Trago largo y con poso (2-0)

Copa del rey

El CCF defenderá una renta de dos tantos en Santander dentro de dos semanas en su afán por colarse en octavos · Oriol Riera y Díaz de Cerio estrenan su cuenta con sendos testarazos

Oriol Riera y Díaz de Cerio se abrazan tras el primer gol. / José Martínez
Oriol Riera y Díaz de Cerio se abrazan tras el primer gol. / José Martínez
Raúl Díaz / Córdoba

27 de octubre 2010 - 22:51

El Córdoba sacó una jugosa y merecida renta de dos goles, y además dejando la puerta a cero, en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, un torneo que parece hecho a su medida este año. Porque puede presumir de un pleno de triunfos como local (tres de tres) tras apear al Numancia y al Rayo y empequeñecer ayer al ya de por sí pobre Racing de un Miguel Ángel Portugal en la cuerda floja, que tendrá que remar a contracorriente en Santander el 10 de noviembre. Oriol Riera y Díaz de Cerio se estrenaron con sendos cabezazos que convierten El Sardinero en una diana ilusionante y, sobre todo, accesible.

Fuentes y Usero fueron los únicos supervivientes en el once con respecto al del sábado pasado ante el Tenerife, el que había cosechado el segundo empate consecutivo en casa. Esas dos decepciones restaron afluencia a El Arcángel a pesar de la visita de un equipo de Primera División, que salió con algunos jugadores llamativos (Henrique, Colsa, Pinillos...) y uno, el más ilustre, en el banquillo: el gran Pedro Munitis. Enfrente, un lavado de cara de arriba a abajo, con Alberto García, Gerardo, Richy, Agus, Juanmi Callejón, Beobide, un Camille ubicado como interior por la lesión de Jonathan Sesma y las molestias de Arteaga, Oriol Riera y Díaz de Cerio, el fiasco vasco. Hasta ayer.

El más activo en el arranque fue Riera, recuperado para la causa después de su estúpida expulsión en Soria. El catalán caía a ambas bandas para escapar de dos centrales agresivos, Ponce y Henrique; este último, un año más cedido por el Barça, taponó el primer lanzamiento del ex del Celta tras un centro de un incisivo Gerardo.

Al Racing, antepenúltimo en Primera a raíz de su descalabro en el Bernabéu (6-1), se le veían hechuras ajenas a los habituales rivales de plata: combinaba más rápido, normalmente a un toque, y se movía bien sin balón. La diferencia de categoría también se apreciaba en las nacionalidades: mientras el CCF partió con el francés Camille como única nota exótica, el conjunto cántabro contaba con un suizo en la portería, un brasileño y un chileno como centrales, un argelino en el doble pivote, un sueco como interior diestro y un argentino como delantero centro. A día de hoy, y vistos los precedentes (Savoia, Lizio, David Lopes, Simon...), Javier Zubillaga no tiene que tirar de parabólica.

Alberto García respondió en el primer tiro a puerta de la noche, obra de Kennedy. La primera acción polémica tuvo a Colsa como posible infractor y Gerardo como teórica víctima, aunque no pareció penalti. A la gente se le pasó el enfado de inmediato porque Díaz de Cerio y Oriol Riera, los delanteros a la sombra de Charles y Pepe Díaz, conectaron en una jugada letal en el 24': centro bien tocado y cabezazo a bocajarro.

Parsimonioso hasta entonces, el Racing tuvo que reaccionar. Su paso al frente, con Colsa como motor, se plasmó en algunas acciones de estrategia sin consecuencias o en un disparo tímido del canterano Edu Bedia, un mediapunta zurdo que hará carrera. El Córdoba, bien colocado, mantenía el tipo sin excesivas complicaciones. Y se estiraba cuando podía, sobre todo gracias a los buenos movimientos de un Riera feroz en la presión, en su línea de la Copa. Una recuperación de Camille permitió al de Vic buscar a De Cerio con un pase definitivo, pero el balón no pasó. Con un cabezazo de Ariel blocado por Alberto y más dimes y diretes en el medio se llegó al descanso. Aplausos y bocadillos.

Sacó el Córdoba en la segunda parte y Richy se la envió a Coltorti. Un mensaje sin complejos. El Racing aceptó la pelota y en los dos primeros minutos llegó dos veces con peligro: tiro de Edu Bedia detenido por Alberto y remate forzado de Arana. Además, Ariel, un ariete puro, no estaba dispuesto a perder en Andalucía. Los visitantes ratificaron su empuje (sin tirar la casa por la ventana, eso sí) con un aviso de los laterales: centro de Pinillos y cabezazo desviado de Christian Fernández, quien no quiso vestir de blanquiverde hace dos temporadas.

También Edu Bedia pifió en una volea franca en el 56', un minuto después de que Coltorti atajara junto al larguero una falta bombeada por Camille. El CCF se limitaba a nadar y guardar la ropa, al acecho de algún error del adversario para soltar un zarpazo. Riera lanzó fuera tras recibir de un Díaz de Cerio con más presencia que de costumbre y Alberto se lanzó al césped para detener un chut de Ariel tras una pérdida absurda de Callejón. El aplicado guardameta blanquiverde ofreció su mejor intervención en el 64', tirando de reflejos para repeler sobre la raya un potente centro de Christian desviado por Usero.

Fue entonces cuando los entrenadores movieron el banquillo en sendas declaraciones de intenciones: Portugal recurrió a dos puntas, Rosenberg y Munitis, y Lucas buscó más control con Jorge Luque, sustituto de un Callejón que empezaba a comprometer a sus compañeros. El sueco tardó unos segundos en sacarse un latigazo seco y ajustado al palo desde la corona del área; el ex internacional español puso un centro en la continuación de un córner que Ariel, en buena posición, desperdició.

El otro tanque, Oriol Riera, pidió el cambio por problemas físicos. Pero dejó una última aportación, y de gran calado: forzó un córner tan bien sacado por Jorge Luque como cabeceado por Iñigol, loco de contento en la celebración de su primera diana como cordobesista. En pleno éxtasis salió Charles.

El Córdoba tenía un cuarto de hora por delante para resistir con el arco inmaculado y así dejar la eliminatoria a punto de caramelo. El Racing, herido en el orgullo, soltó un par de coces que encresparon al público. Entre lo nunca visto, Richy salvó un conato de gol al cortar un balón de Colsa que iba a dejar solo a Christian y Dañobeitia dispuso de sus primeros minutos del curso como relevo de un Camille exhausto.

Ariel no dejó de embestir y Portugal quemó sus cartuchos con otro atacante, Iván Bolado. Pero el que remató, alto, fue Díaz de Cerio. Los hinchas más animosos botaban en el Fondo Norte y otros espectadores contribuían a perder tiempo apresando balones que caían en sus inmediaciones. Bravo, bravísimo, el Córdoba supo sufrir en los cuatro minutos de descuento, incluso teniendo más posesión que su atenazado rival y malogrando una excelente acción ofensiva entre Usero y Jorge Luque, con Dañobeitia desmarcado en el segundo palo. El equipo de la Liga se limita a sobrevivir, el de la Copa late con fuerza.

- Ficha técnica:

2 - Córdoba: Alberto García; Gerardo, Richy, Agus, Fuentes; Callejón (Jorge Luque, min. 68), Beobide, Alberto Aguilar, Camille (Dañobeitia, min. 84); Oriol Riera (Charles, min. 75) y Díaz de Cerio.

0 - Racing de Santander: Coltorti; Pinillos, Ponce, Henrique, Christian; Kennedy (Iván Bolado, min. 83), Colsa, Lacen, Edu Bedia (Munitis, min. 68); Arana (Rosenberg, min. 68 ); Ariel.

Goles: 1-0, min. 25: Oriol Riera; 2-0, min. 75: Díaz de Cerio.

Árbitro: González González (Comité Castellano Leonés), que amonestó a Agus, del Córdoba, y a Ponce, Henrique y Ariel, del Racing.

Incidencias: Partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en El Arcángel antes unos 5.000 espectadores, con terreno de juego en irregulares condiciones.

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