Córdoba se vuelca con La Vuelta a España: emoción y entusiasmo con su regreso a la ciudad

Ciclismo

Una multitud de cordobeses pudieron volver vivir de cerca esta competición ciclista tres años después

Las altas temperaturas no fueron un impedimento para que millares de aficionados abarrotasen las calles de la ciudad

Las fotos del ambiente en Córdoba al final de la séptima etapa de la Vuelta a España

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Las fotos del ambiente del paso de la Vuelta a España por Córdoba
Los aficionados buscan uno de los regalos de los patrocinadores de la Vuelta. / Juan Ayala

Córdoba/El sol de agosto se alzaba sobre Córdoba, donde ya se percibía la vibración en el ambiente; los cordobeses se echaron a la calle y comenzaron a llenar las aceras, buscando los mejores lugares para ver pasar la serpiente multicolor. Este viernes, La Vuelta a España, en su séptima etapa, de regreso a la capital tres años después, despertaba en otra jornada de pura pasión ciclista. “Ya les queda poco, a ver si llegan pronto, qué ganas”, se escuchaba entre el murmullo de los aficionados, algunos apostados cerca de la línea de meta desde primera hora de mañana. La sombra, al igual que los puntos con mejor visión del recorrido, eran los grandes reclamos para los muchos asistentes.

Volvía la prueba ciclista más distinguida del ámbito nacional, que días atrás había discurrido por las trazadas de diferentes enclaves de la geografía portuguesa, la comunidad extremeña y también Andalucía, donde este 2024 hará casi pleno, pasando por siete de las ocho provincias. La expectación era máxima. “Vengo de Málaga a verla. A mí me encanta el ciclismo, soy fanático. Verla aquí en Córdoba es increíble, como este escenario no hay ninguno”, comentaba Alfonso Ortega, instalado en primera fila para ver la llegada de los protagonistas por la avenida de Vallellano.

Entre los complementos habituales, no faltaban los clásicos abanicos, las botellas de agua, las neveras o los aperitivos. Todo es poco para combatir las altas temperaturas. Incluso la organización repartía gorras a un lado y al otro del circuito cerrado.

El entusiasmo se palpaba en el ambiente. Desde los mayores hasta los más pequeños. José Carlos, ciclista de 10 años, llevaba esperando este momento todo el día junto a su hermana y su madre. Con su maillot y mostrando su pasión por este deporte, este pequeño ya vivió La Vuelta hace tres años, pero volverla a ver en directo “me hace mucha ilusión, sobre todo, ver a los corredores y sus autobuses”. A pesar de su temprana edad, él tiene claro que quiere emular a sus ídolos: “Dentro de muchos años me veo ahí corriendo”.

Dos aficionados se protegen del sol en la línea de meta.
Dos aficionados se protegen del sol en la línea de meta. / Juan Ayala

Se acerca el momento 

El rugir de las motos de la Guardia Civil anunciaba que la caravana estaba cerca, y la espera se tornaba cada vez más emocionante. La conversación de la multitud giraba en torno a las tácticas de carrera, las posibilidades de los sprinters y el estado de forma de los favoritos. Y es que el rumor de la gente se mezclaba con los gritos de ánimo y el sonido de las bocinas que anunciaban la cercanía de los corredores.

Banderas de todos los lugares. Poder ver La Vuelta en Córdoba es, para algunos, un sueño hecho realidad. Como es el caso de Andrés Romero y Luis Carlos, colombianos aunque procedentes de Puertollano y Madrid, respectivamente: “Es nuestra primera vez viendo La Vuelta y nos hace mucha ilusión vivirla aquí en Córdoba, ya que era un sitio que nos habían recomendado mucho por su increíble historia”, manifiesta Romero, mientras que afirma que llevan esperando en primera fila “aguantando el calor desde las 13:00”. “Tenemos agua y refrescos para aguantar estas temperaturas. Aun así, la pasión está por encima de todo”, asegura.

Llegaban los ciclistas a la avenida de Vallellano, lugar donde estaba fijada la línea de meta de la séptima etapa. En la primera pasada de los corredores, la gente se volvió eufórica. Al grito de “¡Vamos!” la ovación hacia los deportistas era enorme, por todos lados. Algunos aficionados incluso animaban a sus favoritos haciendo sonar sus nombres. “Nairo Quintana” o “Wout Van Aert”, este último ganador de la etapa, destacaban entre tanto barullo.

La llegada a meta

Poco más de una hora después empezaban a llegar los primeros ciclistas, siendo Wout Van Aert el primero en cruzar la meta. La gente rugía y aplaudía sin parar, desde el más experto en la disciplina al principiante, e incluso los viandantes que, ante tal revuelo, habían decidido acercarse a seguir el final de la etapa en la ciudad. Ese es el caso de Ángel Soto y Aarón Cerral, cordobeses aunque no adeptos al deporte de las dos ruedas que vivieron la experiencia de La Vuelta junto a María Jiménez, amiga y apasionada del ciclismo. “Es la primera vez que la veo y, sinceramente, me está gustando mucho, mola y no me importaría repetir”, sostiene Soto. 

Grandes y pequeños disfrutan con la caravana de la serpiente multicolor.
Grandes y pequeños disfrutan con la caravana de la serpiente multicolor. / Juan Ayala

La Vuelta continúa, pero Córdoba ha dejado su sello. El entusiasmo por revivirla tras tres años de ausencia en el recorrido ha acabado haciendo de los cordobeses una de las aficiones más fieles, tanto inundando las calles pese a los altos valores del mercurio como animando sin miramientos a cualquiera de los participantes. Desde el público ya se espera con ansias su regreso en años posteriores, aunque el paso por la capital en esta 79ª edición de la ronda española seguro que será recordado por muchos.

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