Garra, entrega y sonrisa para José
El onubense se entrega a fondo y lo intenta todo en su vuelta al once inicial aunque con poca fortuna y con problemas físicos al final Valerón, cerebro de su equipo, ausente y controlado
La principal variante del Córdoba para el duelo decisivo en Las Palmas fue la inclusión de López Silva en el once. El onubense volvía al equipo titular tras su lesión con la misión de hilar el juego de ataque blanquiverde, colocado en el centro en lugar del costado zurdo. En el bando contrario también partía de inicio Valerón, en lugar de Vicente Gómez. El veterano futbolista canario iba a ser el encargado de guiar a los suyos en el juego de ataque.
Tardaron tiempo en entrar en juego ambos futbolistas, en parte por los nervios con los que ambos equipos afrontaron el arranque del choque. Valerón fue el primero en intentar armar con sentido el ataque de los suyos pero su excesiva lentitud y la buena disposición táctica del CCF frenó sus primeros intentos, a pesar de que cada acción del talentoso jugador canario buscaba a un incisivo Aranda. Tampoco brilló en exceso López Silva en el inicio del choque. Sacado de su hábitat natural -la banda izquierda-, el onubense partía con la misión de otorgar tranquilidad en el centro del campo blanquiverde y de hacer de conexión con la rapidez del punta de referencia, papel que ayer recayó sobre el mexicano Uli Dávila.
Conforme pasaron los minutos ambos fueron entrando más en contacto con el balón. López Silva fue el primer blanquiverde en hacer acto de presencia en ataque, con un disparo lejano que apenas inquietó a Barbosa, tras una buena triangulación entre Pedro y Uli Dávila. Fue en el minuto 19, coincidiendo con los mejores minutos del conjunto de Albert Ferrer en la primera mitad, tras sacarse los nervios y la presión que Las Palmas ejerció al inicio del choque. López Silva comenzó a entrar más en juego y el CCF estiró líneas, sin demasiados alardes, aunque una pérdida en el centro del campo propició que el onubense barriera a Apoño y viera la cartulina amarilla, algo que iba a condicionar su juego el resto del partido.
En el bando contrario, Valerón se veía obligado a retrasar en exceso su posición para entrar en juego con la pelota y eso restaba bastante peligrosidad a cada acción del mediapunta local. El atasco en la medular lo quiso arreglar el conjunto amarillo con balones largos desde la defensa y menos participación de su hombre de calidad, el que partía con la misión de canalizar el juego de ataque.
Tras el descanso, Ferrer movió piezas y dio entrada a Arturo en sustitución de Nieto, para desplazar así a López Silva a su lugar natural en el costado izquierdo. Sin embargo, cuando más ambicioso trató de ser el conjunto blanquiverde llegó el mazazo con el gol de Apoño y todo se complicó. López Silva trató entonces de echarse al equipo a la espalda, pero la necesidad de marcar desordenó un tanto al equipo y nubló la mente del onubense, al que además le empezó a pasar factura el físico tras su reciente lesión muscular.
Josico retiró del campo a Valerón, pensando en replegar a sus hombres y aguantar el marcador favorable y el Córdoba se agarró al milagro buscando a su hombre de más calidad. Al final el factor desequilibrante no fue el onubense pero eso ya da igual. La alegría final fue para el Córdoba y José pudo volver a sonreír.
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