Linares-Córdoba (1-4): Puede dormir tranquilo

Cordoba cf · amistoso

El conjunto blanquiverde supera sin problemas al Linares con goles de Arteaga, Pedro, Endika y Pepe Díaz

Cisco López / Linares / Enviado Especial

19 de marzo 2009 - 05:02

No hay motivos para la preocupación. El bolo de ayer en Linares sirvió para comprobar que toda la plantilla del Córdoba está enchufada al máximo. Motivar a los menos habituales, a los que normalmente no entran en los planes de Luna Eslava, es complicado cuando se trata de afrontar un entrenamiento con público, aunque éste sea escaso. Pero los encargados de defender el orgullo blanquiverde en Linarejos afrontaron la cita como si fuera la última, como si de ella dependiera el futuro de la entidad en la competición doméstica. El técnico puede estar tranquilo de cara a próximos contratiempos en forma de sanciones o lesiones que le obligarán a dar un giro a sus equipos iniciales y sus convocatorias. Todo relativizado por la poca entidad de un rival que también reservó a sus mejores elementos para la Liga, donde todavía tiene que aclarar su permanencia en Segunda B.

Con todos pendientes del encuentro vital del sábado ante el Eibar, Luna Eslava decidió que sus pesos pesados del vestuario vieran el partido desde la grada. De los hombres que vienen teniendo su cuota de protagonismo sólo se vistieron Ito, Arteaga y Javi Flores. El partido estaba destinado a que futbolistas como Javi Casas, Mario, Ceballos o Pepe Díaz que, o no han debutado o llevan mucho tiempo sin rascar bola, tuvieran la oportunidad de "volver a sentirse futbolistas", como apuntó el delantero de Almodóvar.

Precisamente él fue el protagonista de las primeras llegadas con peligro de un Córdoba que empezó haciendo mucho daño por la banda izquierda. Javi Casas y Arteaga demostraron entenderse a las mil maravillas, lo que posibilitó una y otra vez las llegadas del vasco hasta la línea de fondo. Y de ello estuvo a punto de beneficiarse Díaz, que no supo conectar bien sendos cabezazos en el área pequeña, el segundo a pase de Ceballos. Viendo que el punto de mira no lo tenía del todo ajustado, acto seguido decidió dar el pase de la muerte a Pedro cuando encaraba a Diego Arroyo, pero el balón se le quedó demasiado atrás al nueve del filial.

El partido era un monólogo blanquiverde. Y Ceballos volvió a perdonar solo ante el meta azulillo tras una buena apertura de Javi Flores, que lo dejó solo. Era sólo cuestión de tiempo que el Córdoba asestara el primer golpe a un Linares que apenas mantenía el tipo por la clase de Fran Moreno en el centro y la pelea de José Manuel -uno de los dos cordobeses de la plantilla; el otro es Santacruz-.

Javi Flores se inventó una jugada en la frontal y cuando Arroyo salió a sus pies la puso para que Arteaga abriera la cuenta. El sevillano tuvo el segundo en un cabezazo tras centro de Ceballos, pero se le fue arriba.

La defensa local no encontraba la fórmula para frenar a un ataque cordobesista que, sin emplearse a fondo, asustaba en cada aproximación. Casas, muy incisivo, probó de nuevo a Arroyo en una colada hasta la mismísima línea de fondo, pero el que acertó a batir al cancerbero linarense fue el canterano Pedro tras un buen pase de Pepe Díaz, que había caído al costado izquierdo. A raíz del 0-2, el Linares trató de meterse en el partido, primero con un lanzamiento de Fran Moreno que acabó en córner tras tocar en Endika; y luego con un intento de vaselina de José Manuel que salió excesivamente alta.

Tras el descanso, el encuentro decayó en intensidad. Luna Eslava dio minutos a todos los chavales -y a Fernando López, el tercer portero- que completaban la expedición. Mario, Aurelio y Pepe Díaz fueron los únicos titulares que acabaron el partido. Aun así, el Córdoba siguió mandando en el juego y Endika regaló a los espectadores un golazo desde la frontal que empujó al Linares a dar un paso al frente para contentar a su afición. Y así se encontró con el gol del honor de Dani Bouzas tras un desajuste defensivo -hasta en los amistosos se producen- del que sacó petróleo Ángel.

Pero fue sólo un espejismo porque antes de que el árbitro pitara el final, Pepe Díaz encontró recompensa a su encomiable esfuerzo y consiguió batir a Arroyo. Vista la superioridad cordobesista en el terreno de juego, hasta el árbitro se sumó al entrenamiento decretando el final cinco minutos antes del 90. Para qué más.

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