'El Abuelo', el farolillo rojo más orgulloso

"Sólo quiero acabar. Cruzar la meta y poder dedicárselo a todos mis amigos", dijo durante la semana Alfonso Mármol El Abuelo, uno de los personajes más carismáticos del atletismo cordobés y que se preparó durante todo el año para despedirse oficialmente de la competición con la Media.

A sus 82 años, Alfonso es la definición andante del atleta popular, ese extraño espécimen para el que los días no se distinguen entre festivos y laborables, sino entre jornadas de entrenamiento y descansos. Los pueden ver cada mañana cuando el sol asoma sus primeros rayos en el cielo o cuando cae la noche y las calles quedan desiertas. Son ellos, los protagonistas reales de la Media, la esencia de la carrera, la razón de ser de una prueba que va camino de su trigésimo aniversario.

Alfonso cumplió su promesa. Acabó la carrera y fue... el último. Un frío documento PDF dice que Alfonso Mármol Alcaide, atleta de la categoría veteranos D con el dorsal 708 perteneciente al Califas del Maratón, acabó la prueba como farolillo rojo en el puesto 3.128 con un tiempo de 2.40.17. ¿Acaso alguien es capaz de negar que Alfonso fue uno de los vencedores de la mañana? ¿Acaso no cumplió su objetivo?

Porque en la Media cada uno corre por un motivo. Por acabar, por mejorar su marca, por compartir unas horas con los amigos, por superación personal... Ejemplos hay cientos, tantos como participantes. Desde la bellísima y prsonal crónica de Pepe Roldán (www.cualquierapuedehacerlo.es) a la foto en el pecho de Juan Fernando Velasco, que brindó su excelente puesto 45 con una sentida dedicatoria que decía "Hoy va por ti". De la parada obligatoria de Antonio Torres en Carlos III para besar a su mujer y a su hija (y acabar en el puesto 1.657) al orgulloso twuit -la Media también evoluciona en las nuevas tecnologías y las redes sociales- de Elena Lázaro, una "una exfumadora empedernida y floja de nacimiento que he terminado la #mmcordoba en 2.13".

Todos tuvieron su motivo para llegar, para completar esos 21 kilómetros que se convierten en una metáfora de la vida. Todos hicieron grande la Media y ya cuentan los días que faltan para la de 2012. En ella ya no estará Alfonso Mármol, que ayer colgó las zapatillas. Él fue el último, pero cualquiera es capaz de decirle que no puede sentirse tan ganador como el que más.