Listos para festejar (2-0)

Ya lo tiene en su mano. Solo falta la confirmación, que puede llegar este domingo o, como muy tarde, la próxima semana, pero el ascenso del Córdoba CF es ya una feliz realidad. Los blanquiverdes doblegaron con su habitual solvencia en El Arcángel al Villanovense para dar ese último pasito hacia el objetivo, dejándolo ya en manos de un tropiezo del Cacereño o en ese duelo ante el Mérida de la próxima jornada, que bien podría ser el que quede marcado en la historia como el partido del ascenso. Sea cuando sea, lo más importante es el que Córdoba ha cumplido el objetivo ineludible y lo ha hecho de manera arrolladora, sin ofrecer dudas en ningún momento de la temporada.

Esa será la sensación que quede con el paso del tiempo de una temporada que aparecía como una pesadilla que digerir y que ha terminado regalando al cordobesismo unos meses de disfrute y reconciliación con el fútbol. Poco importa que haya sido en cuarta categoría, lo importante es que el Córdoba está de vuelta y preparado para retos mayores, habiendo recuperado además la complicidad con su afición.

De inicio, el Córdoba CF tuvo que adaptarse de nuevo al conservador planteamiento de un rival que plantó una línea de cinco defensas y se encomendó a su buen posicionamiento para resistir. Con todo, los serones empezaron enchufados y Fran Viñuela probó a Carlos Marín con un disparo lejano, castigando una pérdida de Javi Flores en zona comprometida. A los blanquiverdes les llevó unos minutos el entonarse, por el bajo ritmo de juego. Solo cuando la pelota pasaba por los pies de Álex Bernal, Javi Flores o De las Cuevas, cogía la velocidad necesaria para poner en apuros al rival.

Fue así, con la participación de los jugadores de más calidad, como llegó la primera ocasión del Córdoba. Una jugaba elaborada entre Javi Flores y Simo la resolvió el extremo con un remate en globo que De la Calzada despejó a córner. Le costó al CCF acumular ocasiones con soltura en ese tramo del partido, por el intenso y solidario repliegue del Villanovense. Aún así, la sensación era de tranquilidad en el área de Carlos Marín, porque los esfuerzos defensivos de los visitantes anulaban cualquier peligro de contragolpe.

Poco a poco, sin desesperarse, el Córdoba fue encontrando una velocidad más a la hora de circular el balón y entonces llegaron los problemas para su rival. En el minuto 20, Luismi inició una contra que culminó De las Cuevas habilitado a Willy Ledesma, cuyo remate ante De la Calzada se marchó alto con todo a favor. Poco después, el de Torremejía tuvo incluso una ocasión más clara, de nuevo asistido por De las Cuevas, pero su cabezazo lo repelió el meta serón. Simo insistió en el rechazo y su centro lo volvió a estrellar contra De la Calzada un Willy desesperado por su falta de puntería.

Después de marrar ocasiones tan claras, el gol llegó de la manera más inesperada. El Córdoba trenzó una jugada desde atrás con paciencia, hasta que el balón llegó a Javi Flores en tres cuartos de campo. El de Fátima bombeó un centro al área que Javi Sánchez cabeceó contra la espalda de Adri Escudero, con la mala suerte de que el balón cogió camino de su portería y sorprendió a De la Calzada.

El gol tuvo ese efecto desatascador tan visto este año en El Arcángel. Y eso que el Villanovense no desmontó su planteamiento de jugar con cinco defensas y cuatro centrocampistas. Pero los de Visnjic sí que dieron un pasito adelante y gozaron de dos ocasiones claras. La primera, con un centro desde la derecha de Samu Hurtado que se envenenó. El córner posterior lo remató Tapia desde fuera del área y obligó a estirarse a Carlos Marín. El meta blanquiverde volvió a responder ante el lateral izquierdo del Villanovense, en un libre directo antes del descanso. Pese a su juego intermitente y a las ocasiones postreras del rival, lo cierto es que al descanso la renta de los blanquiverdes era totalmente merecida.

Al inicio del segundo acto, cabía esperar que el Villanovense diera ese paso adelante que tanto le estaba costando. Pero nada más lejos de la realidad. Esos primeros compases fueron los más plácidos para un Córdoba que controló por completo el partido, monopolizando el balón y encerrando poco a poco, sin prisa pero sin dejar de percutir, a un rival ramplón que nunca creyó en sus posibilidades.

Tras muchos minutos de dominio, con ese fútbol de ir embotellando al rival que tanto gusta a los de Germán Crespo, el tanto de la sentencia llegó antes de la hora de partido. Gudelj, con confianza al ver su espalda bien resguardada, se animó en ataque incluso para sacar un derechazo que De la Calzada dejó vivo en el área, para que De las Cuevas remachara el tanto que abrochaba el partido y que culminaba su renovación automática por una temporada más, en base a objetivos.

La fiesta, a partir de entonces, ya fue completa en El Arcángel. Pudo por fin gustarse el CCF, con sus centrocampistas jugando a placer y sin preocupaciones, ante un Villanovense decepcionante y entregado, que salió del feudo blanquiverde como todos sus antecesores, pero con la sensación de no haber hecho nada para merecer mejor suerte.

En el tramo final pudieron llegar más goles, pues Adrián Fuentes, Casas y Omar Perdomo gozaron de ocasiones claras para haber ampliado la renta. Poco importó tras el pitido final, porque los tres puntos ya estaban a buen recaudo y el ascenso cada vez más cerca. Puede llegar este domingo o el próximo sábado, pero lo más importante es que ya no se va a escapar. Prepárense para festejar, que es momento de volver a Las Tendillas.