Los cinco retos del Córdoba CF para 2019

Córdoba CF

Equilibrar el balance económico es el obligado primer paso para salir de la causa de disolución

Acudir con garantías al mercado es vital para que el equipo pueda salir de puestos de descenso

Jesús León, acompañado de Alfredo García Amado, en su última comparecencia pública.
Jesús León, acompañado de Alfredo García Amado, en su última comparecencia pública. / Juan Ayala

Año nueva, vida nueva, o al menos eso dice el refrán. En el caso del Córdoba, la montaña rusa en la que se convirtió el 2018 ha obligado prácticamente a pedir los mismos deseos que doce meses atrás, pues la situación institucional y deportiva es prácticamente calcada. Con el presupuesto descuadrado, sin posibilidad actual de entrar en el mercado para reforzarse como corresponde, con los ánimos crispados entre la afición y el equipo viviendo desde el inicio de la competición en puestos de descenso, el club blanquiverde tiene no pocos retos por delante. Unos inminentes, otros con algo más de margen, pero todos igualmente importantes para garantizar la supervivencia, en las mejores condiciones posibles, de la institución.

Cuadrar las cuentas

Tras los pitos del último partido de 2018, Jesús León vivirá el próximo día 10 su primer gran examen como máximo accionista y presidente del CCF. Será en una Junta General de Accionistas que la entidad celebra por primera vez en su historia como Sociedad Anónima Deportiva (SAD) fuera de plazo y en la que presentará un déficit de 4,2 millones de euros. Los minoritarios pedirán respuestas a la gestión del montoreño esperando encontrar, más allá de las respuestas en la sala, una solución real a unos problemas que ahora mismo tienen al club en causa de disolución.

Cierto es que no es la primera vez que esta situación ocurre, pero no por eso deja de ser menos grave, por más que en el horizonte aparezcan fórmulas para cuadrar los números (léase la cesión del estadio y la venta de jugadores). La gestión de León ha dejado muchas dudas, sobre todo en la segunda mitad de 2018, pero arrastrado por los desmanes cometidos en sus primeros meses al frente de la institución. Porque pese a recibir alguna inyección económica importante como la venta definitiva de Florin (unos 1,3 millones), el agujero en las arcas del Córdoba se quintuplicó hasta alcanzar este momento crítico que ya tuvo reflejo a la hora de confeccionar el proyecto vigente.

La cesión del estadio

Es un problema enquistado desde hace años y parece que por fin ahora puede encontrar solución. Desde hace meses, el CCF y el ayuntamiento trabajan en cerrar la cesión de El Arcángel al club blanquiverde, que ahora mismo sigue en precario. El primer borrador está ya listo, a falta de que ambas partes lo examinen antes de rubricarlo, sobre todo la entidad cordobesista, que con este movimiento podría salir de la causa de disolución en la que está al incluirlo como activo de la sociedad.

La importante reducción del plazo de préstamo (en un primer momento se habló de hasta 75 años) y que sea sólo para uso deportivo (el Córdoba siempre ha querido ampliarlo para sectores terciarios) ha agilizado el proceso, que todavía tiene que culminar. Sería un primer e importante paso que, además, permitiría a los rectores actuales poder acometer con ciertas garantías las necesidades de la instalación.

Acudir a un mercado real

El primer paso para que el Córdoba pueda reforzarse en enero pasa por abonar la segunda mitad del traspaso de Jaime Romero a Osasuna, que viene arrastrada desde el pasado septiembre. Tras eso, que se da por hecho, habrá que ver en qué parámetros puede moverse el club, en función de los movimientos que ejecute en materia de traspasos. Con todo, Jesús León ya advirtió en su última comparecencia que en el peor de los casos el club entraría a "un intercambio de cromos".

Pero sobre la mesa está de nuevo el traspaso definitivo de Sergi Guardiola, con el Valladolid, que también necesita obtener cash con alguna venta, como primera y casi única opción en España. Luego surgen los nombres de los otros activos de la entidad (véase Álvaro Aguado y Javi Galán), aunque su situación parece menos clara en estos momentos. Lo que sí está claro es que si no hay salidas que dejen dinero en caja otra vez será LaLiga la que marque los límites, reduciendo al máximo el margen de maniobra de la entidad.

Salir del descenso

Los jugadores del Córdoba celebran el gol de Jaime Romero ante Las Palmas.
Los jugadores del Córdoba celebran el gol de Jaime Romero ante Las Palmas. / Álex Gallegos

El Córdoba acabó 2018 a dos puntos de la permanencia, pero acumulando una semana más en descenso. En total, son 18 las jornadas, todas menos la primera, en las que los blanquiverdes han ocupado una de las últimas cuatro plazas de la tabla. ¿Cuáles son los puntos a mejorar? Muchos, sin lugar a dudas. Pero el primero, que ya encuentra algún reflejo desde la llegada de Curro Torres, es el rendimiento a domicilio, pues apenas tres de los 17 puntos que tiene han llegado lejos de El Arcángel.

El CCF sigue siendo el peor visitante de la categoría y uno de los tres equipos que no ha ganado aún fuera. En parte, por su falta de gol, alarmante por mucho que ante Las Palmas llegaran cuatro tantos de una tacada en una exhibición de efectividad difícilmente repetible. Y si a eso se le suman los errores en defensa... pues el cóctel no puede estar bueno, ni mucho menos, por mucho que la mano del nuevo técnico empiece a notarse.

Recuperar la paz social

Recobrar un estado de ilusión como el vivido hace poco menos de un año es una tarea sencillamente imposible, pero acercarse a él debería ser uno de los principales desafíos de la institución en este momento. Porque entre la marcha del equipo, la gestión realizada y las últimas noticias conocidas (estado de las cuentas o el preacuerdo de venta del club), el clima que respira El Arcángel vuelve a ser de crispación.

Y eso ya no pasa por regalos, bonificaciones ni historias parecidas, que pudieron resultar en un pasado reciente porque la cuerda apretaba más de la cuenta y todo era bien recibido. Al menos no con Jesús León al frente, al que el cordobesismo pide lealtad, verdad y hechos. Está en su mano, al menos hasta que él quiera...

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