Otro final amargo para el Ángel Ximénez
Balonmano
Los de Julián Ruiz pelearon hasta el final pero se vuelven del Huerta del Rey con las manos vacías
Valladolid/El Ángel Ximénez-Avia sigue en mala dinámica. Los pontanenses cayeron en su visita al Atlético Valladolid, en un duelo que se decidió en el tramo final (29-27). Los de Julián Ruiz fueron un equipo muy consistente en defensa pero que se encontraron a un gran Serdio en el pivote, y a un brillante César Pérez en la meta local.
Ambos equipos salieron faltos de ritmo y más centrados en defensa, lo que impidió un juego fluido en ataque y cerró las opciones de gol. El tanto que abrió el marcador fue de penalti, cumplidos prácticamente los cinco minutos de partido, a través de Serdio.
Poco a poco, los vallisoletanos se fueron afianzando en la cancha y adquirieron más confianza en el plano ofensivo, lo que les permitió tomar las riendas del partido y adquirir una renta de cinco goles, tras la que Julián Ruiz solicitó el primer tiempo muerto.
El parón resultó muy efectivo, ya que los pontanenses redujeron la renta a solo un gol (8-7), al mejorar el juego de continuidad y aumentar la intensidad defensiva, a lo que respondió David Pisonero con el correspondiente receso para tratar de frenar la remontada visitante.
Pero el conjunto local empezó a dejarse arrastrar por la presión que, en los últimos partidos, parece que le impone el Huerta del Rey, y perdió descaro en el plano ofensivo, ante la fuerte defensa desplegada por el equipo de Puente Genil y la seguridad mostrada por Lombés en la portería.
Una vez más, Serdio acudió al rescate y, con dos últimas jugadas, dio una ventaja de dos goles al Recoletas Valladolid, justo antes de llegar al descanso (16-14).
César Pérez volvió a demostrar que es un seguro en la meta del Recoletas y eso aportó algo más de tranquilidad a los vallisoletanos, que aumentaron su renta hasta los cinco goles (23-18), lo que trajo consigo un nuevo tiempo muerto del técnico del Ángel Ximénez.
Un final aciago
La defensa visitante seguía mostrando dureza, pero César Pérez mantenía a raya a los artilleros del cuadro pontano con sus paradas, aunque resultó insuficiente para impedir que se acercaran de nuevo en el marcador, merced a la muralla que levantaron en su área, que hizo bajar el brazo de los locales a la hora de lanzar.
A falta de seis minutos, el electrónico mostraba un 25-24, y de nuevo la tensión se dejó ver en los locales, poniendo en peligro una victoria que tenían en la mano, ante un rival que se entregó al máximo para llevarse algo de Valladolid, pero el Recoletas también supo apretar en los compases finales para amarrar el triunfo.
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