Raúl Agné, uno de los atractivos del Córdoba CF en su visita a Cádiz

Raúl Agné no podrá sentarse en el banquillo del Córdoba CF el próximo domingo tras la sanción de dos partidos impuesta el miércoles por el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Sin embargo, su presencia en la Ciudad Deportiva El Rosal será uno de los atractivos del choque entre los blanquiverdes y el Cádiz B (11:30).

Porque siete años después, y tras haber dado muchas vueltas, el entrenador aragonés regresa a El Rosal, donde arrancó su difícil etapa como técnico del primer equipo amarillo. Una aventura similar, en parte, al menos a sus primeros meses en el CCF, dado que la entidad cadista atravesaba uno de sus peores momentos deportiva e institucionalmente, lo que no facilitó unos resultados que permitieran al Cádiz pelear por el ascenso a Segunda División. El objetivo, como queda claro, también es idéntico.

El preparador natural de Mequinenza llegó a la Tacita de Plata en diciembre de 2012 para tomar el relevo a Ramón Blanco. Agné encontró en el mito cadista al mejor apoyo previo a su desembarco en un proyecto creado para el ascenso y que se desinflaba hasta el punto de pelear por evitar el descenso a Tercera. Realmente al final el gran reto del hoy entrenador del Córdoba fue evitar esa debacle, lo que consiguió con el triunfo en Sanlúcar (0-3) en la penúltima jornada liguera.

El aragonés se encontró a su llegada una plantilla muy alejada en potencial al prometido en verano por los dueños del club (los italianos de Sinergy y la familia Manzano) y trató de enderezarla en enero, ya con el único fin de batallar por la salvación de la categoría... Y la entidad, que estalló institucionalmente la campaña siguiente con jugadores y empleados sin cobrar, subasta de acciones, la marcha de los transalpinos... Seguro que la historia le suena al cordobesismo, y no poco.

Un entorno complejísimo que no ayudó en nada a Raúl Agné en su etapa en Cádiz, donde este fin de semana llegará para jugar con su filial, que milita en Segunda B. Lo hará comandando a un Córdoba que, por suerte, parece haber encarrilado su rumbo y que sueña con, en un futuro a corto plazo, estar peleando con ese equipo amarillo que tan bien conoce el técnico y que ahora mira a los ojos de la Primera División.