Un empate marcado por la polémica

Fútbol l Tercera División

El Pozoblanco, agraviado por un árbitro que señaló dos penaltis en su contra

02 de marzo 2009 - 05:02

El duelo comenzó bien para el Pozoblanco, que disfrutó de las primeras ocasiones. A los 13 minutos se le anuló un gol a Juanmi. Cuatro minutos más, tarde, Alberto mandó un balón cerca de la cepa del poste desde dentro del área. Pasada la media hora de juego llegaría el primer gol del partido. Fue un zapatazo de Gutiérrez que se coló como un misil en el marco de Pablo. Poco le duraría la alegría al equipo pozoalbense, ya que cinco minutos más tarde Sergio Berro, de penalti, establecería la igualada en el marcador.

En la segunda mitad, tras la reanudación, el Pozoblanco salió en tromba. Muy pronto encontraría el premio. Juanmi, dentro del área, metió un punterazo que se coló en el marco de un descolocado Pablo. El Pozoblanco buscó de manera afanosa la puntilla al partido, e incluso tuvo ocasiones para haber logrado una mayor renta y sentenciar a un adversario que en esos momentos estaba entregado. Un cabezazo de Tato pudo suponer la fractura que deseaba el Pozoblanco, pero la ocasión se perdió y el adversario se rehízo contra pronóstico. El Pozoblanco dejó vivo al Mairena y el conjunto sevillano se sintió más fuerte a medida que pasaban los minutos y decaía la fogosidad del cuadro anfitrión.

Gonzalo, en un tiro desde la frontal del área, pudo establecer el tanto del empate, pero el balón se marchó fuera por muy poco. La emoción subía enteros porque cualquier jugada podía variar el guión del partido. Y así sucedió, aunque de un modo lastimoso. A falta de siete minutos para el final, un disparo de un rival acabó con el balón estrellándose en el codo de Raúl Balsera. El árbitro entendió que era falta, pitando el consiguiente penalti en una jugada muy protestada, ya que ni la acción entrañaba peligro ni el gesto del jugador local tuvo el más mínimo indicio de voluntariedad. Pero el colegiado se fue hacia el punto.

Sergio Berro volvió, como había hecho en la primera parte, volvió a marcar. El empate ya sería inamovible. El Pozoblanco lo intentó con todas sus fuerzas, pero fue el Mairena el que estuvo más cerca de llevarse el triunfo. Un tiro de Antonio Cruz al palo llevó la angustia a todo el graderío.

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