El Córdoba Patrimonio cae en un intercambio de golpes con el Palma Futsal

Córdoba/El Córdoba Patrimonio de la Humanidad se volvió de vacío de su visita al Palma Futsal. El conjunto blanquiverde hincó la rodilla en un verdadero intercambio de golpes con el cuadro mallorquín, que hizo daño en la primera parte y castigó los errores del cuadro entrenado por Emanuel Santoro. En una gran segunda parte, los cordobeses estuvieron muy cerca de equilibrar el partido y hasta el último suspiro mantuvieron la fe en que rascar al menos un punto en Son Moix era posible.

Desde el inicio, el encuentro ya dejó señales de que se iba a mover en grandes guarismos en lo que a goles se refiere. Y es que una de las primeras acciones del encuentro inauguró el marcador. Rivillos, con un disparo lejano, sorprendió a Fabio Alvira y pudo el primer tanto en el electrónico de Son Moix, dejando patente las dificultades que iba a encontrar el conjunto cordobés para sacar algo positivo de Palma de Mallorca.

Sin embargo, el equipo entrenado por Emanuel Santoro reaccionó rápido y logró equilibrar la contienda casi a renglón seguido, gracias al oportunismo y calidad de Tiago Macedo. El portugués restableció el empate en el marcador y dio esperanzas al conjunto cordobés de poder arañar algo positivo de una de las pistas más complicadas de la competición. El duelo se igualó a partir de ese gol y Kaué Pereira gozó de una clara ocasión de gol para haber adelantado a los visitantes. Sin embargo, el pívot no lo logró y el que no perdonó fue Mateus Maia, que volvió a dar ventaja al Palma Futsal a los cinco minutos. Tocada remar de nuevo a contracorriente para el Córdoba Futsal.

De ese segundo golpe trató de levantarse el conjunto blanquiverde exprimiendo su rotación, pero el Palma Futsal volvió a hacer gala de su tremendo arsenal ofensivo y Ernesto abrió la brecha hasta el 3-1, al desviar hacia la portería visitante un disparo de Rivillos. Casi sin tiempo para reaccionar, el Córdoba Patrimonio encajó un nuevo mazazo, en un error de Víctor en campo rival que aprovechó Luan Muller para marcar desde su portería. Con el marcador ya bastante cuesta arriba, los hombres de Santoro trataron de rehacerse y recortar distancias, pero el conjunto mallorquín controló el ritmo del partido para llegar sin apuros al ecuador.

Un gran segundo tiempo

Al regreso de vestuarios, el Córdoba Futsal encontró un gol, obra de Felipe Echavarría, que le dio esperanzas de poder reengancharse al partido, pero de nuevo el Palma Futsal se mostró inmisericorde con los hombres de Emanuel Santoro. Solo un minuto después de esa diana del colombiano, llegó el tanto de Machado que volvió a poner los tres goles de distancia para el cuadro mallorquín, inspiradísimo en ataque para regocijo de su parroquia.

Cuando más complicado parecía volver a tener opciones, el Córdoba Futsal se empeñó en no tirar la toalla y apurar sus opciones. Los blanquiverdes buscaron la meta de Luan Muller con insistencia y, en el minuto 28, el paraguayo Arnaldo Báez hizo el 5-3 para que los suyos volvieron a creer en sus posibilidades. Pese a entrar en los diez minutos finales con la amenaza del doble penalti ya presente, el Córdoba Patrimonio llevó el nerviosismo a la grada con el gol de Juanan, que culminó una jugada a balón parado iniciada por Arnaldo Báez para meter el miedo en el cuerpo a los mallorquines.

El duelo entró entonces en un tramo final frenético en el que el Palma Futsal llegó a tener un doble penalti para volver a marcharse en el marcador. Sin embargo, Fabio frenó hasta con dos paradas el intento de Piqueras y dio alas a sus compañeros para lanzarse en busca del empate. Kaué Pereira tuvo un par de buenas ocasiones para equilibrar el marcador, pero Santoro se vio obligado a jugar los minutos finales con su portería vacía, atacando en superioridad. Esa baza, sin embargo, no funcionó y Neguinho sentenció el duelo con el 6-4 aprovechando ese riesgo del conjunto cordobés. A falta de 15 segundos, Juanan recortó distancias para demostrar la valía de un Córdoba Futsal que cayó en el intercambio de golpes pero que no bajó los brazos hasta el pitido final.