El Córdoba CF zarandea al Granada y se permite soñar (5-0)

Córdoba/¡Quién para ahora la ilusión! El Córdoba CF reservó para la hora de la verdad el mejor partido de la temporada. Los blanquiverdes zarandearon sin piedad a todo un aspirante al ascenso como el Granada, haciéndoles encajar una sonrojante goleada en El Arcángel que sirve a los de Iván Ania para seguir disparados en busca de los 50 puntos que aseguren la permanencia. Además, el brillante triunfo les sirve para cargarse de argumentos e ilusión en el tramo final del curso, en el que todo hace indicar que los blanquiverdes estarán liberados de presión para poder mirar hacia la zona alta con ambición. Y este equipo, sin preocupaciones, puede dar más de una y de dos sorpresas.

Así lo demostró ante el Granada, al que desnudó todas sus carencias con una primera parte primorosa y una segunda machacona en la que los blanquiverdes aplacaron cualquier atisbo de reacción de los nazaríes golpeando sin piedad y haciéndose acreedores de la victoria más contundente del curso, en uno de los mejores partidos en cuanto a juego del curso.

Con el único cambio del regreso de Isma Ruiz al once inicial, en detrimento de Pedro Ortiz, el Córdoba CF mostró desde los primeros compases del partido que estaba decidido a recuperar su mejor versión en El Arcángel. Esa cara no es otra que la de un equipo que quiere la pelota, que es ambicioso y vertical y que busca las cosquillas de su rival desde el primer instante. Al éxito de ese planteamiento contribuyó la disposición de un Granada poco ambicioso en la presión y bastante perezoso en los repliegues defensivos.

Los blanquiverdes detectaron rápidamente que por los costados podían hacer mucho daño, ante la carencias de sus primeras opciones en los laterales del Granada. Pero para llevar el balón a las bandas, los de Ania se tomaron su tiempo, hilvanado el juego con precisión gracias a la inspiración de un Álex Sala inconmensurable desde el primer momento. El barcelonés no tardó en brillar. En un córner que él mismo botó se anticipó a la defensa para recoger el rechace de Rubén Alves y, ni corto ni perezoso, soltó un derechzo con el exterior de la bota que clavó en la escuadra de la portería defendida por Luca Zidane. Un golpeo de calidad que sirvió a los blanquiverdes para abrir el duelo de la mejor manera.

Tratando de reponerse de ese primer revés, el Granada trató de empujar como si de un equipo de fútbol americano se tratase, ganando metros de terreno con balones largos en busca de sus dos poderosos arietes, Lucas Boyé y Borja Bastón. Los nazaríes encontraron así el camino para buscar las cosquillas al CCF y en el minuto 10 Abde Rebbach desaprovechó un mano a mano ante Carlos Marín después de apoyarse en Boyé. Marín estuvo brillante para desviar con la yema de los dedos el defectuoso remate del atacante de los rojiblancos.

En ese tramo del partido, el Córdoba supo sufrir pese a la insistencia de un Granada que supo llegar a campo rival sin necesidad de elaborar demasiado, apoyado en las segundas jugadas generadas por sus delanteros y en la profundidad por banda de Tsitaishvili. El balón parado también fue argumento de peso para los nazaríes y en el minuto 17 Carlos Marín tuvo que estirarse para desviar un disparo desde la frontal de Lucas Boyé. El juego directo y los centros laterales sirvieron a los de Fran Escribá para incomodar al CCF.

Con todo, el Córdoba no tardó en ajustarse bien y su presión volvió a ser efectiva para empezar a robar balones en posiciones muy adelantadas que le permitieron volver a dominar la manija del encuentro con soltura. Sala estuvo omnipresente y de su acertado criterio a la hora de buscar apoyos nacieron las acciones ofensivas de su equipo. En una jugada bien hilvanada, el barcelonés encontró a Jacobo, que finalizó con un disparo desviado que demostró que los blanquiverdes querían más y no iban a dudar en seguir percutiendo.

Fue el propio Álex Sala el que lo dejó patente, coronando otra jugada tejida con paciencia de su equipo con un disparo espectacular desde fuera del área que sorprendió a Luca Zidane y que se coló ajustadísimo en la meta visitante. El 2-0 hizo que el Granada quedase muy tocado y eso permitió al Córdoba jugar muy cómodo durante buena parte de lo que queda de primer acto. Tan solo un disparo de Hongla que se estrelló en el larguero y que Boyé mandó alto en el rechace sacaron a los blanquiverdes de la placidez con la que supieron llevar ese tramo del encuentro. De hecho, el primer tiempo lo finalizaron atacando los de Iván Ania, con un disparo alto de Adilson Mendes que no cogió portería por muy poco, después de otra acción meritoria fabricada desde la banda derecha. Solo el infortunio de la lesión de Adilson, en un choque fortuito, empañó una primera parte para enmarcar.

Si positiva fue la primera parte para los blanquiverdes, la segunda no pudo empezar mejor. El Córdoba CF no bajó el pistón y pronto forzó un córner del que iba a sacar un rédito insospechado. El toque en corto de Álex Sala lo convirtió Carracedo, que había cogido el sitio de Adilson Mendes, en uno de los goles de la temporada en El Arcángel, con un golpeo inapelable que Luca Zidane vio como se incrustaba en la escuadra de su portería. Un golazo con todas las letras que pareció finiquitar el duelo.

El marcador era tan contundente que Escribá no tardó en buscar soluciones, dando entrada a Weissman y Manu Trigueros, pero su equipo no cambió en exceso de actitud y determinación. Ania, por su parte, quiso amarrar el duelo en la medular y oxigenó a su equipo dando entrada a Pedro Ortiz y Alberto del Moral en lugar de Sala y Théo, ganando fuelle y trabajo de desgaste para la media hora final.

Pedro Ortiz redondea el partidazo

El Granada quemó sus aves buscando centros laterales que sus arietes no llegaron a rematar y el Córdoba CF supo capear esos envites para volver a hacerse con el esférico y acomodarse de nuevo en el campo. Con los nazaríes ya volcados de manera clara, los blanquiverdes no tardaron en hace más daño y una buena contra lanzada por Carracedo la convirtió Pedro Ortiz en el 4-0 con un golpeo preciso y ajustado al que no llegó Luca Zidane.

Ahí terminó de bajar los brazos el Granada, que todavía recibiría un castigo mayor, además desde el infortunio. Un córner botado por Carracedo desde la izquierda del ataque del Córdoba CF terminó con Luca Zidane introduciendo el balón en su portería, al mismo tiempo que se golpeaba de manera violenta con el poste. La acción requirió de sustitución en portería para los visitantes y el VAR terminó dando lo que era de justicia, el 5-0 que redondeó una tarde mágica en El Arcángel. Con la permanencia ya muy cerca, los blanquiverdes tienen ahora todo el tiempo del mundo para soñar a lo grande.