Frenesí y vuelta al punto inicial

Hasta seis equipos luchan durante por alcanzar una zona de promoción que al final no varía Los de Ferrer se mantienen siempre en la zona de 'play off'

R. Cano

08 de junio 2014 - 05:02

Fueron 90 minutos de auténtica locura. Menos de dos horas en las que las más de 21.000 almas que abarrotaron El Arcángel experimentaron todo tipo de emociones, aunque siempre con el colchón de ver a su equipo en la zona de play off. Porque, pese a la locura en la que se había convertido la última jornada del campeonato regular, el desenlace dejó todo como estaba antes del pitido inicial. El Córdoba acabó séptimo -sexto a efectos de ascenso, ya que el Barcelona B terminó en tercer lugar- y no salió en ningún momento de la zona de privilegio.

El duelo comenzó agitado y con el Mallorca dominador, lo que provocó los nervios en la grada. Era un día en el que el sufrimiento estaba asegurado, de una u otra forma. El público así lo entendió y con su ánimo ayudó al equipo a pasar el primer momento de flaqueza. En la radio, cientos de auriculares colgaban de los oídos de los cordobesistas, que tenían los ojos en el césped y la cabeza en el resto de campos. Las noticicas comenzaron pronto a no ser demasiado halagüeñas, pues el Sporting de Gijón y el Murcia encarrilaban en los primeros compases sus duelos ante el Tenerife y el Real Madrid Castilla, respectivamente. Sin embargo, el drama no llegó a ser tal, pues el partido que podía resultar verdaderamente un peligro -el duelo entre el Sabadell y el Recrativo de Huelva- seguía empatado y ofrecía un respido a los hombres de Albert Ferrer.

Una vez el equipo se sacudió la presión inicial del Mallorca, la primera ocasión contra la meta de Aouate levantó a los 21.000 seguidores de sus asientos. El tiro de Xisco que repelió el meta israelí cayó a los pies del mexicano Uli Dávila, que no acertó a rematar tras driblar al guardameta, para desesperación de la parroquia local. El equipo comenzó a entonarse pero la temprana lesión de López Silva provocó cierto nerviosismo. Un nuevo contratiempo en el camino, esta vez con la lesión de un hombre clave en el esquema de los blanquiverdes.

Pero lo cierto es que la ambición del equipo, más que el juego, no permitía a la parroquia local un momento de asueto para hacer cuentas. Las emociones fuertes comenzaron a llegar cuando la Ponferradina se adelantó a Las Palmas en el Gran Canaria. Ese gol de Foto dejaba a los amarillos fuera momentáneamente del play off y aumentaba el colchón de confort del conjunto de Ferrer.

Con el paso de los minutos y el bajón físico de ambos conjuntos, la grada entendió que era el momento justo para dar el último aliento a su equipo y El Arcángel se volcó para hacer al Mallorca el final lo más complicado posible. Albert Ferrer respondió a la ambición de la grada con cambios ofensivos en busca del gol de la victoria y el ambiente fue creciendo minuto a minuto.

Al final, las victorias cómodas del Sporting de Gijón y el Murcia, unida a la remontada final de Las Palmas, clarificaban el panorama y dejaban todo como al principio. La última plaza estaba en manos del CCF, con Sabadell y Recreativo buscando un gol para arrebatársela. Muñoz Mayordomo señaló el final en El Arcángel y la tensión duró unos segundos hasta convertirse en euforia desatada con la confirmación del final en la Nova Creu Alta. El Arcángel estalló entonces en la celebración con sus jugadores.

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