Alegría completa: el primer triunfo con los nuevos dueños en el palco de El Arcángel

Ante el Yeclano, el Córdoba CF derribó otra barrera. Quizás es anecdótica, pero los más supersticiosos ya bromeaban al descanso sobre la idoneidad de las visitas de los nuevos dueños del club, Adulla Al Zain y Mohammed Al Nusuf, a El Arcángel. Y es que tras el desembarco de Infinity en la entidad blanquiverde, la primera parada de los bareiníes en el estadio se saldó con la derrota ante el Marbella. Por eso, cuando el Yeclano empató el duelo, más de uno miró con sorna hacia la zona noble del estadio.

Pero más allá de la anécdota, a buen seguro que Al Zain y Al Nusuf se llevaron una grata impresión de su segunda visita al estadio. No solo por la victoria de los hombres de Agné, también por el ambiente que se respiró en El Arcángel e incluso por la climatología.

Y es que no hay que olvidar que el desembarco de los representantes de Infinity en Córdoba se produjo en mitad de un temporal que condicionó sus primeras visitas a las instalaciones del club y que dejó al descubierto el precario estado en el que se encuentran las infraestructuras con las que cuenta la entidad.

A disfrutar de la tarde de sol en Córdoba se sumó de nuevo Alejandro Blanco. El presidente del Comité Olímpico Español volvió a acompañar en el palco a su buen amigo Mohammed Al Nusuf, que además de vicepresidente del club blanquiverde es el máximo responsable del Comité Olímpico de Bahréin.

Dos toneladas y media de solidaridad

Al margen de la llamativa visita de los bareiníes, el duelo ante el Yeclano fue especial por la recogida de alimentos no perecederos que organizó Cordobamanía. Una de las peñas blanquiverdes más activas volvió a cumplir con una tradición que cumple ya 18 años y que sigue movilizando la solidaridad del cordobesismo en ayuda de la Asociación Cordobesa de Amigos de los Niños Saharauis.

En las horas previas al choque en El Arcángel, miembros de Cordobamanía se afanaron en recoger los alimentos donados por el público asistente al choque. En total, unos 2.500 kilogramos que ya descansan en el almacén de Acansa y que pronto viajará hacia Tinduf. Un granito de arena para ayudar a los refugiados del que el cordobesismo debe sentirse más que orgulloso.