Mal menor, mal mayor (1-1)
Córdoba CF - Villarrubia | La Crónica
El Córdoba salva un punto en un mal encuentro y pierde la oportunidad de acercarse al 'play off'
Incapaz de superar a un ordenado Villarrubia, el empate llegó con un regalo en forma de penalti
Con 17 partidos por delante, 51 puntos aún por disputar, el Córdoba CF tiene que empezar a darse cuenta de que tiene que cambiar muchas cosas si de verdad quiere convertirse en un aspirante real al ascenso. La inconsistencia en el juego, sobre todo en las primeras partes, que hasta impide controlar a un rival de la zona baja de la tabla al que le basta con el orden para ser mejor durante muchos minutos acabó por costar dos nuevos puntos ante el Villarrubia, en un partido en general malo que los blanquiverdes salvaron con un penalti, discutido, ya cuando el choque encaraba su tramo decisivo.
Frío como el ambiente, el conjunto blanquiverde no se encontró nunca sobre el verde, más allá de los ramalazos de calidad del debutante Carlos Valverde -novedad en la alineación junto a Raúl Cámara y José Antonio González- que casi nunca tuvieron continuidad por el buen hacer sin balón de los manchegos. Porque pertrechado sobre un claro 4-1-4-1, el Villarrubia fue mejor durante gran parte del choque, lo que impacientó por momentos a una grada que tiró de silbidos demasiado pronto.
Quizás entender que el nombre no es suficiente para ganar haría mucho bien, tanto a los que juegan como a los que tienen que animar. Porque con su condición de recién ascendido bajo el hombro, a mucho orgullo, el Villarrubia salió valiente, sin rehusar a tener la pelota, controlando el partido desde la posesión ante un CCF impreciso, nervioso, perdido en la horizontalidad, sin capacidad para ganar metros. En definitiva, sin mostrar en muchos minutos esa condición de aspirante al ascenso de la que presume y que tampoco dejó ver ni en Huelva ni en Granada, por citar los ejemplos más cercanos.
Una primera conducción de Dieguito, bordeando el balcón del área para avisar a Becerra con un zurdazo abajo, fue la primera declaración de intenciones de los visitantes, que no habían llegado a El Arcángel sólo a disfrutar del ambiente, ni mucho menos. La respuesta, tímida, de los cordobesistas fue una carrera interior de Valverde, con la conexión del pase de Flores, que Algisí cortó en última instancia yendo al suelo. Y desde ahí, aunque sólo fuera por unos instantes, los locales se estiraron, con un zapatazo sin dirección de González y una volea fallida de Miguel de las Cuevas tras el buen servicio del último fichaje.
Aunque le costaba un mundo, por fin el Córdoba pareció empezar a mandar, a hacer bueno el guion que todo el mundo firmaba del partido. Pero camino del primer cuarto de encuentro, y tras un nuevo intento de Dieguito bien resuelto por Becerra, un desajuste defensivo en cadena a la salida de un córner facilitó el 0-1 de Víctor Algisí, que casi ni se creía estar tan solo en la frontal del área pequeña rival.
El gol provoca los pitos de la grada
Justo lo peor que le podía pasar a los blanquiverdes, principalmente teniendo en cuenta la buena seguridad defensiva de su oponente y su facilidad para salir en transiciones a la carrera. De hecho, Arribas se plantó ante Becerra en una carrera que el meta resolvió a la perfección saliendo de pies. El momento era crítico, más que por el marcador, por las sensaciones, lo que llevó a Agné a mandar a calentar a Moutinho, Zelu y Fidel Escobar apenas con 30 minutos de juego.
Y todo se agravó con la impaciencia del público, que penalizó cada fallo en la entrega, cada mal pase, con unos tímidos silbidos crecientes ante la imposibilidad para hincarle el diente a un Villarrubia que por mucho que esté inmerso en una buena racha vive en una dimensión diferente. Pero con sus armas, escasas pero bien ordenadas, fue superior, sin sufrir cerca de su área y creando el peligro necesario para hacerse acreedor al resultado al descanso.
Ante la incapacidad para romper líneas con un simple pase vertical, sin movilidad arriba, sin soluciones al fin y al cabo, el técnico cordobesista no dudó ni un momento en prescindir de un errático González al descanso para dar entrada a Moutinho, la otra gran apuesta invernal hecha hasta la fecha por el Córdoba. Con Flores y De las Cuevas más cerca del balón, moviéndose por dentro, al menos el dominio territorial pasó a ser pronto local, aunque como otras veces la obcecación por entrar por la zona interior dificultaba la faena.
Pero el Villarrubia, lejos de amilanarse lo más mínimo, siguió a lo suyo, alargando las posesiones incluso desde campo propio, arriesgando en conducciones, sintiéndose cómodo en todo momento. Estaba claro que el CCF necesitaba un chispazo que le hiciera conectarse definitivamente al partido. Lo intentó Javi Flores con un libre directo que murió en la barrera y acto seguido De las Cuevas con otra falta, esta vez escorada, que cerró buscando el remate o la sorpresa, pero resolvió bien Diarra.
Esas dos acciones, sin ser excesivamente claras, al menos sí sirvieron para conectar a la afición, que empezó a tirar de un equipo necesitado de cualquier cosa para elevarse. Con el campo cada vez más abierto y la meta manchega más cerca, Valverde no conectó bien una pelota repelida tras un saque de esquina antes de que los visitantes volvieran a darse un respiro sabiendo frenar a su rival.
Empate y gracias en la ofensiva final
Quedaban apenas 20 minutos y Agné buscó un giro más con la entrada de Fidel Escobar por Raúl Cámara, para dibujar una línea de tres atrás, tirando a Jesús Álvaro a campo contrario. Y sin tiempo para ver cómo afectaba el cambio, una transición de Moutinho con pase a Owusu terminó con un más que discutido penalti de Diarra, en el que el colegiado arregló la mala definición del ghanés en el mano a mano. De las Cuevas, como en Huelva, no falló desde los once metros para establecer las tablas y virar el partido con su tercer gol en las últimas tres jornadas.
Sin variar el planteamiento ni frenar la inercia, aumentada con el refresco de Zelu por Valverde, lógicamente porque el empate era un mal resultado, el Córdoba multiplicó esfuerzos. Moutinho no acertó a dirigir bien un cabezazo en el segundo palo y Owusu, tras un contragolpe y una conducción de izquierda a derecha, tampoco encontró portería para su disparo desde el punto de penalti.
El Villarrubia empezó a pedir la hora con cinco más el alargue y los blanquiverdes trataron de volcarse, tan escasos de ideas como de piernas, pero empujados por la necesidad. Y tuvieron una ocasión enorme con un testarazo de Djetei tras un córner que Diarra, bien colocado, blocó sin problemas. Fue la última local, que no de un encuentro que murió con un paradón de Becerra a tiro de Julio de Dios que hubiera ennegrecido aún más una tarde que abre más de un interrogante sobre el futuro.
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