El Córdoba CF resucita a otro rival en Cádiz (2-0)
Cádiz - Córdoba CF | La Crónica
Los blanquiverdes tiran los tres puntos a base de errores desesperantes ante un mediocre conjunto amarillo que toma aire
Las notas de los jugadores del Córdoba CF ante el Cádiz
Córdoba/Este Córdoba CF es un despropósito. Por más que semana a semana la cantinela que sale de El Arcángel habla de corregir errores, hacerse fuerte, ser serio defensivamente... a la hora de la verdad el equipo de Iván Ania sigue haciendo aguas por todas partes. Una debilidad que se acentúa notablemente fuera de casa, donde el conjunto cordobesista concede y concede, se empeña en resucitar rivales mediocres que encuentran en los blanquiverdes un flotador al que agarrarse para evitar naufragar. Así fue como el Cádiz, casi sin quererlo, sumó el triunfo más solvente de su triste temporada.
Tendrán que pasar muchos años, quizás décadas, para que el Córdoba CF vuelve a cruzarse con un Cádiz tan mediocre, un equipo que hace flaco honor a su historia y a la condición de teórico aspirante al ascenso. Resulta complicado de explicar que el CCF perdiese ante uno de los peores rivales que ha tenido en lo que va de curso. Pero así fue, ni más ni menos.
Ya en los primeros compases el Córdoba CF dejó patente que la premisa de minimizar errores y ser serios defensivamente que su técnico había puesto encima de la mesa se iba a quedar ahí, en la mesa. La zaga blanquiverde ya apuntó maneras de verbena en las primeras acciones de un duelo al que el Cádiz entró mejor, poniendo muy poquito, apenas la velocidad de sus extremos, pero mejor que un CCF nervioso y sin consistencia alguna.
Así, a los tres minutos el Córdoba perdió un balón tonto que permitió al Cádiz montar la primera transición con peligro. La fortuna estuvo en la indecisión de Ocampo a la hora de definir. Un minuto después, Ontiveros encontró al uruguayo de nuevo, que cedió a Matos para que el lateral buscase portería, obligando a Marvel a sacar el balón en boca de gol. Mientras el Córdoba temblaba como un flan sin necesidad de que el rival mostrase credencial alguna, Ontiveros estuvo a punto de inaugurar el marcador con una genialidad en forma de vaselina, cuando estaba rodeado por tres jugadores del CCF, que se topó con el poste.
La fortuna mantuvo al Córdoba en el partido y la desidia del Cádiz permitió a los de Iván Ania sacudirse el miedo y empezar a asentarse. A nada que atinó a dar más de dos pases seguidos, el conjunto cordobesista encontró muchas facilidades de parte de un Cádiz que es un desastre en el repliegue y que ofrecía todas las facilidades del mundo. Así, en una contra trenzada con paciencia y ante la desidia de los locales para regresar a las inmediaciones de su área, Casas pudo probar un misil que se estampó en la cruceta de la portería defendida por David Gil.
Un aviso, en el minuto 20, que dio paso a un tramo de partido en el que el Córdoba fue mejor que su rival, encontrando con facilidad el hombre libre para avanzar líneas y merodeando la zona de tres cuartos del campo constantemente. En una de esas internadas de Carracedo por la banda derecha, el extremo conectó con Casas, que se topó con Chust en su remate en el área.
El Córdoba CF había logrado serenar el partido hasta darle la vuelta a la tortilla y tener el duelo donde quería. Pero, cuando más desahogado estaba, el conjunto blanquiverde volvió a vestirse de hermanita de la caridad para ayudar al prójimo necesitado. Como el Cádiz no era capaz de montar una ataque medianamanete decente, los centrales del CCF decidieron que era buena idea obviar un balonazo de David Gil sin más intención que sacarse la pelota de encima. Roger Martí aprovechó la candidez de la zaga, agarró el balón y aguantó un primer envite de Carlos Marín, que acabó derribando al punta en su intento de rebañarle la bola. Fuentes Molina no señaló nada pero el VAR entró para hacer justicia y señalar penalti.
Para vestir un poco más de surrealismo a la jugada, Marín detuvo el lanzamiento de Ontiveros pero el rechace quedó a placer para que el malagueño hiciera el 1-0. Casi sin quererlo, el Cádiz ya dominaba en el marcador a un Córdoba anticompetitivo una vez más lejos de su estadio.
De ese mazazo se pudo levantar rápido el equipo de Ania, pero la fortuna no estuvo de su parte. En otra defensa tibia del cuadro amarillo, Carracedo encontró a Jacobo en la izquierda y el madrileño le devolvió el balón con una volea que Carracedo intentó dirigir a portería, topándose con un providencial David Gil. Fue el preludio de la jugada que rompió el choque. Con el CCF partido en dos, Yoldi hizo una falta evitable en las inmediaciones del área de su equipo. El Cádiz llevó el balón a un costado sin oposición alguna, Carlos Fernández centró y, entre la no salida de Carlos Marín y la empanada de Calderón, Roger Martí peleó la bola hasta empujarla a la red. De nuevo Fuentes Molina se desentendió de la acción, pero el VAR estuvo al quite para dar validez a un gol claro. Tonto, pero claro.
Desecho ya por sus impedonables errores, el Córdoba pudo verse hasta más golpeado en el largo añadido del primer tiempo, al mismo tiempo que gozó de una gran ocasión para recortar distancias. Con suma facilidad, Jacobo centró desde la izquierda y Casas cabeceó fuera con todo a favor, cuando Fali ya había perdido la marca. Al descanso, el resultado parecía increíble, atendiendo a los pocos méritos del Cádiz. Un 2-0 que solo se explica desde el absoluto despropósito que es este Córdoba en defensa.
El guion del segundo tiempo era previsible y se cumplió punto por punto. El Cádiz dio un evidente paso atrás para proteger como oro en paño el botín que ya tenía en sus manos. Y el Córdoba CF dominó, intentó acechar el área de David Gil y gozó de ocasiones, pero se marchó de nuevo de vacío y dando la sensación de que su problema fuera de El Arcángel tiene una solución muy complicada, pues a la falta de calidad diferencial se une ya un factor psicológico que estos futbolistas no parecen capaces de revertir.
Con el Cádiz incapaz de hacerse fuerte pese a lo cómodo del marcador, el Córdoba tuvo el balón de manera casi exclusiva y gozó de oportunidades. Jacobo lo intentó en el 50', más tarde Théo Zidane falló en el punto de penalti un remate franco tras centro de Albarrán. A renglón seguido, Jacobo se topó con Fali tras asistencia de Carracedo. Oportunidades que habrían metido al Córdoba CF en el partido ante un rival mediocre e incapaz de sentenciar. Pero el gol no llegó y el equipo perdió la fe pese a los cambios de Iván Ania, que poco aportaron.
Ni siquiera la variante de quedarse con Álex Sala como único mediocentro para acumular hombres en tres cuartos de campo sirvió al CCF para demasiado. Y eso que tanto Casas como Obolskii, ya en el tramo final, gozaron de ocasiones para haber dado algo de emoción al partido. Un duelo que Iván Ania acabó en la caseta, expulsado por protestar de manera amarga, más por la impotencia de la situación que por un perjuicio de los árbitros.
El Córdoba CF se marcha de Cádiz con la sensación de haber dejado pasar una oportunidad de oro para quitarse sus miedos fuera de El Arcángel. Un anhelo que cada vez parece más lejos para este equipo falto de calidad, pusilánime ante la adversidad y mal construido desde el verano. Difícil papeleta hasta que llegue el mercado de invierno.
Ficha técnica
2 - Cádiz CF: David Gil; Zaldúa (Fali, 34'), Kovacevic, Chust, Matos; Ontiveros (Iván Alejo, 70'), San Emeterio (Álex Fernández, 70'), Escalante, Ocampo (Sobrino, 70'); Roger Martí y Carlos Fernández (Chris Ramos, 55').
0 - Córdoba CF: Carlos Marín; Albarrán, Lapeña, Marvel, Calderón; Isma Ruiz (Kuki Zalazar, 73'), Théo Zidane (Álex Sala, 65'); Carracedo, Ander Yoldi (Adilson Mendes, 73'), Jacobo (Obolskii, 84'); y Casas.
Goles: 1-0 (38') Ontiveros. 2-0 (45+') Roger Martí.
Árbitro: Fuentes Molina (comité valenciano). Expulsó con roja directa al técnico visitante, Iván Ania (90'+). Amonestó a los locales Matos (5'), Caro (45'+), Carlos Fernández (52') y Ontiveros (57'); y a los visitantes Albarrán (43'), Carracedo (45'+), Théo Zidane (45'+), Calderón (57') y Álex Sala (80').
Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimoquinta jornada en la Liga Hypermotion, disputado en el Nuevo Mirandilla de Cádiz ante 16.006 espectadores.
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