González es el nuevo dueño
José Romero vende la totalidad de sus acciones al empresario tinerfeño · El martes volverá a Córdoba para tomar posesión y contactar con los administradores concursales · "Ésta es la definitiva", asegura Salinas
El empresario tinerfeño Carlos González es el nuevo dueño del Córdoba. Después de los frustrados intentos de Augusta Business Capital (el grupo representado por Alessandro Gaucci) en diciembre y de Signum Inversiones con Víctor de Aldama en enero, José Romero selló ayer un acuerdo para el traspaso de la totalidad de sus acciones (98, 8%), una tercera operación de venta que según el propio presidente José Miguel Salinas "será la vencida". Las partes ya han solicitado la preceptiva autorización al Consejo Superior de Deportes, que debe dar su autorización como única condición resolutoria de un acuerdo cuyos términos económicos no han sido desvelados, al menos hasta que el próximo martes vuelva a Córdoba el propio González para exponer las líneas de su proyecto.
Además, se han puesto en marcha los trámites necesarios para el cambio de los órganos de la compañía y la inmediata convocatoria de la Junta General de Accionistas. Antes, el mismo martes de la próxima semana, el nuevo dueño del club se reunirá con los administradores judiciales Daniel Pastor y Alberto Escudero para tener una primera toma de contacto y plasmar las pautas de su programa deportivo y económico.
Al contrario que en los dos casos precedentes, que finalmente no fructificaron ante la falta de soporte financiero, José Miguel Salinas señaló que se trata de "una operación perfeccionada por completo". Así, y para diferenciarla de la firmada en enero con De Aldama, el presidente indicó que "hemos firmado una sola escritura de compraventa. La que firmamos entonces se tenía que haber apoyado en una aportación de tres millones de euros que nunca se llegó a aportar. Esta vez también había una cantidad que había que aportar y así se ha hecho". Con esa cifra, que servirá como garantía y como primer plazo del pago, Prasa hará frente a las necesidades más urgentes, al tiempo que el comprador se asegura su derecho a tomar decisiones sobre la SAD.
El acuerdo, cerrado poco después de las 15:30, fue la culminación de una mañana de reuniones en la sede de Prasa, aunque la catarata de acontecimientos comenzó a precipitarse en la madrugada del jueves, cuando Enrique Rodríguez Zarza (representante de Alessandro Gaucci) se reunió con José Romero en las oficinas del Gran Capitán. La reunión se adelantó unas horas, ya que debía haberse celebrado en la mañana de ayer, y en principio debía ser un último encuentro para cerrar los flecos de un acuerdo que parecía cerrado. Sin embargo, Romero presentó unas nuevas condiciones económicas y unas exigencias de pago que el grupo italiano no podía afrontar de forma inmediata, por lo que a primera hora de ayer quedaron rotas las negociaciones.
Entonces entraron en escena los nuevos actores. Salinas ya reconoció que la de Gaucci era sólo una más de las cuatro ofertas que Romero manejaba en las últimas horas. Todos los ofertantes estaban citados en Córdoba para mostrar sus garantías económicas ante el dueño, que posteriormente tomaría una decisión. El primero en aparecer fue Herminio Menéndez, acompañado del ex consejero Paco Rojas y como representante de un grupo de capital extranjero. El ex director general del Sevilla estuvo apenas 40 minutos en las oficinas de Prasa antes de reconocer que "hemos llegado tarde, porque hay otro grupo con el que han llegado a un acuerdo. El club estaría vendido y la operación estaría cerrada, pero tienen que venir con dinero".
Ese grupo era el comandado por Carlos González, que a las 13:50 entró en las instalaciones de Prasa. Allí le esperaban los vicepresidentes Antonio Prieto y Fernando Peña, a los que poco después se unió José Miguel Salinas con el rostro extremadamente serio. Media hora después, el presidente se asomó a uno de los balcones con la expresión mucho más relajada, y al filo de las tres de la tarde se sumó a la reunión el notario Fernando Gari Mansuri. Éste salió de nuevo del edificio a las 15:30 y cruzó el Gran Capitán hacia su despacho, donde corrigió el documento de compra debido a un error en los datos de la sociedad adquiriente. Era sólo uno de los flecos que faltaban para cerrar una operación que se cerró minutos después con el anuncio oficial del club.
Salinas salió para dar unos primeros apuntes sobre la operación, señalando oficialmente que "el club ya es propiedad de Carlos González, con la salvedad de la autorización del CSD. Pero esto es algo meramente administrativo, porque el Consejo tiene que autorizar todas las operaciones". "La única incompatibilidad es ser el dueño de más del 50% de acciones de otro club de fútbol, cosa que no ocurre", indicó, sin que el contrato tenga más cláusulas suspensorias.
Los detalles quedan para la próxima semana, cuando González y su equipo volverán a la ciudad para presentarse en sociedad y tener un primer contacto con los administradores concursales. Éstos fueron informados de la operación de inmediato, y los nuevos dueños "se han comprometido a tomar las riendas de la operación concursal".
Salinas no quiso dar más datos, aunque indicó que el propietario había quedado "satisfecho". "Creo que es la opción que el dueño del club ha visto más viable, o al menos la que le ha ofrecido más garantías", apuntó el hasta ahora presidente del CCF, quien indicó que "antes de esta reunión ha habido otra con una muy buena oferta, pero más lenta. También ha habido otra que requería probablemente unos días más", refiriéndose a la del grupo italiano, pero "ésta es la que estaba en disposición de cerrarse hoy y que se ha traducido en la decisión final del dueño".
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