Las notas de los jugadores del Córdoba CF ante el Linares Deportivo

CARLOS MARÍN. Impotente. Otra tarde en la que sus grandes paradas no sirven de nada porque al final se ve superado. El almeriense es de lo poco salvable de este Córdoba en la segunda vuelta, pero sus números no reflejan eso por culpa del colectivo.

JOSÉ RUIZ. Superado. Fermín le causó muchos problemas a la hora de defender, con su movilidad y su capacidad de sorprender desde segunda línea. En ataque apenas se le vio aparecer y mucho menos tratar de poner un centro.

JORGE MORENO. Blando. Incapaz de hacerse fuerte ante Hugo Díaz, que le ganó prácticamente en todas las acciones. Muy lejos del buen nivel que mostró a principio de la temporada. Y bien que lo está notando el Córdoba.

ALBERTO JIMÉNEZ. Luces y sombras. El canario dejó alguna acción defensiva de mérito y no pocas dudas a la hora de desempeñarse con Jorge Moreno como pareja. No termina de tener la continuidad y la importancia que debería.

CALDERÓN. Un desastre. Superado a su espalda a los dos minutos de partido. Poco después, regaló un balón en el área que Fermín no aprovechó por el paradón de Carlos Marín. En ataque apareció bien en una ocasión, pero el bagaje es muy pobre.

DIARRA. Entregado. Mucho desgaste en el juego de ida y vuelta, en una posición en teoría más acorde a sus características. Sin embargo, se le nota en exceso que no está preciso con el balón ni fresco para llegar al área rival.

JAVI FLORES. Exigido. En el rol de hombre encargado de acercarse a los centrales para sacar el balón se le vio más cómodo estando escoltado por dos volantes. En la segunda parte, la exigencia del rival le pasó por encima.

ARMANDO SHASHOUA. Muy poco. El inglés sigue sin dar continuidad a los buenos minutos que sumó en Algeciras hace unas semanas. Como volante intentó conectar con los atacantes y descolgarse en el último tercio, pero sin fortuna ni acierto.

CARRACEDO. Impreciso. Un discreto regreso a Linarejos. Ni un centro sacó en condiciones pese a intentarlo con insistencia en la primera parte. Desapareció en la segunda parte hasta que fue sustituido.

WILLY LEDESMA. Desquiciado. Mucha movilidad en todo el frente de ataque pero poco protagonismo a la hora de finalizar jugadas. En el primer tiempo anduvo cerca del gol en una jugada entre Simo y Calderón. Acabó desesperado.

SIMO. Chispazos. Mejor que en los últimos partidos, algo que tampoco era complicado. Apareció desde el perfil izquierdo y generó un par de buenas ocasiones en el primer tiempo, una incluso la finalizó él. Se diluyó después hasta desaparecer.

CASAS. Redimido. Entró con ganas de quitarse esa losa de tantos meses sin marcar y lo logró en el tramo final del partido. Su gol no sirvió para sumar pero en lo personal puede venirle bien para quitarse presión y tratar de mejorar un curso tan pobre.

DE LAS CUEVAS. Voluntarioso. Está a años luz de la buena versión de sí mismo que una vez enseñó con la camiseta blanquiverde, pero al menos en Linares se le vio nervio y ganas de intentarlo hasta la última pelota. Eso sí, de poco sirvió.

PUGA. Poco balón. El granadino entró en el segundo tiempo ya con mucho terreno perdido por su equipo. Se echó en falta utilizar más su poderío por la banda derecha en el ataque blanquiverde. Se fue de Linarejos casi sin tocar el balón.

CABALLERO. Inadvertido. El jiennense sumó pocos minutos y de poca trascendencia en el juego de su equipo, pues entró con el 2-0 en el marcador y un contexto bastante complicado. Su aportación pasó inadvertida.

KIKE MÁRQUEZ. Relegado. Al cambio en el primer tiempo del duelo en Pontevedra se suma su suplencia en Linarejos. Entró en el tramo final ya con 2-0 en el marcador y colgó buenos balones al área que no aprovecharon sus compañeros.