El Córdoba CF deja vivo al Zaragoza y pierde una oportunidad de oro (1-1)

Córdoba/Otro empate. Y quizás el más agridulce de los tres que ha encadenado el Córdoba CF. El conjunto blanquiverde dejó escapar vivo al Zaragoza en La Romareda, en un partido marcado por el bajísimo estado anímico de un cuadro maño que ni con el cambio de entrenador demostró credenciales para que su afición pierda el miedo al descenso con el que convive desde hace semanas. Los hombres de Iván Ania hicieron lo más difícil, adelantarse en un duelo nivelado y de pocas ocasiones, y tiraron por la borda dos puntos que le habrían situado en una posición envidiable por su incapacidad para enfriar los minutos finales del partido. A eso, además, hay que sumar el favor arbitral de Ávalos Barrera a los locales, señalando un penalti más que discutible que reenganchó al partido al Zaragoza cuando ya era un manojo de nervios.

Como ya dejó entrever en la previa con sus cada vez más habituales medias verdades Iván Ania, Carlos Marín no pudo ser de la partida en el Córdoba CF y Ramón Vila afrontó en La Romareda su primera titularidad en liga con el conjunto blanquiverde. El once inicial del conjunto cordobesista presentó además el relevo lógico de Obolskii por el sancionado Casas.

Con el dibujo habitual que Ania viene aplicando desde que su plantilla quedase reforzada notablemente en el mercado de invierno, el Córdoba CF trató de hacerse con el balón desde los primeros compases y lo cierto es que encontró bastante facilidad para ello ante un Zaragoza que no dudó en protegerse en un bloque bajo, acumulando hombres por detrás del balón y sin discutir el control del partido a los blanquiverdes. El libreto de Gabi en su estreno en La Romareda quedó pronto expuesto: ganar solidez en el área propia y fiar las opciones de ataque a la velocidad de Liso y el oportunismo de sus dos delanteros, Dani Gómez y Soberón, en alguna acción de contragolpe.

Pese a tener la pelota con solvencia, el Córdoba CF no estuvo nada preciso en el inicio de partido y eso le impidió incomodar a Poussin a pesar de las tremendas dudas que el conjunto zaragocista dejaba, visiblemente atenazado por su situación clasificatoria. Los de Ania trataron de atacar con paciencia, minimizando riesgos para no enchufar a un equipo demasiado dependiente de su estado de ánimo. Sin embargo, las imprecisiones y el poco riesgo que quisieron asumir los volantes blanquiverdes lastraron las opciones de ataque. El primer cuarto de hora se consumió únicamente con un disparo lejano de Jacobo que Vital repelió en el área local.

El Zaragoza, que pareció renunciar desde un principio a los ataques organizados, intentó enchufarse en ataque con el balón parado y Vital remató un centro lateral camino de la media hora que Ramón Vila atajó sin problemas. El Córdoba CF, sin embargo, pecó de cándido y Carracedo perdió a renglón seguido una pelota que Soberón culminó con un disparo que Sintes envió a córner. Una acción sin excesivo peligro pero que conectó a la grada con sus jugadores.

Ante la dificultad para atacar con solvencia el entramado defensivo del Zaragoza, el Córdoba CF optó por buscar a Obolskii en largo y el ruso generó una buena ocasión tras recibir un envío de Rubén Alves. Con su corpulencia sujetó a Vital y dejó el esférico de cara a Jacobo, que sin pensarlo dos veces probó fortuna con un chut que no cogió portería.

La ocasión más clara del primer acto no llegó hasta el minuto 41, cuando un saque de esquina de Álex Sala al primer palo se envenenó y terminó estrellándose en el poste. Antes del descanso, Rubén Alves tuvo que intervenir de manera providencial para abortar una escaramuza de Liso, que había ganado en carrera a Xavi Sintes y se disponía a encarar a Ramón Vila en el mano a mano. Al descanso, la sensación era de que el Córdoba CF había dejado escapar una buena opción de hacer daño a un equipo nervioso y anclado en un planteamiento visiblemente conservador.

A poco que ambos equipos afinaran su juego, el segundo tiempo debía ser mucho mejor que el primero y el Córdoba CF no tardó mucho en confirmar su paso adelante. Los blanquiverdes tuvieron una primera tentativa con Carracedo, cuyo centro no alcanzó un incansable Obolskii por centímetros. Aunque el Zaragoza intentó estirar líneas con Liso como mayor estilete, fue el Córdoba el que tuvo más el balón y ya con más clarividencia y verticalidad. Camino de la hora de juego, un centro perfeccto de Carracedo lo cabeceó Obolskii en una acción muy buena pero el balón no cogió portería por muy poco.

A la hora de juego, las dudas ya consumían al Zaragoza y el Córdoba CF seguía creciendo, apoyado en el encomiable trabajo de Obolskii generando segundas jugadas con su superioridad física ante los centrales del rival. El gol ya pudo llegar en un contragolpe que condujo Sala y que Carracedo finalizó con un disparo que desvió Poussin. Ahí ya empezó a verse a un Zaragoza descosido al que le costaba mucho replegar. Ni un minuto después, en un córner desde la izquierda que forzó Obolskii, Álex Sala golpeó con intención y el balón se paseó hasta el segundo palo, donde Rubén Alves lo empujó a la red.

El gol encendió los nervios en La Romareda y llevó a Gabi a arriesgar con los primeros cambios, pues su equipo no daba señales de poder recomponerse ni física ni anímicamente. Con Tasende y Adu Ares, los maños buscaron aire y más presencia en ataque desde las bandas. Y, por momentos, el Zaragoza consiguió llevar el partido a un ida y vuelta del que solo ellos podían salir beneficiados, ante un Córdoba CF que no fue capaz de bajar las revoluciones del duelo, por más que Ania trató de lograrlo dando entrada a Magunazelaia y Théo Zidane.

Sin hacer nada del otro mundo, el Zaragoza logró llevar el juego a las inmediaciaciones del área de Ramón Vila y, en un intento desesperado, forzó un penalti en el que Vital puso tanta intención como el árbitro, Ávalos Barrera, que sancionó un agarrón de Albarrán al central luso más que dudoso. Sin ir más lejos, en la primera parte Obolskii había sido objeto de una acción incluso más clara que el árbitro pasó por alto sin sonrojarse. Soberón igualó y el choque enloqueció aún más.

En medio de la euforia de la grada, Soberón empujó a la red un balón suelto pero el árbitro anuló la acción por un agarrón clamoroso a Magunazelaia. El Córdoba CF respondió con un contragolpe en el que Carracedo no encontró a Yoldi -que había cogido el sitio de Obolskii- de milagro, en medio de la locura colectiva. Ambos equipos vieron tan cerca el irse derrotados que parecieron firmar ya las tablas, anotándose un punto que deja mejor sensación en el Zaragoza que en un Córdoba CF al que se le escapó una opción inmejorable para acercarse al play off de ascenso.