El Escáner | Análisis de la jornada 16
Sumar en casa no basta: el Córdoba CF cae a la zona de descenso
Miguel Flaño | Futbolista del Córdoba CF
Navarro de Pamplona, aunque residente en Noáin, a escasos kilómetros de la capital, desde enero vive su primera aventura fuera de casa, fuera de Osasuna. Eligió Córdoba y el CCF y, más allá de los resultados, está encantado de afrontar "el reto más exigente" de su carrera. Miguel Flaño Bezunartea (1984) habla con naturalidad de la situación del equipo, al que ve "muy vivo" y consciente de que "hay que fallar muy poco para poder estar ahí", si bien está convencido de que "corrigiendo algunas cosas, lo vamos a conseguir". Por ahora, su única obsesión es ganar en Elche.
–Amante de la lectura, ¿con qué libro se levantó el domingo?
–Pues con Sapiens, de animales a dioses, aunque estoy también con otro. Luego me gusta escuchar algo de música antes del partido, y las 12 de la mañana es un horario que también me gusta, que vaya la cosa rápida. Soy una persona natural, me gusta vivir las horas previas con intensidad, pero con alegría, que esa presión, ese cosquilleo que uno tiene siempre en el estómago, no te puedan y te permitan disfrutar de esos momentos previos, que me parecen súper bonitos, a pesar de esa responsabilidad o tensión que conlleva un partido.
–El inicio es interesante y el final fue apoteósico.
–Sí, además vino mi familia (mujer y dos niñas, de seis y tres años), que está allá. Fue un subidón estar con ellos y disfrutar tras una victoria importante. Un día redondo.
–Explíqueme el final, otra vez con sufrimiento, pero saliendo cara en lugar de cruz.
–Seguramente se junten varios componentes, no sólo el puramente deportivo, en el que seguramente hay aspectos en los que debemos trabajar más y mejor, y corregir en algunos casos para ser más fuertes y más consistentes. Y luego hay otro más mental en esos últimos minutos, en el que esa importancia y necesidad tan grande por conseguir los puntos hace que inconscientemente te metas atrás, cometas algunos desajustes y sufras más de la cuenta. Pero la experiencia me dice que estos partidos son así; cuesta mucho sacarlos adelante, suelen darse momentos en los que pasan cosas diferentes y se vuelven un poco locos, y ahí tenemos que ser consistentes para poder mantener el resultado.
–¿Cuál fue la primera imagen en su cabeza tras esa jugada final?
–Un poco de alivio, porque era un momento completamente decisivo y ese alivio de que no había entrado la pelota y podíamos conseguir los tres puntos. Pero también es verdad que en ese momento, y te voy a ser muy sincero, por dentro también sentía que no estábamos haciendo las cosas del todo bien, que había ahí algunos desajustes que tenemos que mejorar y los vamos a mejorar, y por eso vamos a ser un equipo todavía más fuerte y algo más consistente, que no conceda en algunos momentos tanto. Lo vamos a conseguir, creo que el equipo está muy vivo, se entrega y puede estar a la altura de cualquiera, y por eso estamos muy ocupados en mantener esa exigencia que va a ser muy alta hasta el final, que no es fácil, y día tras día podamos estar en esa pelea, y seguro que lo vamos a conseguir.
–Reconoce fallos que, si se mantienen, harán todo más difícil.
–Sí, sí, y no debemos esconder lo que pasa, que va seguramente en dos aspectos: uno más profesional, en el que debemos dar un paso adelante, tanto individual en la toma decisiones para competir en esos momentos, como también a nivel colectivo, a la hora de ajustar un par de cosas que nos den más fortaleza. Y por otro lado, otro más mental, porque son partidos en los que lo normal es que pueda suceder porque un equipo está muy necesitado y la cabeza... Nos han remontado varios partidos y tienes esa falta de confianza o ese miedo a perder que muchas veces juega en contra. Pero el equipo ha dado en ese sentido un paso adelante, en cuanto a confianza, seguridad en sí mismo... Me transmite fuerza y confianza, y corrigiendo algunas cosas vamos a estar ahí.
–Es algo similar a lo que le ha pasado al Villarreal estos días, en Vigo y ante el Barcelona.
–Hay muchas cosas que hacemos bien, porque en prácticamente todos los partidos he tenido la sensación de poder puntuar o competirle a cualquiera. Pero luego hay otra parte, pequeños detalles que marcan la diferencia en una estrategia, la concentración durante los noventa y pico minutos, donde debemos dar un paso adelante, pero desde la confianza y la seguridad. El equipo creo que ha dado pasos ya, más allá de los resultados, que no han sido buenos y por eso estamos ahí; he visto una mejoría y que el equipo quiere, transmite, aunque es consciente de que tiene que mejorar cosas. Pero estamos ahí y lo vamos a conseguir.
–Todo el mundo espera que ese triunfo ante el Mallorca sea el punto de inflexión, porque el equipo hizo muchas cosas bien.
–Así es. Nos quedamos todos con las imágenes de esos últimos minutos en los que hubo desajustes y concedimos más de la cuenta, pero durante muchos minutos hicimos muchas cosas bien. Recuerdo los primeros 20 o 25 que han sido de los mejores que hemos jugado últimamente, con mucha soltura con balón, un equipo serio... Pero más que un punto de inflexión, nosotros en cada partido sabemos que puede estar la diferencia entre conseguir o no la permanencia. Esa necesidad y esa exigencia se debe notar, pero sin obsesionarnos con cada partido. Va a ser mucho más importante esa consistencia que debemos mantener, porque un día con otro seguro que vamos a poder estar en la pelea.
–Llegan ahora los últimos diez partidos, los decisivos. ¿Está el Córdoba ya en la pelea?
–En este momento creo que todos lo vemos posible, pero no me ocuparía demasiado en los puntos que tenemos de diferencia, en las jornadas que quedan, aunque sea una realidad que está ahí; creo que debemos centrarnos mucho más en cada entrenamiento y en cada partido, donde debemos ir absolutamente con todo, intentando hacer las cosas bien, con la concentración a tope, y conseguir esos puntos que nos parezcan como lo que son: la vida, en el sentido profesional y deportivo. Y ya está, nada más. Hacer cuentas, mirar el calendario, sólo hasta cierto punto, porque es más importante focalizarse en el partido, que ahora es Elche, con la ilusión de ir a hacer bien las cosas y ganar, que es lo más importante. A partir de ahí, iremos viendo hacia donde vamos.
–Una pena que no pueda haber continuidad en el equipo por las sanciones, sobre todo tras esa victoria.
–Yo creo que en ese aspecto no vamos a ganar o perder porque estén uno o dos en el campo, no van por ahí las cosas; el equipo es mucho más que cualquiera de nosotros, y por eso confío completamente en los once que van a estar en el campo, que seguro que lo van a dar todo. No tengo ninguna duda. Siempre es importante un bloque fuerte, pero lo tenemos y el equipo está por encima de cada uno de nosotros.
–Algún compañero hablaba del hambre. ¿Lo ha echado en falta?
–En el aspecto personal, humano, el vestuario es muy bueno, receptivo y con ganas de aprender cosas, pero es verdad que en ese aspecto más competitivo, de algo más de madurez profesional, debemos dar un paso adelante, como creo que lo estamos dando poco a poco. Tenemos que darnos cuenta de lo que significa la categoría, cada partido de Segunda, y estar en el mundo profesional, una exigencia bestial en la que hay que defender lo que tienes con uñas y dientes. Pero creo que el equipo se ha ido concienciando todavía más de lo que hay en juego y estamos muy vivos para poder conseguirlo.
–Desde se llegada se erigió en un líder. ¿Faltaba esa figura en el vestuario?
–No lo sé. Me he encontrado con Alfaro, Lara, Fernández, que saben llevar perfectamente ese liderazgo, que suman mucho por el club. Pero en líneas generales es un vestuario bastante joven al que le vienen bien cierta experiencia o madurez, para entre todos ser más fuertes. Sé el papel que puedo desempeñar, vengo de muchos años ejerciendo de capitán, tengo una forma de ser, y estoy muy a gusto y comprometido en ese sentido, pero también soy una persona que escucha y aprende de los demás.
–Esa falta de madurez quizás se ha notado a la hora de digerir la situación actual del equipo.
–Eso ya va también con cada uno. Pero el equipo se está viendo que quiere, que no se ha dejado ir, que vamos a ir hasta el último momento del último partido, y a partir de ahí las cosas salen. Creo mucho en la actitud, el trabajo y la insistencia, y así van a salir las cosas.
–¿Se ha llevado alguna sorpresa con el CCF que le 'vendieron'?
–Bueno, es más o menos lo que me esperaba. En el aspecto de club, veo que tiene muchas fortalezas, aunque pasa por un momento en el que hay limitaciones o aspectos que deben crecer, y es evidente; las limitaciones económicas y la estructura seguro que puede hacerse más fuerte con el paso de los años, ojalá en el fútbol profesional. Pero puliendo esos vacíos, creo que es un club con mucho potencial, con una ciudad y una afición detrás muy importantes, y eso me da mucha confianza. La ciudad me ha sorprendido para bien, en el vestuario también he tenido buena acogida... Estoy teniendo buenas sensaciones, aunque estoy focalizado en lo puramente deportivo, y los resultados hasta el momento no han sido los esperados. Pero estamos a tiempo y con la ilusión a tope para conseguirlo. Para mí, con 34 años, seguramente sea el reto profesional más exigente que he podido tener, y por eso es una motivación añadida a la que llevo de por sí, que ya es mucha.
–Vamos, que se ha encontrado un toro de lidia complicada.
–Sé lo que hay, pero el fútbol te da muchas sorpresas y uno no sabe donde puede encontrar los puntos, ese momento que te cambia el paso, y por eso muchas veces el premio está en la insistencia. En estas situaciones tan delicadas, uno tiende en exceso a tensionarse, a responsabilizarse, a preocuparse, y todo debe partir mucho más desde la ilusión, desde la alegría, que no está reñida con la responsabilidad, pues al final quien es más responsable es el que es capaz de vivir a tope cada momento de la vida. Autoexigirse y autocriticarse, no porque lo que digan, sino porque uno debe ser consciente de lo que está haciendo, de dónde puede hacer algo más, y a partir de ahí las cosas van a ir saliendo.
–Viene de Osasuna, con mucha gente de la casa. En el Córdoba no existe esa seña de identidad.
–En cada club tienen su filosofía, su historia, pero a mí siempre me ha parecido muy importante que en un club profesional, en un vestuario, se mantenga un bloque de jugadores de casa, porque eso da identidad, solidez al grupo. Es algo que siempre he vivido en Osasuna, que en el mundo profesional puede ser algo excepcional porque en otros equipos se producen demasiados cambios. Entiendo también que la exigencia es máxima día a día y el rendimiento debe estar a la altura, seas de donde seas.
–Es su primera experiencia fuera de Pamplona. ¿Estaría dispuesto a alargarla más allá de junio sea cual sea el desenlace?
–No descarto absolutamente nada. Mi sensación es que hasta el momento estoy encantado de estar aquí, aunque no haya ido del todo bien a nivel de resultados. Estoy muy contento e involucrado en lo que tenemos entre manos, y no descarto ninguna situación, sino al contrario; muestro mi total disposición. Estoy plenamente focalizado en conseguir la permanencia y dejar al Córdoba en Segunda División, que es lo único que tengo en la cabeza, pero a partir de ahí valoraré cualquier circunstancia que se dé, con la idea de que estoy contento, a gusto, compitiendo y que me han acogido bien.
–Me habló de ir partido a partido, pero no me negara que abril se antoja fundamental.
–Lógicamente no somos ajenos a la situación, que exige fallar muy, muy, pero que muy poco, y en ese sentido cada partido es vital. En Elche buscaremos la victoria y debemos ir a ganar porque es muy importante, y luego tenemos el Lugo, que es un rival directo y un partido fundamental. Pero no estoy pensando en el Lugo, como para pensar en los tres o cuatro últimos partidos. Evidentemente, tienes que sumar mucho, muchísimo, para poder estar ahí, y eso lo sabemos. En cada partido puede estar la diferencia entre lograrlo y no, y hay que jugar con esa realidad.
–Si me lo permite, para mí la clave pasa por encontrar cierta regularidad y ser fuerte en casa.
–La regularidad es clave, evidentemente, y ya el punto en Cádiz, que desde fuera pudo parecer muy poco porque estás a una distancia muy grande, a mí no me lo pareció porque al final estás empatando fuera, y cuando no se puede ganar, hay que empatar. Y eso, quizás no tanto a nivel de puntos, pero a nivel de sensaciones, te da otra seguridad, y por eso la victoria ante el Mallorca te coloca de otra manera. Y eso era algo que teníamos dentro también, porque llevábamos varios partidos sin poder conseguir los tres puntos ante nuestra gente; teníamos que quitarnos eso con una alegría. Pero sí considero que fuera y en casa cada partido es fundamental y lo debemos jugar así, con la idea de ser consistentes y regulares, que es lo que necesitamos para conseguir el objetivo.
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