Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
Córdoba CF - Málaga CF | Uno por uno
Victoria clara del Córdoba CF ante el Málaga, más por lo visto en el césped que por el marcador, que se mantuvo en vilo hasta la última jugada, en la que los malaguistas tuvieron una oportunidad que dejaron escapar.
El gol de Albarrán a la hora de juego hizo justicia para un conjunto blanquiverde más atrevido y superior a un rival que venía de no perder en las diez últimas jornadas y que hincó la rodilla en El Arcángel, en un apasionante derbi andaluz que rondó los 20.000 espectadores en el feudo blanquiverde.
Así jugaron, uno por uno, los jugadores del Córdoba CF ante el Málaga:
CARLOS MARÍN. Seguro. No tuvo excesivo trabajo pero cuando tuvo que intervenir lo hizo con solidez y seguridad, especialmente en esa última jugada que tuvo el conjunto malaguista para haberse llevado un empate que no habría sido merecido.
ALBARRÁN. Gol vital. El catalán decantó el partido para su equipo con un gran gol de estrategia, muy diferente a los dos que ya había hecho esta temporada. Además de ese tanto, fue un seguro en defensa y subió constantemente por banda.
LAPEÑA. Firme. Roberto le generó alguna complicación, hasta cierto punto lógica, por la envergadura del delantero malaguista, pero supo rehacerse bien y estar impecable y concentrado los 90 minutos. El riojano sigue en una gran línea.
MARTÍNEZ. Consolidado. Se intuía que cuando entrase en el once inicial sería para no salir ya y así lo ha dejado patente el onubense, un central con jerarquía y que sabe medir muy bien cada acción dependiendo del momento del partido.
CALDERÓN. Valiente. A pesar de tener a Larrubia en su banda, con el peligro que eso supone, fue valiente para irse al ataque y doblar al extremo cada vez que puso. Estuvo muy bien en ataque y en defensa tampoco desentonó.
ISMA RUIZ. Imperial. El centro del campo fue suyo, tanto a la hora de ganar acciones como moviendo el balón, hasta que tuvo que marcharse roto por el esfuerzo y con evidentes molestias musculares. Partidazo del granadino, que demostró que en esta versión es un jugador fundamental.
DIARRA. Vigilado. Si algo hizo bien el centro del campo del Málaga es tapar las internadas de un jugador que es diferencial cuando se descuelga en ataque. Con esa vía cerrada, su partido destacó más por lo físico y el gran trabajo en la medular.
CARRACEDO. Acelerado. Es de alabar que lo intentó una y otra vez, pero lo cierto es que tuvo muy poco tino, tanto en los regates como en el remate, fallando una ocasión clarísima en los primeros compases de la segunda parte.
KUKI ZALAZAR. Brillante. Su juego entre líneas, canalizando los muchos balones que Toril ganó, fue espectacular. Su momento de forma es excepcional y así lo demostró sumando una nueva asistencia a su cuenta personal.
ADILSON MENDES. Imparable. El portugués fue un constante dolor de cabeza para los laterales malaguistas, pues por ambas bandas hizo estragos. Muy bien el desborde y muy desafortunada a la hora de culminar las jugadas.
TORIL. Currante. No hubo balón por alto que no ganase el delantero mallorquín, que dio la vida a su equipo generando infinidad de segundas jugadas, en un trabajo que igual se ve poco pero que es vital. Le faltó tino en el remate para el 10.
SIMO. Refresco. No tuvo mucha incidencia en el juego porque entró con su equipo ya por delante y con más necesidad de defender que de atacar. Cumplió bien en su función de refrescar el ataque.
CASAS. Trabajador. El rambleño solo gozó de una ocasión de cara a la portería y pegó duro y fuerte un balón que Alfonso Herrero le sacó con seguridad. Antes de esa jugada, que fue en el tiempo de añadido, Casas había dado a su equipo entrega y pelea con los centrales.
ÁLEX SALA. Controlador. El barcelonés aportó calma y criterio a la hora de tener el balón en campo rival sin necesidad de precipitarse y sabiendo elegir bien cada pase. Buenos minutos de un hombre que, pese a encadenar dos suplencias, sigue enchufado.
ÁLVARO LEIVA. Distraído. De nuevo cuesta trabajo entender ciertas acciones del joven algecireño, sobre todo en la faceta defensiva, en la que se sacó el balón de encima sin intentar siquiera un apoyo con un compañero. En ataque forzó una buena contra que Casas finalizó con remate.
RECIO. Sin tiempo. El malagueño fue el último recurso de Iván Ania, ya con Isma Ruiz muy cansado, para reforzar la medular en el tramo final de partido. Sin embargo, apenas le dio tiempo a intervenir en el encuentro.
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