Sabas, fin de trayecto (2-0)

Linares - Córdoba CF | La crónica

El Córdoba cede su segunda derrota, con una imagen muy pobre, y el futuro del técnico es oscuro

La endeblez defensiva y la incapacidad para crear y reaccionar dejan sentenciado este proyecto

Piovaccari dispara desviado ante la estirada de Razak.
Piovaccari dispara desviado ante la estirada de Razak. / Juan Ayala

Linares/Salvo sorpresa, Juan Sabas dejará de ser entrenador del Córdoba CF en las próximas horas. Cuatro jornadas sin ganar, dos derrotas consecutivas y, sobre todo, una imagen muy pobre que va a peor cada semana que pasa, obligan a la entidad cordobesista a tomar una decisión de manera inminente para tratar de reconducir un proyecto sentenciado. Quizás no sea el único ni el principal culpable, porque los futbolistas también tienen una importante cuota de responsabilidad, pero es el final que viene escrito en toda crisis.

Y la depresión blanquiverde es de caballo. Porque consumido el primer tercio de la primera fase, el equipo anda lejos, tanto en resultados como en sensaciones, de ser ese candidato a todo que está obligado a ser; de hecho, tras caer con justicia en Linares, es sexto del Subgrupo IV-B con ocho puntos, a seis del liderato y con apenas uno de colchón con la zona de descenso. Inconcebible a todas luces. Y menos aún si la imagen que acompaña a los números es tan nefasta, llegando incluso a reflejar cierta dosis de dejadez.

El primer revés del curso, una semana antes, ya puso al técnico en el alero durante una semana que terminó de la peor manera posible. En lo personal, y en lo colectivo. La reacción esperada cuando a uno le tocan el amor propio, cuando ponen en duda su orgullo, no hizo acto de presencia en Linarejos, donde desde el primer momento quedó ya patente la trascendencia del duelo con la revolución en el once de Sabas. Hasta cuatro cambios, uno por línea desde la portería a la línea de medias puntas. Un órdago a grandes, con mensaje, tanto para los elegidos para sacar ahora al CCF del atolladero como para los que se ven obligados a dar un paso al costado porque su rendimiento anda lejos de ser el que se espera de un aspirante.

Pero lo cierto y verdad es que el Córdoba varió poco o nada. Otra vez optó por dejar hacer al enemigo, le regaló la pelota, primero en campo ajeno, pero luego ya en el propio. Lo lógico cuando no eres capaz de obligarle a recular, cuando no tienes la pelota más allá de unos segundos y, por lo tanto, ni siquiera puedes asustar. Imagen de equipo menor, precisamente lo que no se puede permitir este conjunto hecho para buscar un ascenso tan lejano en el tiempo como por lo que transmite cada vez que salta al verde.

Mario Ortiz controla el balón en la medular mientras Piovaccari tira el desmarque.
Mario Ortiz controla el balón en la medular mientras Piovaccari tira el desmarque. / Juan Ayala

Y ya empieza a dar igual el sistema, el once… Lo que se requiere para competir, un verbo que parece ahora olvidado, son otras cosas. Las mostró el Linares, un grupo seguramente con menos calidad, pero con las ideas muchísimo más claras, que va a muerte a por cada pelota, que sabe que sin sufrimiento no podrá alcanzar su objetivo, sea cual sea el marcado. Y tras seis jornadas eso solo se ha visto a cuentagotas en los que defienden la blanquiverde.

Susto y gol del Linares

Tampoco fue durante gran parte en Linarejos, no. Tras unos minutos iniciales marcados por un carrusel de imprecisiones, provocadas por la irregularidad de un terreno de juego con mejor pinta que estado, la línea ofensiva azulilla comenzó a aparecer entre líneas, con espacio para girarse y pensar, impensable pensar algo así en la otra mitad del campo. Y con tiempo para darle a la cabeza, la primera pelota que encontró la espalda de Álex Robles la tuvo que abortar con todo Djetei cuando Isra ya había burlado al lateral.

Un primer aviso que pronto tuvo continuidad, esta vez con peor resultado. Toni García, zurdo, la puso desde la derecha, sin nadie que lo inquietara, y su pelota, blandita pero cerradita, botó antes de que un cordobés en la trinchera enemiga la llevara a la red. Hugo Díaz, ganando la partida a Robles y con los centrales fuera de sitio, cabeceó picado para superar a Becerra. Poco más de un cuarto de hora y tocaba otra vez hombrada, remontada. ¿Sería esta vez capaz de dar ese paso al frente?

De partida no fue así. Pareció de nuevo que todo daba igual. Apenas se salvaron tres o cuatro, que poco a poco fueron entendiendo que esto no era una pasarela, sino un partido de fútbol, que requiere casta y coraje, amor propio y orgullo, y no únicamente dar tres toquecitos a la pelota. No fue hasta rozando ya la media hora, tras un cabezazo alto de Djetei que se fue muy alto, cuando por fin el Córdoba superó con un pase líneas, y eso le dio ventaja para originar al menos una ocasión; Piovaccari remató cruzado en exceso.

Parecía que podía ser lo que tocara el botón de arranque. Pero no. De hecho, Toni García probó otra vez suerte con un par de disparos lejanos sin consecuencias. Porque tampoco es que el Linares fuera un ciclón, aunque sí lo suficiente para ser mejor que un rival que buscó, ya en el alargue, una última oportunidad con un doble córner de Moutinho que se fue sin remate. Y eso, como no podía ser de otra forma, dio el pie a otro cambio en el guion en el intermedio, con la entrada de Willy por Xavi Molina y el paso al 4-4-2.

Djtei trata de evitar un disparo de Marc Mas.
Djtei trata de evitar un disparo de Marc Mas. / Juan Ayala

Y sin que eso fuera motivo suficiente, sí trajo consigo que en los primeros cinco minutos del segundo acto los blanquiverdes ya pisaron más el área de Razak que en los 45 anteriores. Una larga jugada, con envíos desde la izquierda y la derecha, terminó con un toque sutil de Piovaccari en la pugna con su par que murió en el larguero. Un susto, un aliciente, una puerta abierta hacia otro escenario. Pero ya con un doble pivote Mario Ortiz-Javi Flores, con capacidad para tener más posesión y poder ¿mandar?

Hasta tres sistemas de juego

Al menos lo fue logrando entre el paso atrás de los azulillos -jugaron el miércoles y el marcador les era favorable- y la necesidad propia, qué menos. Pero no lo suficiente para acumular opciones para empatar. Y con media hora, Sabas se la acabó de jugar. Por primera vez en el curso, incluida la pretemporada, el Córdoba se situó con una línea de tres atrás aprovechando la inclusión de Farrando, dibujando dos bandas con Robles y Samu, que se fue a la izquierda, y situando a Luismi en la posición de enganche.

Un experimento, con mayúsculas, que antes de comprobar si era efectivo o no, se derrumbó con el 2-0 de Marc Más al transformar un penalti por una falta, no del todo clara, sobre Isra Cano. Pero más allá del error arbitral, ver cómo el extremo superaba cuantos salían a su paso en la frontal hasta caer en el área es para hacérselo mirar. Unos le pondrán de nombre carencia de actitud, otros falta de intensidad, otros simple dejadez... Pero más allá del calificativo, ver cómo se iba el azulillo era para echarse las manos a la cabeza.

Con todo perdido, Sabas metió a Alain Oyarzun para terminar de lanzar la ofensiva, para abrir el campo al máximo. El Linares, por contra, reforzó su entramado, para controlar todo lo que pasaba, ya sabiendo jugar a favor de marcador, concentrando todos sus esfuerzos en el juego de contención, pero estirándose cuando ganaba la pelota. La lluvia de envíos sobre el área de Razak pasó a ser continua, pero con escaso acierto. En las más claras, Piovaccari se topó con el pie del ghanés tras ganar la carrera a su par, Farrando cabeceó alto un balón en el área pequeña tras ganar el salto al meta y Willy se topó con el excordobesista. Poco más.

Piovaccari, desesperado al final del choque ante una ocasión fallada.
Piovaccari, desesperado al final del choque ante una ocasión fallada. / Juan Ayala

Y por tanto, el Córdoba se fue a cero, en goles y en puntos, y con una sensación de que algo debe cambiar para intentar reconducir un proyecto que, en su primera fase, ya ha fracasado. El club ya analiza qué pasa y el futuro de Juan Sabas está escrito. El domingo, ante el Real Murcia en el Enrique Roca, habrá otro técnico en el banquillo. Todo lo que no sea así, será una sorpresa que ahora mismo no tiene sitio en las oficinas de El Arcángel.

Ficha técnica

2 - Linares Deportivo: Razak; Dani Perejón (Neto, 46'), José Cruz, Josema, Edu Olea (Villarejo, 71'); Fran Lara, Rodri; Toni García (Luis Lara, 53'), Fran Carnicer (Marc Más, 53'), Isra Cano; y Hugo Díaz (Gabri, 57').

0 - Córdoba CF: Isaac Becerra; Álex Robles (Alain Oyarzun 67'), Djetei, Bernardo Cruz, Berto Espeso (Manu Farrando, 62'); Xavi Molina (Willy, 46'); Samu Delgado, Mario Ortiz, Javi Flores, Moutinho (Luismi, 62'); y Piovaccari.

Goles: 1-0 (17') Hugo Díaz. 2-0 (66') Marc Más, de penalti.

Árbitro: Martínez Montalbán (murciano). Amonestó a los locales Isra Cano (23') y Hugo Díaz (55'), y a los visitantes Xavi Molina (20') y Javi Flores (55').

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 6 del Subgrupo IV-B de Segunda División B disputado en Linarejos a puerta cerrada. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Diego Armando Maradona, astro del fútbol mundial fallecido el pasado miércoles.

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