Levantarse, una obligación

Caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio. Y con esa actitud, labrada a fuego durante la semana en la cabeza de todos y cada uno de los componentes del vestuario, el Córdoba CF ha emprendido el último viaje de la temporada a la Región de Murcia. Allí le espera este domingo un UCAM herido (BeSoccer La Condomina, 17:00) en un partido con mayúsculas, con aroma de play off, de esos que son una vara de medir para saber en qué momento se está. Es cierto que en juego solo hay tres puntos, y después quedarán 18 más por batallar para uno y otro equipo hasta el final de esta primera fase de la temporada, pero el resultado de esta pelea marcará un antes y un después en el devenir de ambos. Sin duda.

Porque tras la remontada experimentada desde la llegada de Pablo Alfaro al banquillo -paseo incluido por la Copa del Rey-, el inesperado resbalón del pasado fin de semana ante el Yeclano Deportivo ha trastocado las cuentas en El Arcángel. Todos contaban con esa victoria, que no fue tal de forma justa tras una actuación demasiado alejada de la excelencia requerida en cualquier competición, y que ahora toca recuperar en otra parada del calendario. Y la primera oportunidad se presenta ante un rival inmerso en una espiral negativa mucho más profunda, aunque el colchón construido antes le hace llegar un punto menos exigido al choque.

El UCAM solo ha ganado uno de sus últimos cuatro encuentros y ya no manda en una clasificación que ahora lidera su último verdugo, el Linares Deportivo, con dos puntos más que los murcianos y tres que la escuadra cordobesista. De ahí la exigencia con la que el CCF encara el compromiso de este fin de semana, que pasa a ser mayor si se echa un vistazo a lo que viene por detrás. Porque la igualdad de este Subgrupo IV-B es tal que los blanquiverdes pueden acabar la jornada líderes... pero también fuera de la zona de privilegio que otorga los billetes para pelear por el ascenso, hasta en la quinta plaza. En eso, claro está, mejor no pensar.

Los cinco sentidos tienen que estar puestos en recobrar la identidad perdida, en volver a ser el bloque fiable de las semanas previas, en demostrar por qué es el mejor visitante. Ese equipo que va arriba a la presión, ordenada, que juega alejado de su área y da muy poco a los adversarios. Ese equipo que tiene jugadores de calidad para imponer ritmo y estilo, y que en cualquier aparición en las proximidades del arco enemigo te daña. Pero también es momento de ver el paso al frente que no termina de aparecer, sobre todo en el juego combinativo, en la creación y elaboración, tanto a nivel individual como colectivo, aunque lo segundo sin lo primero es harto complicado. Ya dijo Mario Ortiz que a la hora de la verdad se vería el nivel del Córdoba; pues eso es ya, aunque luego vengan otros.

Pero el presente pasa por Murcia, región de la que hasta ahora el cuadro cordobesista ha salido siempre bien parado, pues ganó al Yeclano, al Real Murcia y al Lorca Deportiva. Aunque parece evidente que el UCAM, el mejor local, es la prueba más exigente, con independencia de cómo encare el partido. Los universitarios trabajan también en recuperar la solidez defensiva como paso previo para levantar el vuelo, pues tras encajar solo dos tantos en siete jornadas, en las últimas cuatro han recibido siete. Y eso es incompatible en un bloque que crece de atrás hacia adelante y que se ha reforzado con cuatro jugadores en este mercado invernal, uno por línea salvo la meta, para refrendar sus aspiraciones. A la espera de Jordi Sánchez, anunciado el viernes, Romera, Liberto y Buyla sí estarán.

En el Córdoba, Pablo Alfaro ha desplazado a solo 19 jugadores, dejando en casa a los lesionados Djetei y De las Cuevas, un Salido que ya prepara las maletas para su marcha y Alain Oyarzun, en lo que se entiende como un serio toque de atención para ver si el donostiarra termina de dar el paso al frente y mostrar todo su potencial. Sí está el hasta ahora único refuerzo invernal, el atacante Alberto Ródenas, que tendrá que esperar su oportunidad en el banquillo tras acumular apenas dos entrenamientos con el grupo.

Con todo, más allá de los nombres, en esa idea por recuperar la mejor versión del equipo, se espera que el técnico maño introduzca algunos ajustes en la alineación. Para contrarrestar el potencial del adversario y también para intentar dar más consistencia al equipo, hacerlo mejor. No sería extraña la vuelta al once de jugadores como Manu Farrando o Djak Traoré, o incluso Javi Flores y Carlos Valverde en esa línea de medias puntas de la que se espera mucho más de lo que está ofreciendo hasta el momento. Tal vez en Murcia y ante el UCAM sea cuando aparezca...