El merecido premio al esfuerzo (0-1)

Premio conseguido. El Córdoba CF disputará la primera ronda de la Copa del Rey, recibiendo en El Arcángel a un rival de Primera División, después de imponerse al Xerez CD en los cuartos de final de la Copa RFEF. Los blanquiverdes aprovecharon un gol de pillo de Simo para apuntarse el triunfo en un partido feo, duro y de mucha bronca, en el que supieron interpretar mejor que su rival cada momento del partido para acabar imponiendo su ley.

Después de tres victorias a domicilio, cada una con un sello muy distinto pero igualmente trabajadas, el Córdoba consigue su primer gran objetivo de la temporada, que no era otro que el de volver a sonar entre los grandes del fútbol español metiendo la cabeza en la Copa del Rey, una competición que en la última década ha dejado tardes memorables en El Arcángel y a la que no faltará el equipo entrenado por Germán Crespo ni siquiera en el año que ha caído a la Segunda RFEF.

De nuevo Germán Crespo apostó por amplias rotaciones en la Copa RFEF, con ocho cambios respecto al equipo que inició el partido del sábado pasado ante el Antequera. El técnico granadino buscaba frescura de piernas, consciente de que el partido podía hacerse largo y de que el factor físico ya fue decisivo en los duelos anteriores en la competición copera.

Además, el lamentable estado del césped en el Pedro Garrido invitaba a dar mayor importancia si cabe a la fortaleza física, pues rápidamente ambos equipos se dieron cuenta de que hacer rodar la pelota por el irregular terreno de juego no iba a ser nada sencilla. El Córdoba arrancó tímido pero estiró pronto sus líneas y a los tres minutos Simo conectó con Casas, que no acertó a sacar bien la vaselina que imaginó ante la salida apresurada de Marc Vito.

Con el Xerez CD abusando del balón largo desde la zona de centrales, el duelo entró pronto en una lucha constante de duelos individuales en el centro del campo. Ahí trataron de hacerse fuertes Christian Delgado y Julio Iglesias, que consiguieron impedir la claridad de ideas en un conjunto azulillo inoperante. Tampoco el Córdoba brilló en ese tramo del encuentro en ataque, pues apenas Omar Perdomo, partiendo desde la banda derecha, probó un disparo al cuarto de hora que se marchó desviado.

El choque salió de ese sopor con una acción inesperada que desencadenó los acontecimientos. Marc Vito recibió un balón tras un patadón del Córdoba CF desde línea defensa. Simo corrió con fe hasta el área local y al arquero xerecista no se le ocurrió otra cosa que tratar de tirar un recorte al extremo blanquiverde, que estuvo hábil y se lanzó al suelo para dirigir la pelota hacia las mallas. La jugada tonta del partido puso en franquía a los blanquiverdes y provocó la crispación de un cuadro local que se olvidó del fútbol y puso en práctica otras artes bastante cuestionables.

Después de varios minutos pidiendo una falta inexistente en el gol de Simo, Rubén Jurado le pisó la cabeza en una acción vil a Bernardo, que había caído al suelo en una disputa. La marranada del punta xerecista provocó la lógica reacción de los blanquiverdes y en la trifulca el árbitro terminó expulsando a Alonso, junto al propio Rubén Jurado. Germán Crespo tuvo que recomponer la zaga dando entrada a José Cruz y sacrificando a Adrián Fuentes, que fue la víctima colateral de todo el lío. Tras todo el embrollo, el choque languideció y los locales lo intentaron con un disparo de Joselillo que no cogió portería, por lo que Carlos Marín se fue al descanso prácticamente sin haber tocado la pelota.

En el segundo acto, era previsible que el Xerez CD apretara de inicio para buscar el empate, aunque el Córdoba supo plantarse bien y no pasó apenas apuros para conjurar los intentos del equipo de Emilio Fajardo, falto de continuidad en el juego. Fue incluso el Córdoba el primero en probar al meta rival, a la hora de juego cuando Omar Perdomo se topó con Marc Vito al saque de una falta directa.

Los técnicos empezaron a refrescar a sus equipos de cara a la media hora final y el Xerez dio ese esperado paso adelante para quemar sus últimas naves mientras el físico aguantara. Borja tuvo un remate en el área chica que Carlos Marín atajó tras centro de Cancelo. Acto seguido, llegó la ocasión más clara para los locales, que vieron como Juanito estrellaba el balón en el poste tras un buen centro de Joselillo desde la izquierda. Un poco después, el árbitro anuló un tanto de Lucas Correa a la salida de una falta lateral por claro fuera de juego.

Al último cuarto de hora entró el Córdoba con el marcador a su favor pero con mucho terreno perdido ante un rival que, tirando ya de la reserva, empezaba a soltar amarras, arriesgando en busca del empate. Solo Ale Marín fue capaz de estirar a su equipo en ataque, en un tramo de encuentro en el que la pelota fue de los azulillos, que se estrellaron una y otra vez ante el ordenado repliegue de los blanquiverdes. Con todo, el Córdoba tuvo que sufrir en los minutos finales, cuando Simo vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con nueve. Fueron cinco minutos de tensión para dejar paso a la euforia por lograr esa plaza para la Copa del Rey y por otro paso en firme hacia esa bonita posibilidad de levantar la Copa RFEF en El Arcángel.