Por la boca muere el pez

"En quince o veinte días habrá noticias muy importantes sobre la nueva ciudad deportiva". "Queremos que la plantilla esté completa a la vuelta del parón navideño". "Sobre el tema de Prasa y los exconsejeros sólo hablaré cuando todo esté en los juzgados". "Sólo se va a vender un jugador por temporada para equilibrar el presupuesto del club". Estas son sólo algunas de las sentencias que en las últimas fechas ha dicho Carlos González, el presidente de un Córdoba que, al menos en lo deportivo, responde cada fin de semana a la perfección. Todas tienen un punto en común: son promesas incumplidas a día de hoy, como otras muchas que el empresario canario ha soltado en el poco más de año y medio que lleva al frente del Córdoba. Ahí están la continuidad de Paco Jémez (el cordobés disfruta con el Rayo en Primera), la ubicación de las aficiones rivales en El Arcángel (el cambio al sector 1 de Preferencia los sitúa al lado de la esquina más animosa del estadio) o la diferenciación entre los diferentes medios de comunicación de la ciudad, con vetos tanto en acreditaciones para los partidos como en entrevistas a El Día o ABC.

Una propiedad para explotar

Una de las obsesiones de González desde su llegada al club ha sido dotarlo de instalaciones propias. No hay que olvidar que la utilización de la actual ciudad deportiva por parte de los distintos equipos del CCF se debe a un favor de Rafael Gómez. Ya desde los primeros meses insistió en la adquisición de terrenos para construir un recinto. El Ayuntamiento llegó a ofrecerle alguno, sobre todo una parcela en Las Quemadas, que fue desechado al igual que luego se rompió el convenio firmado con la Universidad de Córdoba. Nada parecía lo suficientemente bueno para sus intereses, que pasan por tener algunos edificios de usos terciarios para su explotación comercial. Así que un año después de esos primeros movimientos, el Córdoba sigue en el Camino de Carbonell.

Ahora, la situación es bastante peor. Las relaciones con el Consistorio, como con otras instituciones, prácticamente son nulas, por lo que la cesión de terrenos es imposible. Un punto que no preocupa al dirigente, que ya se ha encargado de airear un proyecto mastodóntico con estadio para 20.000 aficionados incluido que sería financiado por él mismo... o el club blanquiverde, con parte de los 1,2 millones de euros ingresados con el Barcelona. Pero de eso aún no hay nada. Y eso que el domingo se cumple un mes desde que anunció a bombo y platillo que en "quince o veinte días" habría novedades.

Apurando hasta el extremo

Las manifestaciones del presidente van más allá de lo institucional y salpican, cómo no, también a lo deportivo. Tras la victoria en El Alcoraz de Huesca y con sólo un partido para la llegada del parón navideño, abrió la puerta de salida y entrada del vestuario. Se anunció la llegada de Armando y se puso en el disparadero a varios jugadores que, posteriormente, tuvieron que hacer las maletas. E, incluso, se fijó el 31 de diciembre como fecha tope para que Berges pudiera contar con el plantel que estaría a su disposición hasta la conclusión del campeonato. Ese día pasó y el central motrileño siguió como única cara nueva. Así fue hasta que sobre la bocina del cierre del mercado aparecieron Seoane y Xisco, ya que Pauliño, anunciado una semana antes, no entra en los planes del cuerpo técnico para este curso. Un retraso que ahora ya se paga.

Al final sí voy a hablar

La entrada en Córdoba del dueño de Ecco Documática fue plácida. Pero pronto empezó a abrir frentes con distintas fuerzas de la ciudad. Así hasta entrar en guerra con Prasa, la antigua propiedad, y los ex consejeros, avalado por el informe concursal. González siempre mostró firmeza en su postura de no entrar al trapo. Lo hizo en la rueda de prensa en la que el club se sumó a lo dicho por los administradores. También en la entrevista concedido al nuevo director de comunicación de la entidad. Y en la junta general de accionistas. Siempre instó a hablar cuando todo estuviera decidido en los juzgados. Una postura que ha cambiado de manera drástica ahora, pues el presidente ha decidido contestar a la carta remitida por el que fuera vicepresidente Antonio Prieto con otra misiva publicitada en prensa en la que lo acusa de querer "desestabilizar" a club y anteponer "los intereses" de Prasa a los del CCF. Eso sí, llega con cierto retraso.

"Carlos, véndelo"

Con un proyecto deportivo que tiene marcado el ascenso a Primera como único objetivo y tras el buen primer ejercicio, todos apuntaban a una segunda temporada de aire continuista para volver a estar en la pelea por todo. Dejando claro el hecho de que ninguna inversión garantiza el éxito, la afición confió en la palabra de Carlos González, que en más de una ocasión advirtió que sólo habría una venta por temporada para equilibrar los números. Con el traspaso de Hervás al Sevilla por 1,25 millones cerrado en enero, todos entendían que el cupo estaba cerrado. Entonces llegó la salida de Borja García con destino al Real Madrid Castilla por otros 1,4 millones, justo antes de tener que hacer frente al pago con Hacienda y Seguridad Social de agosto. Una circunstancia que influyó también en la premura con la que se hizo la operación de Fernández al Zaragoza hace un mes por algo menos de 500.000 euros y que fue objeto de mofa por la afición durante la manita al Murcia. Lo peor es que en la junta ya quedó reflejado que el Córdoba deberá vender un nuevo activo este verano... si no se logra el ansiado ascenso a la máxima categoría.