"Gusta en la ciudad"
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Ocaña, Nieto y Durán apoyan "un proyecto ambicioso" · Para Campanero, "Romero ha hecho todo lo que ha podido y quería dejar el club en las mejores manos posibles"
El Córdoba ya no es de Córdoba. El emblema deportivo de la ciudad pasa del grupo de empresas de Prasa a los tentáculos de Antonino Pulvirenti, presidente del Catania. Italia irrumpe en España a través de El Arcángel. Los tres pesos pesados de los partidos políticos del Ayuntamiento y el presidente de honor del club, Rafael Campanero, exponen su resignación ante una "solución" imperiosa y su "esperanza" por ir de la mano hacia Primera División. El dinero implica ambición, un concepto en desuso por estos lares.
Andrés Ocaña considera que "en la situación actual parece que no había otra solución. A todas luces parece que era una operación necesaria para garantizar la supervivencia del club y que el club se plantee metas mejores y mayores. Obviamente no es de nuestro agrado que la ciudad tenga una presencia testimonial en el accionariado, pero son los tiempos, son las circunstancias. Es algo que hay que aceptar porque no había otra solución. Ahora hay que apoyar y ponernos a la disposición de los nuevos propietarios en un marco de colaboración, como corresponde al Ayuntamiento de la ciudad. Ojalá eso signifique un futuro mucho más exitoso para el club". El alcalde tuvo la oportunidad de saludar a Pietro Lo Monaco y Alessandro Gaucci en el palco de El Arcángel el pasado martes. En el primer contacto "ya les comenté que una vez que cerraran la operación de compra del accionariado mayoritario debían saber que el Ayuntamiento está ahí como propietario de las instalaciones deportivas. Ya hablaremos para concretar todo". Sobre el anunciado reto del ascenso, el representante de IU apunta que "hay que ilusionar y hay que poner los medios para que no sólo se quede en ilusiones, sino en realidades. Los nuevos propietarios traen un proyecto ambicioso, creo que a priori gusta en la ciudad, y todos podemos aportar para que ese objetivo se consiga".
Para José Antonio Nieto, aún escéptico, "está por ver el contenido de la operación. Parece que hay un acuerdo pero verbal, no está firmado. Está pendiente de unos flecos jurídicos y probablemente económicos para que se cierre". "Si el actual propietario quiere vender y hay un nuevo inversor que esté dispuesto a apostar por Córdoba y por el Córdoba Club de Fútbol para hacer un equipo importante, con aspiraciones de estar peleando por el ascenso para subir a Primera, bienvenido sea", añade el candidato a la Alcaldía por el PP, consciente de que "es de agradecer el esfuerzo de los últimos años del actual propietario (José Romero). Ha hecho una inversión muy importante pero no ha tenido la suerte de haberle puesto la guinda con el ascenso o unas temporadas brillantes". Nieto espera "que vengan sabiendo la importancia de una ciudad que por población, tradición e historia le corresponde un lugar muy importante en España. Si fuera por afición, el Córdoba llevaría tiempo en Primera. Espero que este grupo, con su experiencia y la inyección económica, consiga cuanto antes el ascenso, ese objetivo de devolver al Córdoba a Primera, para poder llevar el nombre de Córdoba por los mejores estadios de España; y como soñar es gratis, también por los estadios de Europa".
Por su parte, Juan Pablo Durán resalta que las raíces no se pierden: "Si todo esto sirve para garantizar la viabilidad de una entidad y su localización permanente en Córdoba, así como mantener los colores, el escudo y el valor deportivo que para nosotros tiene... Lo importante es que se hayan garantizado la vinculación con la ciudad, los colores y los principios deportivos de un club con tantos años de vida. En estos momentos de crisis es una solución que garantiza el futuro de un proyecto deportivo de elite en la ciudad". "Con esta operación ayudamos a una entidad cordobesa que ha hecho un esfuerzo loable por mantener la viabilidad del proyecto del Córdoba Club de Fútbol. Hay que agradecérselo. Pero también hay que pensar en la viabilidad de tantos miles de trabajadores de Prasa; el club era una parte negativa, no le venía bien en el camino que le queda para solventar la crisis, más aguda en el sector inmobiliario", precisa el alcaldable por el PSOE, para quien "la entrada de capital extranjero ya es una norma en clubes de Primera y Segunda División. Para ellos puede ser un elemento interesante de inversión, y no me extraña que sea así en esta época de globalización y mundialización económica".
Mientras, la melancolía invade a Rafael Campanero. El octogenario presidente de honor del Córdoba, antecesor de José Miguel Salinas en el eje del palco, asegura que siente "mucha nostalgia, porque son muchos años dedicados al fútbol, muchas circunstancias vividas en el club. Pero a la vez miro al futuro con esperanza, porque hay que ser positivo cuando suceden estas cosas. Ya lo venía diciendo yo desde hace años; Pepe Romero ha hecho todo lo que ha podido y quería dejar el club en las mejores manos posibles. Las personas que vienen son gente de fútbol y eso es importante, pero todos sabemos que aquí puede pasar cualquier cosa. Lo importante es que el equipo marche bien. Si consiguen llevarlo a Primera, ellos estarán contentos, y los cordobeses todavía más".
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