El merecido homenaje a la historia del club
Córdoba/Tras el olvido y el maltrato sufrido durante la etapa anterior, por fin el Córdoba se ha decidido a dar el sitio que se merecen a sus leyendas. Lo que viene a llamarse, respetar su historia. La iniciativa de nombrar y personalizar las diferentes puertas de acceso a El Arcángel recordando a diez mitos del cordobesismo ha tenido, como no puede ser de otra manera, el reconocimiento público, aunque luego haya quien eche en falta a algunos. El nombre del presidente de honor, Rafael Campanero, o el del eterno Litri aparecen en muchas quinielas, pero en todo caso sería añadir a los que ya están, que también se merecen de sobra tal tributo.
Y más, cuando han sido los propios miembros de la Asociación de Veteranos del CCF los que han decidido con sus votos quiénes han de ser los primeros diez protagonistas de Una puerta, una leyenda. Ahí hay un sitio reservado para los dos mejores jugadores que se han puesto la blanca y verde, el argentino Daniel Onega, y el onubense de Nerva Juan García, Juanín. Como no puede ser de otra manera, también tendrá su sitio el futbolista que más veces ha defendido el escudo del club desde Tercera a Primera, José Luis Navarro.
Luego hay un espacio para jugadores con menos presencia, pero una gran trayectoria, como Miguel Reina, Juan Verdugo, Rafa Berges o Paco Jémez, si bien todos han tenido luego un viaje de vuelta hacia sus orígenes. El máximo goleador del Córdoba, Manolín Cuesta, el jugador y entrenador Pepe Escalante, héroe de dos ascensos a Segunda, y el menos mediático Paco Varo completan una nómina de muchísimos quilates. Y hay más.
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