Impotente y sin espíritu

El CCF sale con buena cara, pero se nubla a partir del 0-1 sin arriesgar

Un nuevo paso atrás víctima de la impotencia y la falta de alma de un equipo que amasa el balón sin saber qué hacer con él. El orden que busca Djukic se tradujo en dominio de la situación hasta el 0-1 porque desde ahí el equipo, salvo contados arreones, quedó a merced de su oponente, más sólido y vertical.

Djukic decidió tocar lo menos posible el equipo y relevó a Pantic por Iago; ya había decidido en la previa dar el lateral a Campabadal, se supone que con la intención de frenar mejor a Cheryshev. Pues precisamente por ahí llegó todo el peligro del Villarreal en la primera parte, incluso el gol, que sacó a la luz todas las carencias de una zaga muy endeble. Así, por mucha ayuda que llegue de los interiores, no hay nada que hacer. En ataque, el estilo con Deivid de libre para ganar la partida en la medular sólo sirvió para marcar el ritmo el primer cuarto de hora. Eso sí, un ritmo lento y cansino, sin esa marcha más necesaria para romper defensas, que sólo apareció en el tramo final más por corazón que cabeza. Entre medias, se jugó a lo que quisieron los visitantes, que con orden y velocidad se bastaron.

Nada varió en el segundo acto, donde el CCF siguió manejando pelota sin hacer daño. Ni con 0-2 Djukic intentó un cambio. Dejó todo igual, con cambios hombre por hombre que sirvieron para aumentar la sensación de impotencia.

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