Del día más negro a la calma actual en el Córdoba CF, 365 días en blanquiverde

Córdoba CF | Un año de la detención del ex presidente Jesús León

Este sábado se cumple un año de la detención del ex presidente Jesús León que dio paso a la administración judicial que allanó el camino para el desembarco de Infinity

Aunque en lo deportivo el equipo siga en Segunda B, mucho ha cambiado el panorama institucional de un club que quiere crecer dejando a un lado su triste pasado reciente

La Guardia Civil se lleva documentación durante su registro a las oficinas de El Arcángel. / El Día

El 7 de noviembre de 2019 amaneció lluvioso. Las nubes cubrían el cielo plomizo de Córdoba. El frío del otoño, ese que te va calando los huesos sin darte cuenta, empezaba a dejarse notar… Aunque nadie podía imaginar que no habría abrigo ni paraguas que evitara el escalofrío que desde bien temprano se coló en el cuerpo de toda una ciudad, la futbolera y la que no lo es tanto. Ver El Arcángel rodeado por un puñado de coches de la Guardia Civil fue el arranque de la jornada más negra del club blanquiverde en más de 60 años de historia, que acabó, ya entrada la tarde, con la detención en su domicilio del entonces presidente, Jesús León. Parecía el más triste de los finales, ese que una entidad acostumbrada a andar sobre el alambre volvió a sortear para empezar a construir lo que es hoy de la mano de Infinity.

Pero los once meses que el grupo de capital de Bahréin lleva al frente de la gestión del Córdoba CF se gestaron uno antes, y de una manera tan sorpresiva (¿?) como triste. La infame gestión de Jesús León, continuidad de la iniciada años antes por Carlos González sólo suavizada por los resultados deportivos, explotó con todo lo que rodeaba al club ya al límite. Una inscripción federativa sobre la bocina, con favores luego pagados por otros, y una limpieza exhaustiva de las arcas pese a la inyección económica de los traspasos realizados, con beneficios hasta para el apuntador –el informe de la administración concursal así lo recoge–, entre otras cosas, fueron el origen de un colapso que dejó durante dos meses sin cobrar un céntimo de sus nóminas (luego fueron tres) a todos los empleados, deportivos y no. Esa situación fue denunciada públicamente sólo unos días antes de que todo saltara por los aires.

La detención de León, y su posterior puesta en libertad con cargos que aún hoy siguen en estudio por la Justicia -como otros que se han ido conociendo y tal vez se conocerán, y ponen en jaque también a González-, parecía el peor final para el Córdoba tras 65 años de historia. Con menos euros en la cuenta de los lleva en el bolsillo un joven cuando sale una tarde a la calle a tomar un café, la incertidumbre fue tónica habitual los días siguientes, porque nadie sabía qué pasaría, ya con una administración judicial al frente de la toma de decisiones de la entidad. La solidaridad de todo el que siente la blanquiverde, desde empresas a aficionados, y hasta la prensa, sirvió para torear las primeras semanas. Nada que pudiera ser para siempre.

Pero el trabajo de la Justicia y los primeros informes de Francisco Estepa y Francisco Javier Bernabéu, que en sus números posteriores no han hecho más que alentar de cual trágica situación era la que vivía entonces el club, víctima de la gestión sufrida, fue el origen de lo que hoy es el Córdoba. La operación con la Unidad Productiva –validada ya entrado el pasado mes de septiembre– y la apuesta por la misma de Infinity se tradujo en realidad en la entrada del puente de la Constitución y la Inmaculada, convirtiendo el guionizado triste final de un mes antes en un futuro de esperanza. Porque el cambio institucional desde entonces ha sido más que notable, y ahí están los números y hasta los testimonios de cuantos permanecen realizando sus quehaceres de puertas hacia adentro en El Arcángel.

Los administradores judiciales, en las dependencias del estadio. / El Día

Con el Córdoba al día en lo económico, lo único que no ha cambiado en este tiempo bajo la gestión del grupo bahreiní es la situación del primer equipo, que sigue peleando en Segunda División B, de nuevo con el objetivo, ahora real y sustentado tanto en la inversión como en un plan, de regresar cuanto antes al fútbol profesional. ¿Errores? Seguro que los ha habido -y los habrá-, aunque por el momento el interés vuelve a estar centrado en el balón, y no en lo que ocurre en los juzgados, donde la batalla sigue y seguirá por mucho tiempo. Porque hay aún cosas que aclarar sobre la gestión anterior que terminó hace un año con aquel día negro que pareció ser el fin.

Pero no lo fue. Porque como un día dijera Mate Bilic, cuando al vestirse de blanquiverde olvidó hacer lo que había hecho toda su vida (hacer goles), "después de la lluvia siempre sale el sol". Hasta el momento, y aunque el otoño haya vuelto a traer durante esta semana el agua que tanta falta hace para dar un empujón a las campañas agrícolas de la provincia, la luz que emana desde El Arcángel invita a pensar en un futuro mejor que termine de enterrar ese triste pasado reciente. La gestión va por el buen camino; sólo falta que la pelotita entre, que a fin y al cabo es lo que todos queremos ahora que vuelve a ser la única preocupación de un cordobesismo que ya luce su mejor sonrisa. Ojalá por mucho tiempo.

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