Libérate y vuela (0-1)
Don Benito - Córdoba CF | La Crónica
El Córdoba suma su primer triunfo de la temporada a domicilio con un gol de Miguel de las Cuevas
Los blanquiverdes supieron sufrir en las fases de acoso calabazón con un buen trabajo defensivo
Don Benito/Nadie te enterrará. Nadie te verá morir. Porque cuando peor están las cosas, el espíritu inquebrantable y el alma del cordobesismo lucen siempre con más fuerza. Con el horizonte oscuro, tendiendo a negro, la luz que debe dibujar el futuro apareció en Don Benito, entre charangas y ambientes de fiesta que nada tienen que ver con lo que espera en el día a día a este Córdoba CF al que nadie puede poner ni media pega en cuanto a su profesionalidad.
Sufriendo cuando tocaba, con una buena lectura del guion, y aprovechando el único error del meta extremeño, quebró su mala racha a domicilio. Debe ser el punto que permita su liberación, ese grito que haga ver a todo el mundo que merece la pena luchar (más) por esta institución. Es una cuestión de todos, y todos tenderán la mano para permitir que siga caminando con la cabeza alta por el pozo al que le empujó quien no sabía lo que hacía. Ya habrá tiempo de crecer, pero de momento, con estar de pie es suficiente.
Sobre un campo rápido y resbaladizo por el agua caída, Agné ajustó algunas piezas para hacer más consistente al equipo, sobre todo en la zona ancha. La presencia de Xavi Molina como stopper liberaba a Imanol y González, que junto a Flores dibujaban un rombo por detrás de Juanto y Zelu. Todo para minimizar a un rival plantado sobre un 4-1-4-1 que luego tuvo que variar al 5-4-1 por la lesión muscular de Trinidad.
Y de partida, pese a los intentos locales de frenar a su oponente con una presión alta y ese punto de intensidad extra que acaba por equilibrar fuerzas en el verde, la idea del CCF casi cuaja. Faltó, como casi siempre, el acierto en la definición y el último pase. Fidel Escobar, con un testarazo cómodo a la salida de un córner, y Juanto Ortuño, con un tiro desde la frontal que salió alto con González pidiéndola a su izquierda, abrieron las hostilidades.
Con las imprecisiones ganando terreno, el conjunto calabazón daba la impresión de estar más cómodo. Santana, con un libre directo que casi sorprende a Becerra buscando su palo (el tiro salió fuera por un pelo), y Dani López, con un testarazo de espaldas que el meta atrapó sin dificultad pusieron firma a las primeras llegadas de un cuadro extremeño que, con el paso de los minutos, se hizo con el control del choque, aunque sin claridad para divisar el arco cordobesista.
Pese a la dificultad para conectar, la calidad en tres cuartos de campo del Córdoba permitía llegar con cierta claridad, aunque sin saber elegir esa opción que convirtiera los uys en algo más. Sobre todo por un empecinamiento en la conducción cuando el momento requería de otras alternativas, principalmente en la figura de un Juanto Ortuño al que las piernas no le acompañaban para hacer lo que su cabeza dictaba.
En una de sus apariciones en carrera, el yeclano encontró a Zelu, cuyo intento cayó rebotado a los pies de Javi Flores para propiciar la parada felina de Sebas Gil a sus pies. Fue una nueva opción de quebrar la igualdad, que al no producirse dio aire al Don Benito para pasar a dominar exprimiendo el trabajo de Dani López en la pelea con los centrales. Ni siquiera la lesión de Trinidad que obligó a Juan García a recuperar el dibujo apartado para esta cita frenó a un equipo albirrojo que amenazó con un testarazo y dos disparos lejanos de su hombre referencia.
Con todo, el intermedio llegó con dos ocasiones claras de los visitantes con Jesús Álvaro en un rol protagonista: en la primera, su centro-chut casi pilla a contrapié al meta local; en la segunda, su pase interior en una transición lo culminó Javi Flores con un latigazo en la que buscó el palo corto cuando quizás el largo ofrecía más garantías, ni siquiera encontrando la portería.
Esos sustos consecutivos permitieron salir de vestuarios al Córdoba con otra cara, más confiado en sus posibilidades de éxito, pese a rémora a domicilio desde que comenzó el curso. Una doble aparición de Juanto y Zelu en el área tras una buena jugada individual de Flores por la izquierda fue el primer intento visitante, aunque el más claro llegó en el área contraria, con un testarazo de Dani López que abortó abajo Becerra cuando la grada del Vicente Sanz ya cantaba el gol.
El Don Benito se vino arriba entonces, volcado en la verticalidad sin fortuna de Abraham y el control de Artiles y Manu Ramírez por dentro. Un empuje que Raúl Agné trató de frenar dando entrada a De las Cuevas para ganar continuidad en el juego con balón, manteniendo el dibujo, pero con Imanol de pivote para darle un punto más ofensivo. El movimiento costó que diera resultado en un momento en el que el árbitro decidió sacar su silbato a pasear, frenando mucho el partido.
Eso originó mucha pelota parada, que sirvió al cuadro de Juan García para tener dos oportunidades clarísimas que no acabaron en gol de puro milagro: Djetei, anticipándose a Dani López, y el poste, para repeler un centro de Abraham que se envenenó superando a Becerra para luego pasearse por la línea de meta, dieron forma a esa fase de superioridad local, que prosiguió con un nuevo testarazo de Mario Gómez que se marchó fuera cuando lo tenía todo a su favor.
Pero a partir de ese momento, y pese a que Zelu y Abraham intercambiaron opciones, el CCF se entonó, teniendo cada vez más posesión, encontrando la conexión por dentro De las Cuevas-Flores. Faltaba pisar el área con peligro real, acertar en uno de los constantes acercamientos de un duelo que con el paso de los minutos fue perdiendo el ida y vuelta. Quizás se echaba en falta más velocidad en las acciones, menos previsibilidad, para sorprender a una zaga bien plantada.
Pero entonces, Sebas Gil tuvo un error clamoroso a la hora de blocar una pelota colgada desde la izquierda, y De las Cuevas exprimió el regalo para llevar el balón a la red. Su celebración, camino de la grada poblada por la afición blanquiverde, fue toda una liberación, un subidón enorme al que ya sólo faltaba poner rúbrica.
Quedaban diez minutos y el Don Benito se la jugó recuperando los cuatro atrás para liderar el último arreón. La respuesta de Agné fue reforzar la medular con Chus Herrero, devolviendo el perfil más de contención de la parte inicial del choque. Una lectura acertada porque el cuadro albirrojo se la jugó con todo, con una lluvia de centros al área que hizo más grandes a Fidel y Djetei, y que dio paso a un alivio final cuando Agudo cabeceó desviado la última, ya en el alargue.
Fue el epílogo perfecto a un día que debe suponer el principio de una nueva etapa en el Córdoba, que ya ha roto la barrera que le impedía crecer en lo deportivo. Ahora falta quitar del medio todos los obstáculos que frenan a la institución en lo institucional. La semana se aventura clave, pero con una sonrisa en la cara, seguro que el cordobesismo la encara mejor. Que ya toca liberar tensiones.
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