El Mirandés enseña al Córdoba CF la nueva vara de medir (1-0)

Córdoba/Primer golpe de realidad. El Córdoba CF cayó en su visita a un Mirandés mermado que hizo de la necesidad virtud y que castigó un flagrante error defensivo de los blanquiverdes con el único gol que decantó un duelo que deja muchas enseñanzas al conjunto de Iván Ania. La primera y más evidente es que cualquier despiste en esta categoría se penaliza mucho más que en la Primera Federación. La segunda, que el dominio del balón no es suficiente si en las áreas no se tiene contundencia.

Ambos aspectos ya los señaló Iván Ania en su rueda de prensa previa al partido. Pero claro, una cosa es la teoría y otra bien distinta es la práctica. El conjunto cordobesista comprobó en Anduva de primera mano la categoría en la que tendrá que pelear. Una Segunda División en la que cualquier equipo -incluso uno a medio hacer y con dificultades para completar un once inicial como el Mirandés- te puede ganar la partida si concedes más de lo debido. Sin hacer un mal partido, el Córdoba CF se vuelve de Miranda de Ebro de vacío, con aspectos para ser optimista de cara al futuro pero también con muchas lagunas que subsanar para incrementar su competitividad. Tiempo hay y también mercado de fichajes para poner remedio a los problemas detectadores en ese amargo estreno liguero.

El Córdoba CF no entró nada mal en un partido que, al menos de inicio, se movió dentro del guion previsto. Los blanquiverdes amasaron el balón en esos primeros compases y el Mirandés optó por protegerse para buscar la velocidad al contragolpe. Fue Adilson Mendes el primero en inquietar a los jabatos con una internada por la izquierda tras dejar atrás a Hugo Rincón. Un primer aviso que no inquietó en exceso a los locales, firmes en su planteamiento.

Ante la solvencia defensiva del cuadro de Lisci, el Córdoba CF intentó desbordar por bandas. En la derecha, Carracedo malgastó un buen centro de Calderón que remató excesivamente el extremo. Pese al dominio de los de Iván Ania, el Mirandés mostró pronto sus credenciales. Los jabatos aprovecharon cada ocasión que tuvieron de salir con pases directos a Izeta, ganador en todos sus duelos con Lapeña. En la primera de esas acciones el ariete vasco recibió un pase en largo de Sergio Postigo, le ganó la acción al central blanquiverde y remató alto. Un mal remate, pero el primer aviso a navegantes de lo que más tarde sucedería al CCF. A partir de esa acción, en la que el Córdoba mostró algo de inseguridad atrás, el choque se equilibró y el Mirandés tuvo fases del juego con más posesión, sacudiéndose la presión de los visitantes.

Con todo, la iniciativa siguió del lado del Córdoba CF, que tuvo un par de buenas ocasiones prácticamente seguidas gracias a ese mayor dominio de la pelota. Genaro disparo raso y desviado pasado el cuarto de hora. En un córner posterior, Álex Sala cabeceó sin acierto el envío de Jacobo. La disposición del conjunto cordobesista era la adecuada, pero la velocidad de ejecución en la mayoría de las acciones permitió al Mirandés defenderse con cierta solvencia.

Los de Alessio Lisci, sin desesperarse en ningún momento, aprovecharon al máximo su momento y golpearon en otra acción de juego directo. Albarrán perdió un balón en campo rival que los jabatos convirtieron en un rápido contragolpe. Álex Sala tuvo la opción de hacer una falta que habría sido providencial, pero los locales batieron esa línea de presión con un Izeta lanzado, que condujo, volvió a ganar a Lapeña en el duelo individual y le hizo llegar el balón a Reina para que finalizase a placer en el área de los blanquiverdes. Una acción que evidenció a las mil maravillas las diferencias entre la Primera Federación y la Liga Hypermotion. Ese salto de calidad al que los de Iván Ania deben adaptarse dentro de una categoría en la que los errores penalizan con más asiduidad.

Del golpe trató de reponerse rápidamente el Córdoba CF, que tuvo una gran ocasión en las botas de Obolskii, quien no acertó a rematar un centro raso de Albarrán, que había ganado con decisión la línea de fondo. De nuevo el Córdoba se hizo poseedor del balón, ante un Mirandés paciente y seguro, que volvió a la idea original de protegerse en campo propio, llegando a desesperar por momentos a un Córdoba voluntarioso pero falto de esa pizca de velocidad para circular el balón poniendo en aprietos al rival. En ese tramo final de la primera parte se activó Jacobo, algo desdibujado hasta el momento. El madrileño mostró su espectacular golpeo a pelota parada en el minuto 35, con un chut lejano que Raúl Fernández sacó de manera acrobática. Poco después, una pared entre el mediapunta y Adilson Mendes la finalizó Jacobo con un zurdazo rápido que volvió a poner en apuros al meta local. Fue la última aparición en ataque para los de Ania antes del descanso.

El duelo no varió un ápice en el arranque de la segunda parte, con el Córdoba de nuevo monopolizando el balón. Bien es cierto que el Mirandés ya metió un punto más de prudencia a su ya de por sí conservador planteamiento, sin abandonar la idea de buscar al incansable Urko Izeta cada vez que había ocasión. Los de Ania gozaron de una gran ocasión en los primeros compases, con un control de Adilson Mendes tras balón largo desde la zaga que el luso resolvió con un chut demasiado alto. Poco después fue Carracedo el que conectó con Obolskii, cuyo toque en el primer palo frenó Sergio Postigo.

Pese al mayor dominio del Córdoba, el duelo se plantó en la hora de juego sin que el Mirandés sufriese en exceso. Los de Lisci pasaron el mal trago y lograron fortalecerse en su campo, a pesar del condicionante que para el técnico de los jabatos supuso el plano físico, algo que le llevó a agotar sus tres cambios de manera prematura. Fue Jacobo el que volvió a sacar el partido de la monotonía, y de nuevo a balón parado. La primera falta, centrada, cogió un efecto malicioso que complicó la vida a Raúl Fernández. La segunda, escorada a la izquierda, cogió portería y Lapeña la cabeceó, topándose con la defensa de Juan Gutiérrez.

Ania trató de variar el rumbo inapelable del partido con los cambios, sin encontrar soluciones claras desde el banquillo. El Mirandés redobló sus esfuerzos defensivos y, aunque el Córdoba CF lo intentó el pitido final, se marchó de Anduva con la decepción de un debut con derrota y, cabe esperar, con el aprendizaje de que en Segunda División hay errores que no se pueden cometer. Sin hacer un mal partido, los blanquiverdes se vieron superados y pudieron comprobar que la vara de medir ha cambiado y el listón está ahora mucho más alto.