Adri Castellano: "El empaque del Córdoba CF lo tienen cuatro clubes contados en esta categoría"
Entrevista a Adri Castellano, jugador del Córdoba CF
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Adri Castellano (Córdoba, 1994) no es un jugador más de este Córdoba CF. Pese a no haber podido debutar todavía por una inoportuna lesión de la que además recayó semanas después, el defensa cordobés cuenta con una ascendencia especial en el club y el vestuario. Después de 12 años fuera del club de su vida, en el que se formó y que hizo de lanzadera para su trayectoria profesional, el pasado verano decidió regresar para ayudar en la meta de devolver al CCF al fútbol profesional. Por el momento, las lesiones le han impedido hacerlo desde el césped, pero eso no ha hecho más que redoblar su rol de líder del vestuario. Y su dedicación al club se ve en cada gesto. Sin ir más lejos, en el interés que dedica a esta entrevista, pese a producirse en un día intenso con dos sesiones de entrenamiento. La charla, amena y natural, se alarga hasta el punto de apretar su tiempo para almorzar antes de volver al estadio. Lo que para otro sería un trámite, para el futbolista cordobés es tan importante como saltar al césped o ayudar a un compañero en el vestuario. Tras toda una carrera fuera del club que le vio crecer, Adri ha vuelto para aupar al Córdoba CF a su sitio natural y está dispuesto a hacer desde todos los ámbitos, más allá de su aportación en el césped, que se antoja inminente y que sin duda será vital para el equipo blanquiverde.
-Antes que nada y lo más importante, ¿cómo se encuentra?
-Me encuentro bien, con buenas sensaciones. Esta vez hemos dado un poco más de tiempo a la lesión, porque en la primera vez quise adelantar plazos y la semana que entré lo hice renqueante, por lo que en cuanto forcé de más me vino el golpe. Hemos querido darnos más margen y el parón de la Navidad me ha ayudado a hacer trabajo específico solo, junto a Eu [el recuperador] y vamos según lo establecido. Voy entrando con el equipo de lleno y conforme a mis sensaciones el míster valorará si puede contar conmigo ya o esperamos una semana más.
-Habrán sido meses duros para usted.
-No soy de comerme el coco demasiado, la verdad. Cuando estás lesionado, y más tanto tiempo, tienes un vacío dentro, pero me ha ayudado mucho el cómo ha sido el día a día con el grupo. Hemos formado un grupo muy bueno en lo humano y cuando estás lesionado, que te sientes un poco aportado, ayuda mucho que el grupo te integre y te haga sentir cómodo.
-Es más fácil así sentirse útil.
-Eso es. Yo creo que va en la forma de ser de cada uno, pero yo soy un tío que se implica mucho en el día a día con los compañeros. Cuando me he lesionado siempre he estado dentro de la dinámica y tratando de ayudar, aunque fuera del campo es verdad que se puedes llegar a sentir inútil. Para que eso no me pase me ha ayudado mucho el grupo y el cuerpo técnico.
-Ese rol más allá de lo deportivo era lo que se esperaba de usted.
-Yo sabía dónde venía. Siento una responsabilidad que quizás no debería tener, pero como cordobés y cordobesista que vuelve tras tanto tiempo, intento ayudar dentro del campo como uno más pero también fuera. Siempre estoy dispuesto a lo que el club me pida porque me debo a él. Siempre he sido así en todos los clubes pero aquí además es algo que noto como mío.
-Un club necesita referentes y usted ha vuelto a casa para serlo.
-En cualquier club hacen falta referentes, personas que sientan esto como suyo, que en momentos de dificultad deportiva pueda echar una mano al resto. Yo venía a jugar, en primer lugar, pero al margen de eso vine para ayudar al club de mi vida a dar un tirón para arriba. En primer lugar para volver yo al fútbol profesional y en segundo, aunque no menos importante, ayudar al club a estar ahí. Como cordobesista y cordobés sientes esa responsabilidad.
-Responsabilidad que para los cordobeses también se convierte en exigencia.
-Totalmente, eso lo sé yo, lo sabes tú y cualquier que lea esta entrevista. Al cordobés siempre se le exige mucho más aquí. A mí ahora mismo no porque no he jugado aún, pero que eso llegará y ese peso lo voy a tener. Pero hace falta gente de la casa, que pelee por el equipo pero también por el club. Yo sabía a lo que venía y en ese sentido estoy encantado.
-Hace unos meses que volvió, más de diez años después de salir del Córdoba CF. ¿Qué se ha encontrado en su regreso?
-Me fui con 17 años recién cumplidos, después de hacer el primer año de juvenil aquí. Tenía una idea de cómo era el club estando fuera, pero con tantos cambios de presidentes, de entrenadores, inestabilidad en lo deportivo... la imagen era de poca seriedad para un club que, siendo tan grande, cuando ha hecho las cosas medianamente bien siempre ha estado en Segunda y con cierto equilibrio. Desde fuera veía esa inestabilidad y me daba pena, la verdad. Ya lo comenté un día que jugué aquí con el Granada, porque yo viví algo parecido estando aquí, que era una pena que en tantos años no se hubiera establecido un orden. Al llegar aquí, veo que el club ha cogido un camino trazado y que tiene una estructura. Cuando llegas aquí y ves lo que hay, la gente te cuenta lo que ha cambiado, ves que el Córdoba CF va por un camino distinto a los anteriores. Creo que se están haciendo las cosas muy bien para intentar volver al fútbol profesional.
-¿Eso es algo que los futbolistas valoran?
-Siendo sinceros, el que diga que no mira el dinero, te engaña. Pero dentro de valorar distintas opciones, siempre es importante el contexto del club. En mi caso, cuando me llegó el momento de dar un paso atrás o salir al extranjero, tenía claro que quería venir aquí. Y vengo perdiendo dinero respecto al año pasado, pero valoras el empaque del club. Hay clubes en Segunda División que no tienen este empaque. Aquí sabes que a corto o medio plazo el club quiere tirar hacia arriba. Otros clubes te dan mucho dinero, pero no tienes la seguridad de que cobrarás al tercer o cuarto mes. Y aun cobrando todo el año, qué idea de futuro tienen. Eso siempre lo valoras y aquí lo tienes, el empaque del Córdoba CF lo tienen cuatro clubes contados en esta categoría y muchos de Segunda División no lo tienen.
-¿Tenía muchas ganas de volver a Córdoba?
-Muchas, me fui joven y es verdad que me he adaptado bien siempre a las ciudades en las que he estado. Nunca he tenido problemas con los clubes, he tenido esa suerte. Pero es verdad que tenía ganas de venir. Cuando me contactan, se hace todo muy rápido pese a que yo podía haberme esperado para buscar ofertas mucho más altas en lo económico, pero le dije a mi familia y a mi agente que quería venir si había acuerdo. Y así fue, me llamaron Juanito y Raúl y en semana y media estaba todo acordado. A mí también me tiraba mucho el reto de volver a casa en una situación complicada y ser uno de los que, ojalá Dios lo quiera, ayuden a poner el club de vuelta donde tiene que estar. Siempre me he movido por el sentimiento y esto me tiraba muchísimo.
-¿Qué se ha perdido en todos estos años fuera de Córdoba?
-Me he perdido mucho, la verdad. No me arrepiento de ninguna decisión que he tomado en el fútbol pero lo que más me duele es lo que me he perdido en mi familia. Me he perdido celebraciones, he tenido pérdidas de gente que amaba y que se fueron sin poder estar cerca. Pude estar con uno de ellos, con mi abuelo Cobacho, porque me cogió estando en Granada y al final estás aquí al lado. Pero con mi abuela Isabel me pilló estando en Soria, mi otra abuela me pilló en Vigo y era imposible venir por no dejar colgado al equipo. Es lo que más me duele de haber estado fuera, pero luego pones todo en una balanza y siempre sale positivo porque creces mucho como persona, maduras y aprendes. Al final, no cambio por nada del mundo la trayectoria que he tenido.
-Con 17 años, un chaval tiene que renunciar a muchas cosas para dedicarse al fútbol.
-Bueno, y desde pequeño, yo he llegado a perderme excursiones del colegio por el fútbol. Recuerdo perfectamente una excursión de una semana que no fui porque jugábamos contra el Séneca y no podía perderme ese partido. Y al final no lo jugué porque dos días antes me puse malo. Y era un viaje que de pequeño te hace una ilusión tremenda. Parecen tonterías pero son cosas que te pierdes y te hacen diferente a los demás. Yo desde pequeño, sin cobrar, he sentido que me debía al fútbol y por eso nunca he bebido, me he quitado salir mucho de fiesta por el fútbol y es algo que hoy en día lo mantengo porque me debo a esto.
-Ahora de vuelta a casa habrá recuperado un poco todo eso y la calidad de vida de estar cerca de los suyos.
-Eso sin duda es lo mejor, ya que no he podido jugar todavía. Tener a la familia y los amigos cerca, el estar en mi casa, mi parcela, con mis animales y cerca del campo. La calidad de vida aquí es tremenda y ahora que no estoy pudiendo jugar me ayuda mucho para sobrellevarlo.
-¿Cómo vivió desde dentro las dudas con las que empezó la temporada?
-Yo hablaba con compañeros y las sensaciones que teníamos eran de ser superiores a los rivales pero no conseguir ganar. Estábamos haciendo las cosas bien. Recuerdo cuando perdimos tres partidos de los cuatro primeros, hablando con un compañero veterano del equipo, temer que echaran al míster. Pensábamos que no podían cortar esto porque el trabajo estaba siendo muy bueno y el ambiente en el día a día también. Tuvimos esa duda la semana del Alcoyano, de semana jodida para el cuerpo técnico y para nosotros. No queríamos que pasara eso porque se estaba trabajando muy bien. Nosotros veíamos el nivel de la plantilla y sabíamos que íbamos a arrancar. Y a la vista está, que llevamos diez partidos sin perder. Si esa semana de ir a Alcoy las cosas hubieran sido diferentes, mira lo que nos habríamos perdido.
-¿Le ha sorprendido el nivel de Iván Ania y su cuerpo técnico? Llegaron con poco cartel y se están ganando el crédito con su trabajo.
-¿Sabes lo que pasa? Que el fútbol tiene poca memoria. Es verdad que venían de un año complicado en Algeciras, pero el año anterior allí fue bueno. Y antes el míster consiguió ascender con el Racing de Santander, un club que puede equipararse a este. Nadie sabe lo que pasa en un vestuario en el día a día y es normal juzgar por lo que ves, pero hay que valorar el trabajo. Yo intento valorar a las personas en base a lo que hacen conmigo y con el míster lo que todos valoramos es el trato. Puedes quejarte de jugar o no jugar, pero con este cuerpo técnico es imposible que nadie se queje del trato que nos dan. Hasta ahora, el trato humano es muy bueno y el rendimiento deportivo se está demostrando que es muy bueno. Tenemos una idea clara, él sabe lo que quiere de su equipo y el equipo se lo da. Cuando eso se consigue, se forma una conexión muy dura.
-Todos esos detalles positivos se aunaron el día del Castellón en El Arcángel.
-Fue increíble. Date cuenta que en ese partido no hicimos el juego que venimos haciendo anteriormente, lo que habla de la versatilidad del equipo. Al final tanto Toril como yo, que estábamos en la grada lesionados, se lo dijimos a Iván y al vestuario: "Qué partido habéis hecho". Presionando 90 minutos al rival, minimizándolo y comiéndose a los rivales. El equipo volaba. Ayudó todo, el ambiente, el ganar los primeros duelos. Salió todo bien pero ese día se vio que el equipo está preparado para todo.
-Es un día para creerse que se puede aspirar a lo máximo.
-Totalmente. El paso de demostrar la mentalidad fuerte ya lo habíamos dado ganando en Alcoy después de empezar mal y enganchando varias semanas de victorias, pero el día del Castellón es un plus de motivación. Siempre hay que mantener un equilibrio, pero creo que ahí el equipo se dio cuenta de que estamos en la pelea. Es verdad que ahora mismo estamos distanciados en puntos pero sabemos que tenemos que mantenernos ahí en el día a día y ver hasta dónde podemos llegar. El equipo se dio cuenta de que está preparado para ganar muchos partidos.
-¿Cómo ha sido la vuelta tras el parón, que no parecía venirle muy bien al equipo?
-Bueno, llegas tras una semana parado y el balón parece un ladrillo [risas]. Pero en el primer entrenamiento ya ha habido momentos en los que el balón corría y ves a la gente muy enchufada. No creo que influya el parón porque este equipo tiene claro lo quiere, tiene claro el objetivo y se ha visto capaz de rendir bien cada semana. Cuando pasan los dos días de coger otra vez las sensaciones estaremos preparados para competir igual que lo estábamos haciendo.
-El reto ahora es poder acabar la primera vuelta con 39 puntos.
-Claro, y si lo consigues ir a Huelva y volver a ganar, y volver a casa y hacerlo otra vez. Esa es la exigencia de este club y de este equipo. Tenemos un plus que es el ambiente en El Arcángel. Es verdad que empezó la temporada algo más apagado porque es normal, viniendo de un varapalo como el del año pasado, pero en cuanto la gente ha visto la mentalidad del equipo, se ha enganchado. Y aquí el ambiente pesa mucho. Si la afición rema con nosotros, vamos a sacar los partidos y eso es clave. Cuando haya dificultades, que ellos nos den un empujón porque hay equipos que tienen que pelear con cuatro personas en la grada. Aquí tenemos esa suerte y tenemos que mantenerlo hasta el final de la temporada.
-¿El partido ante el Real Madrid Castilla es el que se ha marcado para volver al equipo?
-No me he marcado ningún partido, simplemente ver las sensaciones que tengo y transmitírselas al míster. Quiero jugar cuanto antes, pero sin correr riesgos. Es verdad que ahora estamos más jodidos porque Calderón estará fuera pero hay compañeros que han demostrado que puede hacerlo perfectamente. Si yo me veo preparado y el míster considera que lo estoy, lo haremos. Si no, no tengo un objetivo marcado porque no quiero equivocarme otra vez.
-Imagino que es complicado reprimir las ganas de estar en el campo ya.
-He aprendido de la primera vez, que me pasó eso. Quería volver sí o sí, porque viéndote en la grada te pierdes eso que sientes en el campo de fútbol. No se puede explicar al que no lo vive lo que significa el estar ahí. Ves eso y quieres entrar, pero he aprendido que no hay que correr porque juegas un partido pero te puedes perder diez. Hay que tener el corazón tranquilo porque las ganas las tienes.
-Me lo puedo imaginar, pero ¿qué le ha pedido al nuevo año?
-¿Sabes lo que pasa? Que si cuentas tus deseos no se cumplen, entonces no te los voy a decir, pero te puedes imaginar lo que es. Yo siempre intento mirar por el equipo antes que por mí. Y en lo personal, te lo puedes imaginar también porque es lo más básico que todo el mundo desea. Pero no te lo voy a decir para que se cumpla.
-Pues que se cumplan esos deseos y en junio lo podamos celebrar.
-En junio lo hablamos... ¡O en mayo!
-Si es en mayo, muchísimo mejor. Suerte y a por ello.
-A por eso vamos. Muchas gracias.
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