Un mes entre la parálisis y la incertidumbre
Córdoba CF
El fútbol alcanza 31 días sin actividad, sin un guion claro para el retorno y complicaciones en todos los escenarios planteados
El Córdoba CF sigue sin aplicar medidas económicas a su plantel y mantiene la esperanza en que la liga se reanude
La Real Federación Española de Fútbol tienda la mano a los clubes modestos
El Córdoba CF cumple un mes desde que el balón dejó de rodar en competición oficial en Segunda División B. Un total de 31 días sin fútbol en mitad de una temporada, un escenario inesperado al que el mundo del fútbol se ha tenido que acostumbrar a marchas forzadas. La alerta sanitaria provocada por el coronavirus y el confinamiento de la sociedad han provocado que los balones dejen de rodar, mientras la incertidumbre sobre el futuro de las competiciones crece a medidas que pasan los días.
La jornada 28 de liga fue la última que vio la luz en una temporada especialmente accidentada para el Córdoba. Los blanquiverdes se despidieron de su afición, lógicamente sin saberlo aquel día, el 8 de marzo en la derrota ante el Cartagena (0-2) y aún aguardan una solución para completar las diez jornadas finales en la categoría de bronce. Aquel partido ha marcado un antes y un después para los cordobeses en una competición que se detuvo después de que los equipos tuvieran que dejar de entrenarse cuando arreció la crisis del covid-19.
La suspensión de la competición fue el principio de una paralización de dos semanas que unos días después fue ya total en el balompié español. Desde entonces, el Córdoba acumula más de tres semanas sin entrenamientos, que en días pasará a ser un mes. Habría que remontarse a un verano largo -entre el final de una campaña y el comienzo de otra- para recordar un escenario parecido al actual en cuanto a la parálisis del fútbol. No obstante, la diferencia mayúscula radica en este caso que el frenazo a la liga se ha producido a principio de marzo y con casi el último cuarto por disputar.
Con el recuerdo de que se cumple un mes del obligado parón al fútbol, las circunstancias en este tiempo transcurrido no han hecho más que llenar de incertidumbre el futuro de la competición. Las continuas prórrogas del periodo de confinamiento no ofrecen un horizonte claro de lo que puede suceder para fijar una fecha en la que volver a entrenar, en primer lugar, para ver de cerca la vuelta a la competición oficial.
LaLiga, la Real Federación Española de Fútbol e incluso la AFE están enredados en un tira y afloja del que por el momento se pueden sacar pocas conclusiones. Todo ello con la UEFA como estamento superior que tampoco es capaz de definir la hoja de ruta ante una de las grandes crisis mundiales, que también tiene en el deporte y en el fútbol a una de sus víctimas.
La esperanza de acabar el curso
Durante estos 31 días sin fútbol, el Córdoba ha mantenido un criterio claro en torno a sus futbolistas y trabajadores. Los rectores del club decidieron que no plantearían un ERTE a sus empleados y han mantenido esa postura a pesar de que equipos de la talla del Barcelona, el Real Madrid, el Atlético de Madrid y más del 60% de los rivales en Segunda División B ya lo han replanteado los acuerdos con sus futbolistas. De momento no hay motivos para pensar que el club dará marcha atrás en esa decisión, aunque la falta de un horizonte claro no ayuda precisamente al mantenimiento de ese esfuerzo que está realizando la entidad.
Aparcando el aspecto económico, en lo puramente deportivo, en el club mantienen la esperanza de que la temporada pueda reanudarse para apurar las opciones de pelear por el ascenso. El Córdoba es actualmente quinto en el Grupo IV de Segunda División y afronta las diez últimas jornadas con una desventaja de dos puntos sobre el cuarto clasificado que tendría que enjugar para hacerse hueco en las eliminatorias por el ascenso.
Por ello, en el club mantienen la vista puesta en una solución en ese sentido. Para eso llegó Juan Sabas, que apenas ha podido entrenar con sus futbolistas en tres sesiones y para eso están tratando de mantener la forma los jugadores durante este largo confinamiento en casa.
Sin embargo, la coyuntura no es nada sencilla. Para empezar, la prolongación del estado de alarma hasta finales del mes de abril, con otra prórroga de 15 días hasta mediados de mayo ya prevista, sitúa el escenario más optimista para el regreso de la competición allá por el mes de junio. Eso sí, para que ese supuesto fuese una realidad se tendrían que dar unas mínimas garantías de salud que actualmente siguen el en aire y los equipos deberían disfrutar de un periodo de readaptación física, una especie de pretemporada antes del tramo final.
Por si todos esos condicionantes no fueran suficientes, los estamentos que rigen el fútbol español, LaLiga, la Real Federación Española de Fútbol y la Asociación de Futbolistas Españoles, siguen mostrando grandes desavenencias y son incapaces de trazar una hoja de ruta común para el futuro más inmediato. Con ese escenario, la incertidumbre que reina tras este primer mes sin competición tiene visos de seguir predominando durante semanas.
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