Las notas de los jugadores del Córdoba CF de la temporada 21-22

Córdoba CF

Germán Crespo, aunque tuvo una columna vertebral reconocible, dio minutos a todos sus jugadores e incluso ha tirado del filial

El Córdoba CF, imparable desde el primer momento

Los jugadores del Córdoba festejan el campeonato liguero.
Los jugadores del Córdoba festejan el campeonato liguero. / Miguel Ángel Salas

FELIPE RAMOS. De más a menos en la campaña. El madrileño arrancó con fuerza la temporada y se hizo con el puesto en la portería. Sin embargo, pese a su buen trabajo, acabó con un rol de guardameta suplente.

CARLOS MARÍN. De suplente a una pieza importante. De menos a más. Tras arrancar lesionado el curso, el almeriense, con un buen papel en la Copa RFEF, se ganó su sitio de inicio. Renovado hasta 2024 tras un ejercicio notable.

JOSÉ RUIZ. Seguridad para la banda derecha. El de Picassent aportó seguridad al carril diestro en defensa. También sumó con sus subidas al ataque. Con 26 citas disputadas –acabó el curso lesionado–, fue una de las piezas claves en la zaga.

CARLOS PUGA. Calidad y velocidad a partes iguales. El granadino aportó velocidad y calidad en los 29 partidos disputados. Lo hizo tanto de extremo, en el que era difícil pararlo, como en el lateral, donde perdió frescura con el paso del ejercicio.

RAFA CASTILLO. Un premio a su trabajo con el 'B'. Su buen papel con el filial cordobesista le valió para entrenar con el primer equipo, con el que debutó en la segunda mitad del duelo de los blanquiverdes ante el Panadería Pulido.

JOSÉ CRUZ. El gran líder de la defensa. Experiencia y jerarquía para la zaga del Córdoba CF. Titular indiscutible, como así lo reflejan sus 2.395 minutos jugados en 28 citas ligueras. Fue un líder que también tuvo que parar al inicio de año por lesión.

Los jugadores del CCF celebran el campeonato en El Arcángel.
Los jugadores del CCF celebran el campeonato en El Arcángel. / Miguel Ángel Salas

JOSÉ ALONSO. Una lesión truncó su gran temporada. El de Punta Umbría, con su trabajo y buen hacer, se ganó su titularidad. Bien colocado atrás, se compenetró muy bien con José Cruz. Una lesión lo alejó tres meses del verde en la segunda vuelta.

BERNARDO CRUZ. Valores al servicio del vestuario. Un referente entre sus compañeros pese a tener un rol secundario en esta campaña. Valores para ayudar desde fuera y hombre de equipo, a pesar de ser un claro suplente.

GUDELJ. Un descubrimiento que llegó en enero. Único fichaje en el mercado de invierno. Titular en esta segunda vuelta tras la lesión de Alonso. Central zurdo de garantías –renovó hasta 2024–, con buen juego aéreo y buena salida de balón.

VISUS. Cumplió en los minutos que tuvo. Cedido por el Real Betis por segundo curso seguido, el madrileño cumplió con creces en los 21 partidos que disputó, aunque estuvo a la sombra de José Cruz, Alonso y Dragisa Gudelj.

EKAITZ JIMÉNEZ. El motor de la izquierda. Uno de los grandes fichajes de la temporada es el lateral vasco. Velocidad pura para una banda izquierda que está hecha a él. Una lesión le aportó del equipo en este tramo final de la campaña.

MELÉNDEZ. Desaparecido tras lesionarse. El malagueño fue uno de los jugadores que ascendieron del filial del curso pasado. Sin embargo, una lesión acabó con su carrera tras decidir no volver a jugar al fútbol.

MANOLILLO. La recompensa a un año inolvidable. El lateral zurdo cordobés pudo debutar con el primer equipo gracias al buen papel que ha desempeñado con el filial durante la temporada. Contó en dos citas para tapar la banda izquierda.

TALA. Una ayuda extra para el carril zurdo. El de Badajoz, ante las bajas en el costado izquierdo, ascendió del filial para echar una mano. Sin embargo, el club apostó en la recta final por Manolillo en estos últimos encuentros.

ÁLEX BERNAL. Regularidad para ser clave. Un timón en el centro del campo. El sevillano se ganó a pulso su continuidad por su buen hacer, donde encajó a la perfección junto a Javi Flores. Presión alta y multiplicado en ataque y defensa.

Miguel de las Cuevas aplauda a la grada.
Miguel de las Cuevas aplauda a la grada. / Juan Ayala

JAVI FLORES. Experiencia para tirar del carro. Su calidad es innegociable y las lesiones no aparecieron en una temporada en el que brilló con luz propia. Fue el máximo asistente y también el más amonestado del equipo.

TONI ARRANZ. Venido a menos tras un gran inicio. El madrileño se hizo con un puesto en el centro del campo al inicio del curso, donde demostró buenas maneras. Una lesión le cortó y acabó con menos minutos de lo inicialmente esperados.

JULIO IGLESIAS. Sin continuidad y con rol secundario. No terminó de demostrar las cualidades que se le vieron su estreno en el ejercicio anterior. Muy irregular a lo largo de la campaña, en la que no tuvo continuidad y tuvo un rol muy secundario (337 minutos en Liga).

VIEDMA. Irregularidad pese a su clase. Muy irregular pese a la calidad que atesora y que demostró en pocas ocasiones. El jiennense estuvo a la sombra de los pesos pesados y no derrumbó la puerta a lo largo de una campaña en la que jugó poco.

CHRISTIAN DELGADO. Equilibrio para el centro del campo. Fue clave entre el mes de octubre y noviembre con las lesiones en el centro del campo. Aportó juventud, descaro y buen trabajo, lo que le llevó a gozar de minutos con el primer equipo cordobesista.

SAMU DELGADO. Un curso en blanco por lesión. Sin minutos a lo largo de la campaña. A pesar de entrenar con el primer equipo, una recaída en pretemporada acabó con el manchego, que trabaja en su puesta a punto tras operarse.

MIGUEL DE LAS CUEVAS. La veteranía es un grado. Aportó experiencia, veteranía y gol en momentos importantes. A pesar de sus problemas con las lesiones, pudo contribuir al ascenso blanquiverde con sus 13 tantos marcados durante esta temporada.

LUISMI. Intermitente a pesar de su trabajo. A pesar de su desparpajo, el de Plasencia, que aportó con sus ocho goles, no tuvo continuidad. Intermitente a pesar de su trabajo. La irrupción de Simo, Fuentes o Casas taparon sus opciones de titularidad.

Luismi celebra un gol durante un partido de este curso.
Luismi celebra un gol durante un partido de este curso. / Miguel Ángel Salas

OMAR PERDOMO. Sin explotar pese a sus recursos. Llegó con muchas esperanzas a la entidad blanquiverde, pero no cumplió con las expectativas. A pesar de aportar goles, lo hizo siempre desde el banquillo. Sólo fue titular en cuatro ocasiones. Poca confianza.

ABREU. Unos minutos para el recuerdo. Fue un debut testimonial el que tuvo Abreu con el primer equipo. Sólo contó en una cita y aportó llegada y control en el centro del campo cordobesista. Otro premio al trabajo realizado con el filial.

ALE MARÍN. Una apuesta de futuro. El sevillano ha derribado la puerta del primer equipo con goles y buen juego en esta recta final del campeonato. Con cuatro goles en tres citas, ha demostrado con creces que quiere seguir de blanquiverde.

SIMO. Desparpajo para hacer mucho daño. El hispano-marroquí deslumbró en la izquierda desde el primer partido liguero. Fue un referente en el ataque cordobesista, aunque perdió fuerza conforme avanzó el curso. Se ganó el cariño de los más pequeños.

ADRIÁN FUENTES. La fortaleza de un físico letal. El madrileño, de menos a más, se hizo un hueco en el extremo derecho, donde pudo sacar a relucir su fortaleza física. Con 13 goles, es el tercer goleador del plantel cordobesista por detrás de Casas y Willy,

ANTONIO CASAS. Crecimiento desde el banquillo. El rambleño, que arrancó con fuerza y goles desde el banco, se ganó el cariño del cordobesismo porque su briega y trabajo. Su gran aportación final, ya de titular, le llevó a ser el pichichi del Grupo IV.

Casas celebra el gol de Mérida con Simo y Gudelj.
Casas celebra el gol de Mérida con Simo y Gudelj. / Miguel Ángel Salas

WILLY LEDESMA. Trabajo y goles al servicio del equipo. El de Torremejía inició el campeonato en un gran estado de forma. Demostró su calidad y aportó muchos goles durante todo el curso, en el que tuvo una dura pelea con Casas, Adrián Fuentes y De las Cuevas.

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