El esperado salto de calidad

El Córdoba despidió el 2018 con una alegría a la que quiere dar continuidad en el arranque del nuevo año. Porque ganar en casa del colista supondría un doble, y quizás triple, subidón para el cuadro cordobesista, ansioso por proseguir la línea de crecimiento experimentada desde la llegada al banquillo de Curro Torres, y motivado por medirse a un rival directo que está todavía más necesitado de puntos.

Porque de momento el Córdoba es antepenúltimo en la tabla con 17 puntos, a tres de la permanencia, mientras que el Nàstic cuenta con cuatro menos. Ambos son los dos equipos de la categoría que más jornadas acumulan en zona de descenso, lo que deja bien a las claras la pésima trayectoria de los dos conjuntos en esta primera mitad de la competición.

Una situación que, lógicamente, intentarán virar por completo desde este mismo momento, para tener las mayores garantías de éxito para conseguir un objetivo que pasa exclusivamente por mantener su plaza en la categoría de plata. Y es por tanto que el choque de este domingo tiene tintes de finalísimafinalísima por mucho que sea sólo enero. Todavía más por lo que se puede perder –y ganar los rivales– que por lo que puede aportar una victoria.

En el caso del Córdoba, las ideas de toda la expedición son claras y pasan por sumar tres nuevos puntos ante el colista. Porque un triunfo, que sería además el primero de la temporada a domicilio –en LaLiga 1|2|3, pues en Copa ya venció en Elche–, reforzaría la fase de crecimiento en la que está el equipo en las últimas semanas y, además, dejaría la desventaja con las posiciones de permanencia a cero (salir del descenso es imposible por el actual balance de goles).

De partida, el conjunto cordobesista encara el choque inmerso en su mejor serie de la temporada, ya que acumula cuatro partidos puntuando: tres empates, dos de ellos de visitante, y la clara victoria ante Las Palmas con la que dijo adiós a un tumultuoso 2018. De esos datos, quizás el más importante sea esa doble igualada, consecutiva, en los viajes a Zaragoza y Reus. En ambos, como en el estreno de Curro Torres en el banquillo en Lugo, el CCF fue capaz de competir, algo que se le había echado en falta en los desplazamientos anteriores.

Tres titulares habituales, fuera

Con ese respaldo, más el último triunfo, la confianza es máxima en un equipo que tendrá que presentar alguna modificación, obligada, en su alineación titular. Las bajas de Blati Touré, Sasa Jovanovic y Javi Galán garantizan al menos tres novedades. Y no parece que el técnico hispano alemán esté dispuesto a agitar mucho más la base que le está respondiendo en el verde desde su llegada.

Partiendo del 4-1-4-1 que el preparador cordobesista ha venido imponiendo desde el comienzo, las alternativas son varias para no alterar ni dibujo ni estilo. Quim Araujo o el recuperado Álvaro Aguado se disputan una plaza junto a Miguel de las Cuevas en la zona ancha, mientras que Andrés Martín y Piovaccari, ambos goleadores ante Las Palmas, pugnan por ejercer de referencia ofensiva. Quezada debería ser el elegido para cerrar el perfil izquierdo, habitual ubicación de Galán.

En el Nàstic, lógicamente, también habrá novedadesNàstic, en su caso para tratar de cambiar una trayectoria que ofrece una única victoria en las últimas ocho jornadas y forzado por los primeros movimientos que el club ya ha realizado en el mercado invernal: el lateral derecho Pipa y el medio Thione.

Todo es poco para intentar mejorar unos paupérrimos números en el Nou Estadi que lo tienen como el tercer peor local de la categoría de plata, con sólo ocho puntos de los 13 que alumbran su casillero. Eso pasa por tumbar al peor visitante, un Córdoba que quiere dar el esperado salto de calidad.