La historia de un ascenso (III): La cantera aparta la crisis económica para volver a Primera
Córdoba CF
De la mano de Juncosa, que ya había guiado al equipo a Segunda en el 56, los blanquiverdes retornaron a la elite de manera efímera con un proyecto de la casa
La historia de un ascenso (II): El salto a Primera División y el inicio de los años dorados
La sobresaliente trayectoria del Córdoba CF en los siete meses y medio que van de competición le han permitido ganarse, por méritos propios, la condición de aspirante a retornar al fútbol profesional la próxima campaña. Queda por ver, en las ocho jornadas que restan, si será por la vía directa o por la del play off, donde salvo debacle que nadie contempla a estas alturas tiene un billete garantizado. De hecho, ahora mismo la escuadra cordobesista ocupa la primera de las cuatro plazas que el Grupo 2 de la Primera Federación otorga para la postemporada que acabará de decidir los cuatro ascensos, siendo segundos con cinco puntos menos que un Castellón que sigue al frente de la clasificación.
En las casi siete décadas de historia que tiene la entidad blanquiverde, son ya nueve los saltos a las distintas categorías que ha celebrado su hinchada, dispuesta como la primera a revivir una vuelta al fútbol profesional del que el equipo se despidió el 12 de mayo de 2019, camino de los cinco años, con una derrota en Las Palmas; curiosamente, aquel fue el escenario del último ascenso a Primera, el 22 de junio de 2014. Hoy, en este serial que recuerda todas las grandes alegrías que el Córdoba CF ha acumulado, toca detenerse en el retorno a la elite anterior a ese, en un curso 70-71 que en sus inicios tampoco hacía presagiar una gesta de tal calibre. Seguro que la situación les recuerda algo…
El final de los años dorados en la división de honor, tras siete temporadas consecutivas luchando de tú a tú con los mejores, fue un palo difícil de digerir para el Córdoba CF. Más en lo económico que en lo deportivo, eso sí, pues ya el primer año estuvo hasta la antepenúltima fecha en la pelea por un ascenso que finalmente celebraron el Gijón, el CD Málaga y el Español. Todo a pesar de que el club había iniciado ya un cambio de ciclo, con muchos jugadores jóvenes de la casa rodeados de algunos veteranos como Juanín, Navarro o Jara, que tendría continuidad un año más tarde, empujado por los perennes problemas financieros que, en parte, provocaron el relevo en la presidencia a mitad de ese curso puente, con la llegada de Rafael Campanero y la salida de un desgastado Rafael Morón.
Con el dirigente de Almodóvar del Río al frente, el proyecto de cantera tomó realmente cuerpo, en una mezcla de necesidad y convencimiento del que luego fuera presidente de honor. El primer paso fue cerrar la vuelta como técnico a José Juncosa -relevó a otro legendario como Ignacio Eizaguirre-, que ya había sido clave en el primer ascenso del club en la temporada 55-56, entonces a Segunda, y desde el principio se mostró seguro de conseguir el ansiado premio final. Era casi el único, pues el sentir general era de campaña de transición, hasta el punto de que la prima pactada a comienzos del campeonato entre la plantilla y la directiva era por amarrar la permanencia en la categoría de plata.
Pero nada más lejos de la realidad. La fortaleza en El Arcángel, lastrada al inicio por la debilidad a domicilio y luego adornada por alguna que otra alegría en los desplazamientos, fueron dibujando un ejercicio que no tardó en colocar al Córdoba CF en la zona noble. Sin ir más lejos, el equipo llegó al liderato en la jornada 9 de forma efímera, aunque poco después sí mantuvo ese puesto de privilegio alguna semana más. Al paso del ecuador del curso, el conjunto blanquiverde consiguió asentarse en la segunda plaza, durante 13 fechas consecutivas, tiempo en el que casualmente cosechó su primera derrota de local. Un disgusto que pasó a mayores en un tramo final liguero que se torció de lo lindo.
Hasta el punto de que a seis partidos para la conclusión del torneo, el Córdoba CF salió de la zona de ascenso, obligando a un último esfuerzo, que finalmente dio réditos. Dos victorias y dos empates en las siguientes cuatro fechas dejaron a los cordobesistas en una posición inmejorable para lograr la gesta sin esperar a la jornada final. Y a la primera de cambio, el cuadro dirigido por Juncosa ató su retorno a Primera División, con un triunfo ante el Hércules (2-1) que dejó en nada el tropiezo del cierre del campeonato en Castellón. Los blanquiverdes volvían a la elite junto al Betis, el Burgos y el Deportivo de La Coruña, y lo hacían como cuartos clasificados, beneficiados por la ampliación que a partir de la campaña siguiente sufriría la categoría reina, que pasó a tener 18 equipos en lugar de 16.
Nadie pensaba que iba a ser su último baile con los mejores del balompié nacional en más de 40 años. Como nadie pensaba que aquel equipo plagado de cordobeses iba a tener tanta repercusión. Ahí estuvieron las internacionalidades de Juan Verdugo, Varo, Crispi o Manolín Cuesta con la selección nacional olímpica (el primero también jugó con la sub 23), o el pichichi de la categoría del hoy presidente del Séneca, que con 17 tantos compartió honores con el entonces racinguista Santillana, en la que era su segunda temporada con un CCF del que luego daría el salto al Español. Pero hoy como entonces, el verde es el único juez, lo que refuerza, visto lo visto, la candidatura que esta temporada ha presentado el cuadro cordobesista para volver a revivir tiempos mejores.
También te puede interesar
Lo último