Las notas de los jugadores del Córdoba CF ante el Málaga

CARLOS MARÍN. Poco trabajo. El almeriense vivió un partido mucho más cómodo de lo esperado y apenas tuvo trabajo ante un Málaga achicado. Con todo, vio truncada la portería a cero ya en el tramo final cuando el CCF saboreaba la victoria.

ALBARRÁN. Impreciso. Le faltó acierto a la hora de poner el balón en el área como otras veces lo ha hecho. Cumplidor en defensa, supo sufrir con las acometidas de Kevin y salió victorioso en prácticamente todas ellas.

LAPEÑA. Concentrado. El riojano tuvo mucha pelea con Dioni pero salió victorioso del duelo con el veterano punta malagueño. Junto a Gudelj, fue capaz de dar seguridad a la zaga blanquiverde, que solo tuvo el lunar del gol del Málaga.

GUDELJ. Líder. Atento en las acciones en las que tenía que ir al corte y rocoso en la pelea con Roberto y Dioni, el balcánico fue uno de los mejores de su equipo. Con una tarjeta amarilla arriesgó en una salida lejos del área que por fortuna acabó bien.

CALDERÓN. Sobrado. De nuevo dio muestras de una calidad nada habitual en un futbolista que actúa como lateral, aunque esa superioridad técnica sobre muchos de los rivales a veces le juega malas pasadas. Aún así, buen partido el suyo.

ISMA RUIZ. Un muro. El granadino empieza a demostrar que la apuesta que el Córdoba hizo con su fichaje tenía fundamente. Gran partido del mediocentro en labores defensivas, incansable a la hora de replegar, acertado en el robo y hasta valiente para irse al ataque en conducción. El mejor de su equipo en La Rosaleda.

DIARRA. Desdibujado. No se encontró excesivamente cómodo en La Rosaleda, en uno de sus partidos más discretos esta temporada. Pese a ello, completó 75 minutos de mucho trabajo y sacrificio antes de dejar su sitio a Recio.

CARRACEDO. Asistente. Un partido más en la buena línea que por fin enganchó ante el Recreativo. Asistió a Simo en el gol de los blanquiverdes, tuvo un par de centros más de mucho mérito y hasta pudo marcar en un par de ocasiones lo que habría sido el gol de la sentencia.

KUKI ZALAZAR. Motivado. Volvía a casa para enfrentarse al club en el que se formó y se le vio con muchas ganas de dejar su impronta. Aportó movilidad entre líneas, aunque quizás pecó de tener poco peso y presencia en el área del Málaga.

SIMO. Entonado. Además del buen gol que hizo para abrir el marcador en La Rosaleda, se le vio atrevido, sumando para el equipo con acciones más efectivas que espectaculares. Esa es la línea que debe coger para ser importante.

TORIL. Peligroso. Tuvo un par de cabezazos marca de la casa que no encontraron portería, pero que sembraron dudas en el cuadro malaguista. En un robo en campo rival de Zalazar estuvo poco vivo a la hora de finalizar. Aún así, buen trabajo el suyo.

CASAS. Batallador. No pudo lucir su capacidad de remate en La Rosaleda, aunque apareció en el área en un par de buenas ocasiones que no supo solventar de la mejor manera. Estuvo discreto, aunque batallador y aplicado en el repliegue.

KIKE MÁRQUEZ. Más sombras que luces. En los pocos minutos de los que dispuso dejó más acciones erróneas que acertadas. En el lado positivo, una asistencia a Álex Sala con el exterior que pudo haber sentenciado. En el lado negativo, varias pérdidas de balón evitables.

RECIO. Frescura. El malagueño volvía a casa y Ania tiró de él para dar tranquilidad, reposo y frescura en el centro del campo a su equipo en el tramo final. Eso fue lo que trató de aportar el mediocentro, que poco a poco debe ganar protagonismo.

ÁLEX SALA. La tuvo. Aunque no es su hábitat natural, pisó área en una de sus primeras apariciones en el partido y su cabezazo a bocajarro lo desvió Alfonso Herrero cuando parecía el 0-2 de su equipo. Ha perdido el sitio en el once inicial pero desde el banquillo sigue aportando.

ADILSON MENDES. Veloz. Provocó la segunda tarjeta amarilla a Einar Galilea con una arrancada que le dejaba solo ante el meta rival. Tuvo otra gran oportunidad en el área del Málaga que no supo resolver con acierto. Dejó muestras de su verticalidad.