La tribuna
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Córdoba CF - XEREZ DFC | EL OTRO PARTIDO
El fútbol siempre ha sido utilizado como excusa. Cuando el balón echa a rodar, la dialéctica es sustituida por los pelotazos en el campo de batalla, en este caso el terreno de juego. Entonces, discusiones históricas que jamás han sido arregladas en los bares y tan trascendentales sobre qué vino es mejor, si el de Montilla-Moriles o el del Tío Pepe, ó qué feria es mejor, si la del Caballo o la de Nuestra Señora de la Salud..., se trasladan al verde donde 11 gladiadores tienen la misión de defender la postura de sus aficionados metiendo más goles que el otro equipo en la portería rival. Todo se simplifica a eso.
El pique entre aficiones es sano y no va más allá de lo estrictamente deportivo. Excepto para los radicales que aprovecharon la previa del partido para formar el lío provocando altercados en las inmediaciones de la Mezquita-Catedral. Cerca de 400 aficionados azulones en la grada visitante presentaron sus credenciales como afición animando desde el principio, aunque se fue diluyendo ante la incontestable pegada de los blanquiverdes. En el Gol Sur de El Arcángel se terminó pidiendo "la manita" en el marcador.
En lo futbolístico hace tiempo que los blanquiverdes tomaron la delantera a los de azul y blanco. Tanto al histórico Xerez Club Deportivo que hace 12 años disputaba partidos de Primera División en Chapín -ahora en Tercera RFEF- como al Xerez DFC, fundado en 2013 y que hacía su primera visita como entidad a El Arcángel. En el partido de ida, que abría la competición liguera, tras un gol tempranero de los xerecistas el Córdoba se acabó imponiendo por un contundente 1-5 que servía de preludio a la gran temporada que vendría a realizar en esta segunda RFEF, sin soltar el liderato desde entonces.
La confianza que Germán Crespo tiene en José Alonso quedó patente al conocer los onces iniciales. Tan solo la última sesión de entrenamiento completada en la semana le valió al central onubense para salir de inicio formando pareja en el eje de la defensa con Visus. Sin embargo, la apuesta del técnico granadino duró apenas 25 minutos, cuando Alonso quedó tumbado en el césped y pidió el cambio. Entonces, tomó el relevo Dragisa Gudelj, que disfrutó de su primera oportunidad.
Con el dorsal número 8 que dejó libre Samu Delgado tras su baja federativa, saltó al terreno de El Arcángel el ex del Cádiz B. Gudelj hace honor a su origen serbio, aunque de nacimiento sea holandés, con ese aspecto de tipo duro de los Balcanes que escasea por estas categorías del fútbol español y que despierta el runrún en el público. Más si cabe por el parecido físico con su hermano Nemanja Gudelj, que juega actualmente en el Sevilla FC.
En el campo pasó desapercibido y eso suele ser bueno para un central. Sin cometer errores en un partido sin mucho trabajo por el dominio en campo contrario de los blanquiverdes, su participación se limitó a guardar las espaldas de la defensa y evitar cualquier acción aislada de contragolpe. A los tres minutos de ingresar, el Córdoba anotó el segundo gol alcanzada la media hora, dejando el encuentro encarrilado. El zaguero mostró además su buen golpeo en largo con interesantes desplazamientos, en un debut plácido para él.
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