La paradoja del Córdoba CF: más cerca de su objetivo, más lejos de su ilusión

El Escáner | Análisis de la jornada 32

Los blanquiverdes recuperan los diez puntos de ventaja con el descenso y tienen la permanencia en la mano, pero los últimos tres empates complican la pelea por el 'play off' de ascenso

Las notas de los jugadores del Córdoba CF ante el Real Zaragoza

Los jugadores del Córdoba CF, contrariados tras el gol encajado en La Romareda ante el Zaragoza.
Los jugadores del Córdoba CF, contrariados tras el gol encajado en La Romareda ante el Zaragoza. / LOF

Córdoba/El Córdoba CF salió de La Romareda con una sensación amarga tras el empate cosechado ante el Real Zaragoza. Esa sensación casi de derrota con la que terminaron el partido los blanquiverdes ejemplifica a la perfección la privilegiada situación que viven los hombres de Iván Ania, alejados totalmente del peligro del descenso y cuajando una temporada de menos a más que les ha llevado incluso a bordear las posiciones de privilegio en una Segunda División que vive uno de sus años de mayor exigencia. El conjunto cordobesista encara el tramo final de la temporada con los deberes prácticamente hechos y el aprobado más que encarrilado, si bien es cierto que los tres empates encadenados en las últimas tres semanas han alejado la ilusión de meterse de lleno en la pelea por el play off de ascenso y buscar la matrícula de honor.

Tras 32 jornadas de liga, el Córdoba CF puede presumir de que su objetivo está realmente cerca y ya nadie duda de que los blanquiverdes van a conseguir una permanencia más que solvente en su curso de regreso a la Segunda División. Al principio de la temporada, y más si cabe después de un inicio de curso en el que los resultados tardaron en llegar, cualquier aficionado del conjunto blanquiverde habría firmado la situación tan tranquila que atraviesa el Córdoba CF, instalado en la novena posición y con diez puntos de renta sobre el Eldense, el equipo que marca la frontera del descenso y el único capacitado para poder salir del pozo, con el Tenerife, el Racing de Ferrol y el Cartagena ya condenados a caer a Primera Federación.

Rubén Alves celebra su gol en Zaragoza, el primero con la camiseta del Córdoba CF.
Rubén Alves celebra su gol en Zaragoza, el primero con la camiseta del Córdoba CF. / LOF

Para terminar de apuntalar el objetivo de la permanencia, las seis jornadas que el Córdoba CF acumula sin conocer la derrota han sido fundamentales. Los blanquiverdes hincaron la rodilla por última vez el 9 de febrero, día en que el Huesca asaltó El Arcángel (1-2). Desde entonces, los hombres de Iván Ania han sumado 12 puntos en seis jornadas, fruto de tres victorias y tres empates. Desde los 33 puntos, el CCF se ha catapultado a los 45 para confirmar que su pelea no iba a estar en la zona peligrosa de la clasificación.

La certificación matemática de ese primer objetivo aún deberá esperar algunas semanas más. En el club de El Arcángel siguen aferrados a la idea de hacer cuanto antes 50 puntos, cifra que se antoja suficiente para consolidar la categoría, pero atendiendo a la trayectoria del equipo de Ania y a la regularidad con la que está sumando puntos en esta segunda vuelta del campeonato, es evidente que esa cifra marcada en rojo desde el inicio del curso caerá por su propio peso. Y lo hará, muy previsiblemente, más pronto que tarde.

La terrible exigencia de la zona alta

Tan cierto es que el Córdoba CF camino con paso firme hacia la consecución de su gran objetivo esta temporada, la permanencia, como que las opciones de ilusionarse hasta las últimas instancias de la competición pudiendo pelear por el play off de ascenso se han complicado sobremanera. Los tres últimos empates han bastado para restablecer una distancia de seguridad con la zona baja, pero se antojan insuficientes para mirar con convencimiento hacia la sexta posición. Esa es la terrible exigencia de la Liga Hypermotion, una categoría en la que los nobles suman de tres en tres con una insultante regularidad, encareciendo hasta el extremo las seis primeras plazas de la clasificación en la que tantos clubes tienen puestas sus miras.

El Córdoba CF entra en las diez jornadas finales del campeonato con esos 45 puntos que le marcan una desventaja de seis respecto al Real Oviedo, equipo que ocupa la sexta plaza y que, en otro ejemplo de la terrible exigencia de luchar por el ascenso, ha despedido a su entrenador después de un mes sin conocer la victoria. Con 30 puntos por delante, tener que recortar seis se antoja una misión tremendamente complicada y que obligaría a los hombres de Iván Ania a tener que ganar muchos de esos últimos diez partidos de liga.

Y es que, más allá de la considerable desventaja que representan esos seis puntos, el Córdoba CF tiene también que lidiar con rivales de la enjundia del Granada o el Almería -los dos equipos que se sitúan entre el play off y los blanquiverdes-, cuyos presupuestos son muchísimo más altos y con ello las exigencias de estar en la pelea por subir a Primera.

Tres ocasiones de oro perdidas

Como viene recordando Iván Ania desde hace varias semanas, la ilusión de meterse en la pelea de los nobles pasa por ganar casi cada semana y los empates encadenados por el Córdoba CF han penalizado sus opciones. Sin ir más lejos, los blanquiverdes han desechado tres opciones de oro en sus tres últimos partidos, en los que logró adelantarse en el marcador sin poder asegurar el resultado posteriormente. Solo con haber ganado uno de esos tres duelos, la realidad del CCF sería muy diferente.

En cualquier caso, y pese a la sensación de que la ilusión de pelear por la sexta posición se ha complicado para el Córdoba CF, la realidad del club de El Arcángel es envidiable para muchos y digna de valorar en su justa medida. Por presupuesto, la pelea para los blanquiverdes estaba mucho más abajo y el buen trabajo de Ania y sus futbolistas han colocado al equipo en una privilegiada situación en la que empatar ante históricos del fútbol español como el Deportivo de La Coruña, el Sporting de Gijón o Real Zaragoza se antoja poco premio.

Esa es la paradoja del Córdoba CF, un equipo que encara el tramo final de la temporada con la satisfacción de acercarse a la meta que se marcó, pero con la sensación de haber estado muy cerca de poder colarse en una pelea a la que no estaba invitado y de la que le han separado apenas un puñado de detalles.

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