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La etapa de Raúl Agné al frente del Córdoba CF ha tocado a su fin este miércoles con una rueda de prensa en El Arcángel en la que ha estado acompañado de toda la plantilla y su cuerpo técnico, el director deportivo, Alfonso Serrano, y el consejero delegado de la entidad, Javier González Calvo. El ya ex técnico blanquiverde ha mostrado su malestar por lo que considera "una decisión injusta y ventajista", reprochando la actitud de algunos miembros del consejo de administración, y ha defendido su trabajo al frente de un equipo que está "seguro" de que estará al final del curso en la pelea por el ascenso a Segunda División, ahora bajo la batuta de Juan Sabas.
Puntual, sin guion -"me gusta decir lo que pienso, pensando lo que digo", ha dicho- y respaldado por sus compañeros de viaje durante estos casi cuatro meses, Agné ha dejado muy pronto su parecer sobre su salida de club: "No estoy de acuerdo con la decisión, me parece injusta, ventajista. Cuando llegué, lo hice en una situación muy delicada, convulsa y todos hubiéramos firmado estar en la situación que estamos; estoy satisfecho del trabajo realizado, gracias al trabajo de estos muchachos de verde".
"Mis números son de promoción en estas 19 jornadas, pero ha llegado un momento en el que no me parece justo que un entrenador vaya a la calle por perder dos partidos", ha continuado el entrenador aragonés en su alocución, antes de pasar a agradecer, sin quererse "emocionar", su labor a la plantilla "porque sólo nosotros sabemos por lo que hemos pasado". "Pienso que hemos conseguido lo más difícil, que estar arriba, y estoy convencido de que el equipo tendrá opciones de ascenso. Me voy encabronado de haber preparado el camino para otro", ha explicado.
El de Mequinenza, sin pelos en la lengua como siempre se ha presentado en cada comparecencia, ha querido desear "lo mejor para el club" y ha pedido que "todo el mundo se serene porque no son conscientes de la calidad de este grupo humano, que posiblemente sea el mejor que he tenido nunca. Lo vais a sacar seguro". A continuación, ha tenido palabras de agradecimiento también para la prensa, que ha "entendido lo que ha pasado en el club en este tiempo", y para "una ciudad fantástica".
"Quiero seguir entrenando, pero aquí no. Gracias a todos y a que el Córdoba le vaya muy bien, porque yo formaré una pequeña parte de ese éxito", ha finalizado Raúl Agné, antes de someterse a las preguntas de la prensa, que ha contestado con la máxima claridad. Tanto que ha manifestado que ya se veía destituido tras acabar el choque ante el Cartagena del pasado domingo; es más, "pensaba que lo harían el día de Algeciras porque no había margen de error", ha reconocido.
Con todo, la decisión oficial se pospuso a la tarde del martes y fue Javier González Calvo -"hemos tenido una buena relación, con los demás sólo de respeto", en alusión a su trato con el resto de dirigentes del club- el que se lo comunicó personalmente. Seguramente en esa conversación también expuso su disconformidad con la postura tomada por el Córdoba porque "hemos vivido situaciones muy difíciles en las que lo más normal era tirar la toalla, pero sumamos puntos, metimos la cabeza, y entonces hubiéramos firmado estar en estos momentos con esta plantilla, con un calendario favorable, y seguro que para pelear para entrar entre los cuatro, sé si para primero o segundo".
"Cuando hay un cambio de propiedad, yo sé que estoy en la calle, más pronto o más tarde. Los cambios se tienen que hacer cuando se llega, no esperar la crónica de una muerte anunciada. Sabemos que los nuevos vienen con su gente, no es estar dolido, pero sabes que estás fuera. Si pierdes dos partidos y estás fuera, en esta profesión llega una situación en la que eres una mierda", ha analizado el aragonés, visiblemente afectado.
Agné ha insistido en que "no tenía ninguna duda" de que su etapa en blanco y verde concluiría de manera abrupta porque "no hay margen de error; sabía que esto no iba a tener un final feliz, no sabía cuándo iba a ser el día". Con todo, ha apuntado que se va con "la conciencia muy tranquila porque hemos trabajado con honradez, honestidad y mucha energía", y sin arrepentirse "de nada" de lo hecho.
Para concluir su última intervención en El Arcángel, el preparador de Mequinenza ha señalado que cree que Alfonso Serrano, su gran valedor, "estará apenado, como todos, porque han sido cuatro meses muy intensos en los que creo que hemos estado a la altura". También ha comentado que "la afición es consciente de la realidad", si bien no ha entendido "el desaire" del último choque, aunque "es exigente y la exigencia es buena y necesaria, pero me gusta generar climas tranquilos, de conciliación, porque conseguir el éxito así es más fácil".
Y por ahí vienen las críticas a los consejeros Jesús Coca y, especialmente, Adrián Fernández Romero, que tras la derrota ante el Algeciras criticaron la gestión del grupo: "Creo que se equivocan porque no hay que apagar el fuego con gasolina. Tirar a Raúl a los leones, con 50 palos, no me parece bien, pero cada uno puede actuar como quiera porque somos mayorcitos", ha concluido el ya ex técnico de un Córdoba que arranca una nueva etapa de la mano de Juan Sabas.
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