Otoño gris para el Pozoblanco (1-1)
fútbol lTercera División
El conjunto vallesano no pasa del empate ante el Arcos, estrellándose ante la gran actuación del portero visitante Bocardo · El cuadro de Alfonso Hidalgo acumula ya un mes sin lograr la victoria
Hay quien busca la suerte toda su vida y quien nace con ella incorporada de serie. El Arcos perteneció ayer al segundo grupo, pues tiró una vez con peligro e hizo un gol. Bien es cierto que cuando agonizaba el partido Charaf le hizo un claro penalti al visitante Pedro que no pitó el colegiado. Hubiera sido muy fuerte para el Pozoblanco, que empezó ganando de penalti por unas manos de Poli a los seis minutos. Lo marcó Pedro engañando al meta Bocardo, que pronto se convirtió en el héroe del partido con paradas espectaculares.
La primera parte fue del Pozoblanco con cuatro ocasiones claras para apuntillar el partido ante un Arcos comodón, fuera de sitio y que en la primera mitad no llegó a verle la cara a Díaz.
En la segunda, el Pozoblanco fue incapaz de crear fútbol. Poco a poco el Arcos fue cogiendo sitio ante la pachorra pozoalbense inicial y su aventura disparatada luego. Todo esto derivó en una internada de José Manuel entrando en el cortijo, cogiendo las llaves y batiendo a Díaz sin que nadie le cerrar el paso.
Los minutos posteriores al empate fueron del Arcos, que le perdió el miedo al Pozoblanco aunque sin acertar en el último pase. Con la entrada de Javi Cabezas los locales abrieron más el juego. El efecto fue el de la gaseosa, pues luego se diluyeron los peligros vallesanos y llegó el final con dos expulsiones; la injusta de Zuñiga y la del técnico Oliva, a quien el árbitro desquició incluso antes del partido cuando no le dejó que Biri jugara por no tener la ficha impresa. El Arcos sólo tuvo a 14 jugadores en Pozoblanco, un dato desolador que refleja la situación de abandono en el que se encuentra la Tercera División.
El otoño le ha sentado muy mal al Pozoblanco, que suspira por la felicidad perdida que tenía antes de la llegada de la estación. El equipo ha perdido lustre y se le han ido cayendo las hojas. Ahora mismo no es ese conjunto alegre del inicio, pues ha entrado en un estado de melancolía y a su vez de apatía. Ayer parecía un equipo indolente en muchas fases del juego. Esperemos que reverdezca la ilusión de la plantilla para ilusionar a una afición que, aunque corta en número, es siempre agradecida con los logros de su equipo. Ayer arruinó una oportunidad de estar arriba, pues en un mes sólo ha conseguido tres puntos de 12 posibles y a Hidalgo, como es natural, se lo llevan los demonios, sobre todo porque fue un partido sin épica
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