Un clavo saca otro clavo (5-1)

Liga adelante

El CCF se repone del varapalo en Valladolid con un resultado idéntico a costa del ya descendido colista. Tena abre la lata en un córner y Charles y Pepe Díaz marcan a pares.

Foto: Alvaro Carmona
Raúl Díaz / Córdoba

14 de mayo 2011 - 20:33

El 5-1 del Valladolid hizo soltar las alarmas y el 5-1 al Albacete apacigua los ánimos. El Córdoba, avasallado por un aspirante al ascenso entre semana, se reconcilió con su afición con una exhibición tardía y sin paliativos a costa de un conjunto que llegaba recién descendido. Un gol de Tena en un córner sacado por Juanmi Callejón, omnipresente al iniciar cuatro de los cinco tantos, abrió una victoria tan fácil como necesaria. Charles y Pepe Díaz marcaron a pares en una tarde sólo empañada por el penalti materializado por un ex blanquiverde, Verza, ya con 4-0 en el luminoso.

Tres días después de llevarse cinco en Zorrilla, Lucas Alcaraz cambió medio equipo: David de Coz y Juanmi Callejón en la banda derecha, Richy en el eje de la defensa, Javi Flores como mediocentro haciendo las labores del añorado Jorge Luque -ausente por tercer partido consecutivo- y Arteaga, recuperado para la causa después de dos meses en el dique seco, como interior izquierdo y capitán; todo ello en perjuicio de Gerardo, Fernández, Agus, Alberto Aguilar y Camille. Tres días después de consumar el fracaso en casa, el neófito Mario Simón puso en el once a cuatro jugadores con dorsal superior al 25 y dejó en el banquillo a otros dos; ya están pensando en la cruda Segunda División B, categoría que no sufren en el Carlos Belmonte desde hace 21 años.

El calor y la debilidad del huésped invitaban a resolver el pleito por la vía rápida. El CCF, como casi siempre, salió volcando el juego por la derecha, buscando a Callejón. El Albacete, con Tato como único delantero, replicaba con balones a la espalda de una zaga adelantada. Richy cortó un pase hacia Adriá de manera providencial y la barrera desvió un golpe franco de Verza que apuntaba a la escuadra. Poco después, la apurada respuesta de Alberto García ante una cesión de Tena provocó los primeros reproches de un público a la expectativa. Y Lucas no se pudo reprimir: con aspavientos exigió a los aficionados de Tribuna que se calmaran y se dedicaran a animar.

La gente no se puso más nerviosa porque el 1-0 cayó pronto. Al borde del cuarto de hora, Tena cabeceó un córner botado por Callejón. El cuero traspasó la línea con suspense por la oposición de Miguel, aunque Pepe Díaz remachó por si acaso. Por si todavía había debate en un encuentro asequible pero salpicado por el aroma del miedo, Juanmi insistió como asistente: en la primera ocasión, Miguel repelió sobre la raya el testarazo de Charles después del bote; en la segunda, el brasileño agujereó la retaguardia con un desmarque perfecto y marcó con un gran derechazo.

2-0 a los 20 minutos. Y sin apretar el acelerador. El Albacete no ha bajado con cuatro jornadas de antelación por casualidad. No obstante, es de alabar su amor propio, intentando sacar el balón jugado desde atrás con un puñado de chavales. Pero enfrente había una dupla voraz, que quería más: Charles encontró a Pepe Díaz con un magnífico envío con el exterior y el de Almodóvar encaró a Tarantino en un pulso al límite y le dribló antes de ser derribado junto al punto de penalti. Sin embargo, Martínez Munuera, uno de esos árbitros que a imagen y semejanza de Mateu Lahoz pitan tan poco que dejan cosas sin pitar, se ahorró el penalti y por tanto la roja directa al central.

Amén de esa infracción, el colegiado pasó por alto muchas faltitas. Y el Córdoba era la víctima de su rasero porque era el que llevaba la iniciativa. Al descuento no llegó uno de los canteranos visitantes, Gonzalo, que cedió su plaza en el centro de la defensa a Alan Baró. Y exactamente por esa zona irrumpió Charles para, justo cuando se cumplía el minuto extra, embocar una jugada iniciada por Javi Flores y engarzada por Fuentes con una aparición por sorpresa por el flanco izquierdo.

Así como el equipo reservó fuerzas en Zorrilla al principio y sobre todo tras la reanudación, pues pescar algo era una quimera, la plácida goleada al colista aconsejaba ir pensando en la visita a Ponferrada. Pero Alcaraz no liberó a nadie. De la caseta regresaron los mismos, expuestos al ardor de El Arenal. Pese al afán del Alba, presionante arriba, la diferencia entre unos y otros era enorme. Y Pepe Díaz no perdonó a raíz de una lección de potencia de Usero, que se plantó en el área tras rebañar un balón suelto y ser habilitado por Callejón. Tanto la asistencia como el tanto, festejado con pasión por el cordobés, sonaron a reivindicación.

Estaba hecho. Con creces. Pero una oportunidad franca de Adriá, que estaba solo en el segundo palo mas pifió en el remate, precedió a una incomprensible decisión de Martínez Munuera y su asistente: vieron penalti de Fuentes a Cristian donde no había ni falta, y además un par de metros fuera del lateral del área. Verza aprovechó el regalo y lo celebró con énfasis en el estadio donde no pudo triunfar.

Habría sido peor si Tato, en el siguiente acercamiento foráneo, hubiera superado a Alberto García -aguantó como un portero de balonmano- en un mano a mano propiciado por un gran toque de Alfredo. O si el recién incorporado no hubiera sido estorbado in extremis por David de Coz tras arrancar con determinación y acechar los dominios del guardameta.

Alcaraz quiso neutralizar el empuje del Albacete con aire fresco. Camille suplió a Arteaga, y en su primera intervención dejó un regate para el recuerdo: reverso con un caño de tacón. Pepe Díaz recogió la bola y se la devolvió al francés, demasiado forzado en la resolución. En el 70' salió Oriol Riera por Charles, despedido con otra ovación por su consumado rol de artillero.

Miguel se lució en un zapatazo de Javi Flores y Tarantino se lesionó. La pésima noticia para el cuadro manchego se confirmó de inmediato: Callejón volvió a levantar la cabeza y a habilitar a un compañero, en este caso Oriol, para que Pepe emulara a Charles rubricando su primer doblete de la temporada.

Con la misión cumplida, Alberto Aguilar tuvo minutos ante el equipo del que se marchó como capitán el pasado verano. Chocó la mano a su colega Usero, despedido con aplausos después de su mejor actuación como cordobesista. Al repaso estuvo a punto de ponerle la guinda Camille, que amortiguó un pase de Riera antes de recortar y estrellar el esférico en la cruceta. O Pepe Díaz, solo a la espera de un centro de Callejón que salió defectuoso. El juez, condescendiente, sólo añadió un minuto a un partido que el Córdoba tenía que ganar sí o sí... para colocarse con 49 puntos a falta de tres fechas. Si hoy pinchan el Salamanca, el Nàstic y compañía, mejor que mejor.

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