sean necesarios. En esa tarea, de puertas para adentro, deberían trabajar los gestores antes de airear supuestas reclamaciones que, visto lo visto, han conducido a poco. Porque a nadie se le escapa que no es normal que antes del ecuador de la competición al Córdoba le hayan señalado ya nueve penaltis en contra. Muchos de ellos, para ser justos, bien señalados, pero especialmente los dos últimos claman al cielo. Ante el Levante, el murciano Lax Franco quiso emular a su paisano Sánchez López y dejó patente su incompetencia, castigando con pena máxima una acción de Marvel nada clara que tuvo que ser revisada durante más de cinco minutos, sin que existiera una toma definitiva para salir de dudas.

Pero, más allá del lío arbitral, el duelo tuvo fútbol, mucho fútbol. Ania tenía muy claro su plan en el Ciudad de Valencia, idea que ya esbozó en la previa, de que su equipo estuviera muy junto y a la hora de defender. Por ello, el asturiano optó por sacar del once inicial a Ander Yoldi y dar entrada a Álex Sala, dibujando un claro 4-1-4-1 que tenía la misión de cerrar los pasillos interiores y obligar al Levante a salir por las bandas. Marvel, como se intuía, relevó a Calderón en el lateral izquierdo, en la apuesta más natural dentro de las carencias que presentaba el CCF por las bajas acumuladas en defensa.

Con la idea de ir creciendo en el partido y evitar sobresaltos en los primeros compases, el Córdoba CF entró bien en el partido. La presión de los blanquiverdes empezó siendo muy efectiva, logrando desconectar del juego a Oriol Rey para dificultar así el inicio de juego de los granotas. Con el balón en los pies, eso sí, al conjunto blanquiverde se le volvió a ver esa falta de atrevimiento que habitualmente le atenaza como visitante. Con todo, la primera acción reseñable del partido para el Córdoba, con una buena combinación entre Carracedo y Carlos Isaac que el lateral convirtió en un pase atrás que Álex Sala remató flojo.

Siempre con la premisa de defender achicando el espacio disponible para su rival, el Córdoba CF consiguió que al Levante le costase conectarse al juego. Los de Julián Calero tuvieron que abusar del balón en largo en los primeros compases y sus apariciones en ataque fueron inconexas. En la primera, eso sí, Iván Romero dejó clara la peligrosidad del cuadro valenciano cuando encuentra espacio. El ariete ganó la espalda a Martínez y le complicó la vida a Carlos Marín, en una acción en la que se debió señalar fuera de juego. Lax Franco no lo hizo y en el córner derivado de esa primera ocasión tuvo una clara opción de gol Pampín, cuyo remate no cogió portería.

Pese al primer buen cuarto de hora que protagonizó el CCF, el Levante empezó a cobrar protagonismo a medida que Carlos Álvarez intervino más en el juego. El genial mediapunta de los granotas empezó a ser indetectable para la zaga, amenazando constantemente con pases al espacio que tensaron a los de Iván Ania. El Córdoba, que empezó a acusar su imprecisión en los pases y que tampoco fue capaz de ganar las segundas jugadas, se sentía cada vez más incómodo y el Levante vio como a Pablo Martínez le anulaban un gol por fuera de juego, en una buena acción de la línea defensiva de los blanquiverdes.

Pasada la primera media hora de juego, la intensidad en la presión del Córdoba cayó de manera considerable y eso permitió al Levante manejar el ritmo del partido, con Oriol Rey empezando a aparecer de manera más habitual, lo que facilitaba mucho el inicio del juego para los granotas. Con todo, el Córdoba mantuvo la compostura y, pese a no ser capaz de aparecer en ataque, supo capear los acercamientos del Levante sin recibir castigo antes del descanso, en parte también por cierta falta de ambición de los de Julián Calero, que no terminaron de incidir sobre las dudas del CCF.

El golazo de Théo Zidane

Las dudas con las que el Córdoba CF acabó la primera parte se disiparon nada más reanudarse el juego. En una gran acción ofensiva, el CCF llevó el balón a la izquierda, desde donde Adilson Mendes conectó con Álex Sala, que cambió el balón de banda para que Carlos Isaac asistiera a Théo Zidane, cuyo zurdazo a bote pronto sorprendió a Andrés Fernández para poner el 0-1. Un golazo que significaba la primera ventaja en el marcador de la temporada para los blanquiverdes lejos de su estadio.

Ese gol hizo dudar al Levante, que se abrió peligrosamente y concedió un mano a mano de Adilson con Andrés García del que el luso se zafó para rematar fuera por muy poco. Una acción que levantó los pitos en la grada y que tensó el ambiente. Acto seguido, Sintes remató un balón que había quedado suelto en un córner y lo estrelló en el cuerpo de un zaguero. El Córdoba había olido sangre y quería rematar la faena.

Sin embargo, como ha sucedido tantas y tantas veces esta temporada, el conjunto cordobesista volvió a pecar de pardillo en defensa. En una falta sin aparente peligro, Carlos Álvarez anticipó el saque de manera brillante y Morales cogió con la empanada a la zaga para batir a Carlos Marín con una vaselina. Ni presión al balón parado, ni choque de un central con el rematador para impedirle ingresar en el área. Una candidez desesperante que amenazaba con echar por tierra el buen trabajo de los hombres de Iván Ania.

Porque, a raíz de esa acción, el Levante se animó en busca de la victoria. Kochorashvili vio como, pasada la hora de juego, le anulaban un gol por fuera de juego claro. Y, poco después, llegó la acción clave del encuentro. En un despeje de Marvel en el que Brugué chocó con el central entró la revisión del VAR. Con el juego detenido durante más de cinco minutos, Lax Franco fue al monitor a revisar una acción de la que no fueron capaces de servirle una toma concluyente. Pese a ello, el murciano señaló un penalti que debió intuir, porque las imágenes no mostraron más que un contacto más forzado por Brugué que provocado por Marvel.

De esa lamentable decisión arbitral se aprovechó el Levante para ponerse por delante con el gol de Kochorashvili que dejó sentido al Córdoba. Ania quiso que su equipo reaccionase y se agarró para ello a Jacobo en primer lugar y poco más tarde a Ander Yoldi. Los blanquiverdes no se descompusieron pero tampoco fueron capaces de tener clarividencia. Con el Levante rondando el tercero, el CCF se afanó en quemar sus naves y, ya con el tiempo cumplido, el destino le devolvió a los blanquiverdes lo que el árbitro le había quitado con un penalti, este sí clarísimo, por mano de Andrés García ante un remate de Jacobo.

Para completar su esperpéntica actuación, Lax Franco fue a revisar una acción que clamaba al cielo y, claro está, no tuvo más remedio que señalarla. Jacobo agarró el balón con personalidad y lo clavó en la escuadra de la meta de Andrés Fernández, dando al CCF el punto que como poco se había merecido ante el Levante.